Juicio al aislamiento penitenciario

Los próximos 6 y 7 de febrero, tendrá lugar en la Corte Interamericana de Derechos Humanos en San José de Costa Rica un juicio contra el Estado de Brasil, por las torturas y tratos crueles, inhumanos y degradantes a los que sometió al preso de origen chileno, Mauricio Hernández Norabuena, durante el cumplimiento de su condena en Brasil en un régimen de confinamiento solitario.

Mauricio estuvo en las prisiones brasileñas desde el año 2002 hasta el 2019, fecha en la que fue extraditado a Chile. Durante los 17 años que pasó en las cárceles de Brasil, estuvo en varios regímenes de aislamiento prolongado e indefinidos (conocidos como Régimen Disciplinario Diferenciado (RDD) y Sistema Penitenciario Federal (SPF) de Máxima Seguridad). Esto significa que pasaba hasta 22 horas encerrado en la celda en una galería con solo un preso más; con un máximo de 2 horas de patio (cuando se producía), siendo obligado a desvestirse al salir y nuevamente al regresar a la celda; se le censuraron los libros (ya que se vetaban aquello que a criterio de la administración penitenciaria tenían contenido violento o político); era llamado por un número, nunca por su nombre; no poseía ningún contacto con el mundo exterior (no tenía acceso a radio, televisión, revistas o periódicos); sin acceso a un espejo, lo que no le permitió verse durante los casi 15 años que estuvo en aislamiento; visitas restringidas; no podía realizar actividades educativas o laborales; las celdas eran pequeñas y sin ventilación; la alimentación, deficiente y el acceso al agua limitado; estuvo sin atención médica además de otras penurias. Todas estas restricciones tuvieron un GRAVE impacto sobre su salud, física y psíquica.

Pero, ¿quién es Mauricio?. También conocido como “Comandante Ramiro”, Mauricio formó parte del Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR), una organización armada que luchó contra la dictadura cívico-militar que se impuso en Chile tras derrocar a Allende. El 7 de septiembre de 1986 lideró una de las cuatro unidades del Frente que intervinieron en el atentado contra Augusto Pinochet. En 1993, aunque ya estaba el gobierno de transición democrática, bajo la tutela del general Pinochet como comandante en jefe de las fuerzas armadas, el comandante Ramiro fue detenido y procesado por diferentes actos de resistencia armada, siendo condenado a cadena perpetua por una controvertida ley antiterrorista instituida bajo la dictadura. El 30 de diciembre de 1996, Mauricio escapó de la Prisión de Alta Seguridad (CAS) en un helicóptero junto a otros tres militantes del FPMR. Tras vivir en la clandestinidad, Mauricio estuvo involucrado en diferentes acciones en Brasil, siendo arrestado en este país en 2002 y sentenciado a 30 años de prisión. En 2019, fue extraditado a Chile para seguir cumpliendo la condena chilena y allí fue igualmente sometido a un régimen de aislamiento prolongado en varias prisiones del país. Hoy es el único preso “político” de la época de la dictadura que continúa en las prisiones chilenas.

Sin duda, el juicio que se celebrará ante la Corte Interamericana supondrá varios hitos. En primer lugar va a servir para cuestionar la aplicación del régimen de aislamiento prolongado en Brasil (sobretodo el RDD) por suponer que es un trato cruel, inhumano, degradante o tortura. Por otro lado, la jurisprudencia creada servirá para su aplicación en otros países del continente Americano; y por último, la Corte va a pronunciarse sobre el aislamiento penitenciario estando la víctima todavía con vida.

El sistema de protección Interamericano de Derechos Humanos es tan lento y mediado que han transcurrido 20 años desde que la familia de Mauricio Hernández hizo la primera denuncia ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos en el año 2005 para que el caso consiga llegar a juicio. Decía Séneca algo así como que nada se parece tanto a una injusticia como una justicia tardía. Aunque injusta y tardía, esperemos que la sentencia pueda cuestionar de alguna forma la tortura que supone el aislamiento penitenciario.

Alicia Alonso Merino

Fuente: Desinformemonos