Comunicado bloque libertario en la manifestación antifascista de Santander 28S

COMUNICADO BLOQUE LIBERTARIO 2024

El fascismo vuelve a salir a la calle.

Queremos apelar a la responsabilidad individual y collectiva, si las calles no responden a esta llamada ¿Quién lo hará?

La ley es una herramienta de los Estados para mantener su dominio sobre las oprimidas. Acudir a esta como instrumento que pueda protegernos del fascimo es acudir al propio Poder que le necesita. El poder, entendido este como el estado y las clases dominantes, necesita del fascismo para repeler y ahogar aquellos conatos de revuelta e insurección al calor de ideas y proposiciones revolucionarias, que plantean una ruptura y una transformación social o que simplemente son un estorbo para la acumulación de capital por parte de las clases dominantes. Por ello, insistimos, ningún gobierno acallará al fascismo.

El actual gobierno, por mucho que se le diga “el más progresista de la historia” sigue promulgando leyes de extranjería que sirven a la Europa fortaleza. El Estado de España sigue siendo el tapón de los flujos migratorios hacia Europa. Es cómplice de matanzas como la del Tarajal y lo sabemos. La Europa que tanto se idolatra e idealiza no se sostiene sin expoliar y extraer recursos de países del sur, mucho más empobrecidos. Nada de su pretendida superioridad moral y «sociedad» desarrollada sería posible sin el colonialismo que ejerce actualmente y lleva practicando durante siglos.

Además, este gobierno no derogó la ley mordaza, herramienta de represión que le da un gran poder a la policía. Una policía, que desde este mismo mes ha empezado a formarse con desokupa a través de su sindicato oficial.

La Ley de delito de odio, que parecía nacer contra el odio que promueven grupos neonazis como Alfonso Primero y que nació al calor de las movilizaciones por el asesinato de la compañera Lucrecia y posteriormente reavivado por el asesinato del antifascista Carlos Palomino se ha vuelto un arma democrática contra las movilizaciones y que muchas veces protege al escuadrismo fascista colocando a estos grupúsculos en el mismo lugar que a las antifascistas.

Por esto, si el antifascismo se enfoca en solicitar a los partidos parlamentarios que prohiban y que sean sus formaciones quienes tomen parte en el asunto, volverá a suceder que las prohibiciones de hacer actos se vuelvan en el día de mañana contra nuestros propios eventos organizados. Reforzará la falsa identidad rebelde que hoy en día los fascistas están teniendo y, por último, reforzará la falsa idea de que el fascismo es algo opuesto a la democracia capitalista y no un complemento necesario en determinados momentos históricos.

¿Cómo nos van a hacer creer que el fascismo tiene algo que ver con la revolución social si está completamente en sintonía con los estados y el poder? ¿Cómo se puede llegar a pensar que la corriente más conservadora sea un tipo de meta transformadora?

El fascismo es reaccionario por definición y les asusta un cambio del que no hay vuelta atrás, el mundo, una vez más está cambiando, las grandes verdades hegemónicas como el género se están derrumbando ante nuestros ojos, esto es imparable. Estamos emancipándonos del colorismo, racismo, capacitismo para poner atención en la interseccionalidad y liberarnos a través de la definición de nuestras vulnerabilidades.

El fascismo no es una amenaza para la democracia capitalista, más bien funciona como seguridad voluntaria y militante de su propio status quo. Por eso siempre insistiremos en que no basta con oponernos al fascismo y los nazis en su versión más violenta y callejera, sino que la raíz del problema está en el sistema capitalista y toda forma de opresión. Esto no son abstracciones, lo estamos viendo en materia de vivienda; como empresas de desokupación ensanchan la maniobra de especuladores inmobiliarios, rentistas y policía para echar a las personas de las casas con los medios que hagan falta. Lo estamos viendo en la gestión de fronteras, como los medios de comunicación señalan la inmigración como el principal problema hasta el punto de doblegar a la opinión pública mayoritaria. En un escenario de crisis energética, ¿Qué podemos esperar? Pues lo obvio, que los nazis, aun se pinten de rebeldes, se encargan de perseguir y contener a las minorías politicas y sociales que estorban, mientras el capitalismo sigue utilizando sus nuevas formas de extraer y acumular a costa de todo y de todxs.

¿Qué hacer? No tenemos la llave pero vemos importante no delegar nuestra oposición a las instituciones para conseguir que la expresión más violenta de este sistema, los neonazis, campen a sus anchas.Vemos necesario que las calles contra el fascismo no sólo seamos nosotrxs que estamos hoy aquí, sino el resto de lxs explotadxs con toda la diversidad que esto entraña.

Las cosas están dificiles, pero la organización de esta manifestación y toda la preparación previa es un pequeño pero vivo ejemplo de que se podemos estar organizadas desde nuestras diferentes posturas y plantarles cara, porque sí, el fascismo no es una opinión y no se le debate, se le combate.

Por esto y mucho más, organicémonos entre iguales, desde la horizontalidad, sin delegar nuestra vida y nuestras decisiones en otras. Utilicemos la acción directa para afrontar los conflictos cotidianos, como el fascismo en estos días. Creemos lazos de solidaridad con los problemas y los ataques que vivimos cotidianamente las explotadas por parte del poder, al rededor del mundo. No demos un respiro al fascismo, no demos ningún respiro a cualquier forma de autoridad.

Fuente: Briega