El infierno es un lugar muy pequeño

La idea del infierno nace con las primeras civilizaciones como aquel lugar para el castigo ubicado en el inframundo. Un lugar que, aunque hay ido cambiando por la influencia de diferentes culturas y religiones, siempre ha sido representado como un espacio de tormento y sufrimiento eternos. En la actualidad, comparar algo con el infierno es evocar algo doloroso, penoso, angustiante, y torturante. Si pensamos en el mundo carcelario, el averno, serían las situaciones de aislamiento penitenciario.

“El infierno es un lugar muy pequeño”, de hecho, es un libro1 que recopila los testimonios de hombres y mujeres que están o estuvieron presos en régimen de aislamiento en las prisiones de Estados Unidos (el país que más personas encarceladas tiene en el mundo). Los textos que se recogen describen los efectos devastadores que el confinamiento solitario provoca en sus mentes y cuerpos. Sin embargo, también describe la solidaridad expresada entre individualidades que viven unas al lado de las otras durante años sin encontrarse nunca cara a cara. En esta situación límite siempre están presentes los espectros de la locura, el suicidio, y la lucha por mantener la esperanza y la humanidad frente a la soledad forzada y la privación paralizantes. Los relatos recogidos se complementan con las voces de otras personas que desde su profesión pueden constatar los devastadores efectos en la salud física, mental y emocional.

Pero no tenemos que irnos muy lejos para encontrar otros testimonios igualmente aterradores en nuestros países. Las narraciones de las experiencias vividas en las secciones de aislamiento en las prisiones por todo el mundo son un potente grito de angustia de hombres y mujeres enterrados en el fondo del pozo. Aislar física y socialmente a las personas (apartarlas de la compañía de otras), reducir cualquier tipo de estimulación sensorial y ambiental (encerradas en lúgubres cubículos con apenas actividades) y arrancarlas el control sobre casi todos los aspectos de la vida cotidiana (no tener autonomía y estar estrechamente vigiladas) son lo que caracteriza este encierro dentro del encierro. Algunas de las experiencias que esta forma de maltrato y tortura generan dicen que:

Es volverse invisible. Mualimm-ak escribe que las personas en aislamiento “se vuelven desesperadas por tener contacto con otro ser humano […] Al perder ese contacto, se pierde el sentido de identidad. Uno se convierte en nada. Eso es lo que quiero decir cuando digo que me volví invisible incluso para mí mismo”.

Es como estar muerto en vida. Jacques Merine lo definía como lo más parecido a estar en una lápida a la que, de tanto en tanto abrían la tapa para comprobar si aún continuabas respirando.

Es volverse loca. Miguelina así lo vivió: “Estás todo el tiempo sola. Sentía angustia, llanto. Me estaba trastornando, como viendo cosas que no había, ya hablaba sola. Estaba como enloqueciendo, porque ya creo que pensaba tonterías, hablaba sola, y nunca había nadie”.

Es animalizarse. Santi relata como en esa situación era inevitable animalizarse, al mismo tiempo que imprescindible para sobrevivir. “Te obligan a renunciar a la humanidad y acabas convirtiendo el odio en pura pulsión”.

Es desear morirte o acabar suicidándote. Javiera así lo contaba: “No tienes donde mirar, todo igual, solo la pared y el muro. Entonces empiezas a pensar, a pensar, a pensar y eso te va deprimiendo. Es algo para lo que una tiene que prepararse psicológicamente. Porque hay personas que le afectan, que no son tan fuertes como otras y les afecta, o sea, salen medio mal o, incluso, … no salen”.

La lacra de los suicidios en las prisiones es otra realidad silenciada. Estar en aislamiento, además, es un factor de riesgo que incrementa la posibilidad de llevarlo a cabo.

Visibilizar estas situaciones es una forma de romper los muros y asomarnos al abismo que supone imaginar el encierro desde el encierro. En tiempos donde estamos cuestionándonos nuestra propia humanidad ante el genocidio en directo del pueblo palestino me arrogo la pregunta: ¿Cómo afecta a nuestra humanidad deshumanizar a otras personas hasta tal punto que les permitimos vivir en condiciones degradantes incluso para cualquier animal, y hacerlo en nombre de nuestra propia seguridad y bienestar?

1 https://solitarywatch.org/new-book-hell-is-a-very-small-place-voices-fro…

Fuente: Desinformemonos

II año de la campaña de verano «La cárcel es un infierno»

LA CÁRCEL ES UN INFIERNO…. COMBATAMOS EL CALOR

En pleno verano el calor se vuelve insufrible. Nos sentimos cansadxs, irritadxs, con dolores musculares y de cabeza… con una necesidad incontrolable de tomar agua fría y alimentos que nos refresquen un poco, de encontrar espacios con aire acondicionado, de acudir a playas, piscinas y sumergirnos en agua para dejar de sentir el calor pegado a nuestra piel por un rato. El descanso nocturno tan necesario a veces resulta difícil de lograr. Ventilar, aprovechar para salir a la calle cuando cae el día, buscar formas de repeler a los insectos… son los consejos básicos y lógicos que cada año se repiten. Consejos imposibles de llevar a cabo estando encerradx entre muros de hormigón y con nada de autonomía para decidir nuestros horarios, lo que comemos o donde ir.

En prisión cuando sucede un hecho anómalo como fue la pandemia, las bajadas extremas de temperatura en invierno, las olas de calor del verano, la hostilidad que se vive dentro se multiplica, y se desatan consecuencias muy negativas que ya se mantenían pendientes de un hilo fuera de la hostilidad añadida.

Estamos viviendo una ola de calor en gran parte de Europa. Las compañeras y compañeros que tienen secuestradas en las prisiones se encuentran desesperadas. Ahora en verano se tienen que seguir cumpliendo rigurosos horarios que no van acorde a las temperaturas, como salir al patio al mediodía o tener que encerrarse en la celda hasta el día siguiente a partir de las X de la noche. Por la noche cuando “refresca” un poco, es cuando no hay opción de salir fuera de 4 paredes. Peor es aun para quien está en aislamiento, en 1r grado o pagando una sanción, y que tienen que pasar en la celda más de 20 horas al día.

Hay personas que comentan que la alimentación no está adaptada a cada época del año, y que a veces en pleno verano hay guiso o garbanzos calientes para comer. Otro compañero preso en una cárcel catalana nos cuenta que en la prisión donde se encuentra, la máquina de agua fría embotellada (que obviamente hay que pagar) no funciona, por lo que la única opción es beber agua del grifo a “temperatura ambiente”. Otras nos explican que se duchan continuamente para no asfixiarse, y que se cambian 7 veces al día de camiseta por la sudoración.

En las prisiones no hay mosquiteras en las pequeñas ventanitas de las celdas, que puedan proteger de las picaduras. Desde Huelva nos dicen que no pueden más con los mosquitos, que tienen el cuerpo acribillado.

Recordamos que las cárceles no son espacios climatizados, por lo menos en las partes donde tienen que habitar las personas presas. Las celdas no cuentan con ventilación suficiente, ni con sistema de control de la temperatura. La única opción es disponer de algún ventilador. Recordamos que los ventiladores no forman parte de la infraestructura básica del propio lugar de encierro y que quien lo quiera, tiene que pagarlo como prácticamente todo dentro. Recordamos también que a veces, según las propias normativas de cada centro y lo que allí se consideran “motivos de seguridad” no permiten tener ventiladores, especialmente en módulos de aislamiento. A veces de forma general, a veces para personas concretas cuando pagan una sanción. Esto supone tirarte más de 20 horas al día encerrado en una habitación sin ninguna clase de aparato que alivie un poco el calor y con limitaciones varias añadidas, que a veces incluso pueden ser no poder tener bolígrafos para escribir, si así lo considera el centro.

La cárcel mata y sus múltiples consecuencias son una cuestión evidente.

Vejaciones, humillaciones, acoso, desprecios, violencia, abusos de poder constante, chantaje… Precariedad y explotación laboral… Desatención médica y falta de profesionales que obliga a que lxs carcelerxs hagan funciones de “enfermerxs”, como pasar revisión entre presxs para valorar quien tiene o no que ir a consulta médica, falta de acompañamiento y tratamientos para patologías graves como epilepsia, cáncer, trastornos de alimentación, salud mental, movilidad reducida y un larguísimo etcétera. Alejamiento de lo que se quiere y de quien se quiere, olvido, sensación constante de agobio, ansiedad, preocupación por el futuro. Indefensión jurídica. Desesperación, depresión, pocas ganas de seguir viviendo en estas condiciones sin saber hasta cuando. Y a todo esto se le suma lo dicho anteriormente, de vez en cuando hechos que amplifican o añaden más dolor al propio día a día: ahora sufrir constantemente un calor inaguantable.

La cárcel mata, a veces muy lentamente, y no mira atrás. La opacidad de sus muros, normativas y vacíos legales permite que las vidas que se lleva consigo o las que sufren y resisten allí dentro se pierdan en el olvido o, incluso, en el eterno anonimato. Es una estructura que solo responde a unos intereses determinados, y radicalmente opuestos a los nuestros. No dejemos que el silencio nos haga cómplices.

Es por eso que por segundo año os animamos a sumaros a esta convocatoria. Llamar a las siguientes prisiones, en días concretos para exigir algo muy básico para la salud y el bienestar de las personas: VENTILADORES, AGUA FRIA Y MOSQUITERAS, para todxs lxs que se encuentran encerradxs, también en aislamiento. Si preferís ocultar vuestro número de teléfono, podéis hacerlo añadiendo al principio del número de la prisión el prefijo “#31#”. Podemos recordar la temperatura a la que nos encontramos, los consejos básicos para soportar el verano y prevenir consecuencias en nuestro cuerpo. Podemos exigir hablar con algún responsable, que conste y se registre nuestra queja. Podemos hacerles ver que nos acordamos de las personas que están presas y de las condiciones en las que tienen que vivir. Para nosotrxs que estamos fuera solo suponen llamadas de teléfono, pero para las personas que están dentro significa que alguien les dedica unos minutos, significa que algo de aire fresco llega a su encierro.

Exigimos ventiladores, agua fría y mosquiteras. También en aislamiento.

Abajo todos los muros.

 

Fuente: La Corda

 

La realidad de las obras de Zuera

Imaginarse que estamos en un cárcel ya produce ansiedad, pero si además no puedes tener aire puro en esos 8×13 metros cuadrados, imagínate el nivel de claustrofobia que eso nos puede producir. La cantidad de humedad que se puede generar sin ventilación.

Las reformas son una lavada de cara, no son beneficiosas para las personas presas, sus condiciones son las mismas incluso peores que las anteriores.

Por no hablar de la cantidad de traslados sin previo aviso que se han producido, los cambios de módulos constantes……

La cárcel enferma

«Se vive en un ambiente hostil y el preso se ve obligado a autoafirmarse»

Compartimos parte de una carta que les han hecho llegar  a lxs compas de «La Corda» desde Mansilla de Las Mulas (León). Nos ha parecido que expone de forma clara y concreta algunas de las consecuencias que tiene la cárcel en las personas que se ven atrapadas en ella.

Centro Penitenciario de León. Enero 2025.

Los presos tenemos que afrontar una situación a veces desconocida, de incierta duración, de relación de dominación, en la que es imposible controlar los acontecimientos. Por otra parte, altera los ritmos vitales y origina una dependencia absoluta, falta de iniciativa y una ausencia de expectativas de futuro. Todo ello, unido a las humillaciones, monotonía, violación de la intimidad… origina nuevas pautas de comportamiento. La actitud permanente es de desconfianza ante todos los que le rodean.

Se tiene que vivir en un ambiente hostil y agresivo. Por lo que el preso se ve obligado a autoafirmarse frente a ese medio hostil para mantener unos niveles mínimos de autoestima. Por eso con frecuencia se adopta una actitud violenta y siempre a la defensiva. 
Al salir un dia de prisión existen una serie de condiciones que influyen en el desarraigo social. Trastornos originados por la cárcel, falta de posibilidades de trabajo, situación familiar… todo eso hace que sea casi imposible la inserción social. 
«Si un día ves un preso dormir no lo intentes despertar, ya que puede estar soñando con su hermosa libertad».
Fuente: La Corda

Palabras del prisionero anarquista Abel en motivo de la marcha a Brians

Me acerco a los 8 meses de encierro en este centro penitenciario. Casi 8 meses de odio y rabia pero también de amor y solidaridad. Pensaba salir de permisos en mayo de este año, que es cuando hago 1/4 parte y según el reglamento penitenciario es el momento de acceder a permisos siempre que la junta de tratamiento formada por el equipo de tratamiento (psicóloga, educadora, jurista y dirección) sea favorable. De esta manera, mediante el chantaje en los permisos, te obligan a hacer el programa de tratamiento cuando según el mismo reglamento es voluntario y rechazarlo no puede suponer ningún castigo.

No les debe ser suficiente con encerrarte que además han de reeducarte. Debido a que tengo que hacer 3 cursos del programa individual de tratamiento, me están retrasando los permisos de mayo hasta el 3r trimestre de 2025. Y todo sin tener ningún expediente disciplinario lo cual alargaría todavía más el proceso.

Se comenta que los cursos estan subvencionados y por eso hay tanto interés en que todo el mundo pase por el aro, lo cual es un negocio. Yo pienso que a parte es una manera de justificar el trabajo de los burócratas de la represión des del equipo de tratamiento al Juzgado de Vigilancia Penitenciaria que para permisos de más de 48h tendrá que dar su visto bueno.

No es mucho tiempo el que llevo encerrado pero en este periodo ya he sabido de dos muertes: una en el módulo 12 de este CP y otra en el módulo de mujeres de Brians 1. En los dos casos la causa de la muerte según la dirección ha sido el suicidio. En el caso de Maria, su compañero está en mismo módulo que en el que estoy y me ha comentado que para nada la veía con intención de quitarse la vida, se veian en vis a vis, se carteaban y se llamban habitualmente. No lo dejaron velar el cadáver, le dieron pastillas y activaron el protocolo antisuicidios contra él, obligándole a estar acompañado en todo momento. Hay que imaginar estar en una situación así y que encima te toque compartir celda con el que no tienes nada en común.

Es difícil mantener un buen estado de ánimo aquí dentro, entre el encierro, vivir bajo un régimen disciplinario, la explotacion laboral… y esto un día y otro y saber que tu futuro está completamente sometido a este entramado de carceleros y demás funcionarios. Aún así, intento mantenerme fuerte y alegre, y en eso tiene mucha responsabilidad toda la solidaridad que estoy recibiendo. La cárcel te convierte en un autómata medicado sin personalidad.

Espero que para la marcha del año que viene pueda estar del otro lado y sino animaros a hacer mucho ruido para que traspase los muros.

Un fuerte abrazo, os quiero, salut y libertad.

Abel Mora Campos

Enero 2025, C.P. Brians 2

Fuente: ÈGIDA

Para escribir al compañero:


Abel Mora
C.P. Brians 2
Apartado de Correos 1000
Carretera de Martorell a Capellades, km. 23
08760 Martorell

«Por un mundo también sin jaulas para mis amigos los animales». Carta desde la prisión de Estremera

Transcribimos la primera carta recibida por les compas de La Corda de un compañero que se encuentra preso en Estremera, Madrid. Comparte con nosotrxs algunas reflexiones sobre su propio encarcelamiento y también inquietudes y posicionamientos sobre el encierro hacia los animales no humanos. Nos pareció una bonita carta y una bonita historia con la que esta termina «El niño que amaba a los animales».

Junio 2024. Cárcel de Estremera (Madrid)

Te agradezco mucho el que me hayas escrito. Para mi supone una inyección de apoyo, ya que me siento un poco solo. Mas ahora, que al cambiarme de modulo he perdido el contacto con X y con otros amigos.

Me comentaron que os llegaron mis dibujos, y que formaron parte de vuestra exposición. Estos eran solo una parte de un texto con diez dibujos de animales, al que he titulado “animalmente”. Es una critica al encierro de los gigantes enjaulados, desde una perspectiva animalista. Comienza así: “El hombre, el homo-sapiens, es el único animal de la Naturaleza que construye prisiones y las sostiene con orgullo. El único que hace trampas y captura prisioneros por martirizar, por odio, desprecio, venganza, soberbia, por placer o puro negocio…”. También tengo otros textos sin publicar, como “cárcel-negocio”, “la cultura del miedo” o “la sociedad del castigo”, y dibujos anticarcelarios.

Igualmente sigo luchando de boli para denunciar los abusos y carencias de esta prisión de Estremera. Donde mas caña estoy dando es con el tema médico-sanitario, ya que nos están privando de nuestro derecho a la salud, además de evidencias de abusos penitenciarios y algunas gamberradas de sus tirano-carceleros. Y en este sentido, me siento más solo todavía. El colectivo de presos apenas reivindica. La mayoría desconoce sus propios derechos, mostrando poco interés y dedicando poco esfuerzo por cambiar la situación. Hace tiempo que se está produciendo una triste y peligrosa involución penitenciaria. Como yo digo “los presos de ahora no son como los de antes, y los de antes muchos han cambiado”, o eso pienso yo. El preso de ahora es más hostil con el propio preso y más compañero con el carcelero.

Me siento muy identificado con lo que dices, de que a veces te sientes como en otra dimensión. Yo siempre me he sentido así. Nunca entendí al sistema ni a mucha de sus gentes, ni al querer aparentar, ni dar más importancia al tener que al ser, ni a la cultura del miedo, ni a la sociedad del castigo. Nunca entendí las guerras, ni el cuarto oscuro, ni el maltrato animal.

Por un mundo también sin jaulas para mis amigos los animales. Te mando un texto. Un fuerte abrazo.

Cherra.

El niño que amaba a los animales

Tuve una adorable infancia salvo en una excepción, yo afortunadamente era diferente. Asi mis padres me querían con locura y se desvivían conmigo, tanto, que a veces les costaba pillarme.

Mi padre con frecuencia me llevaba a las corridas de toros. Yo me quedaba blanco, descolocado, no sabía donde esconderme. No supe expresarme. Asi, mi padre le dijo a mi madre: “Al niño no le gustan los toros”.

Mi padre, me llevaba al circo a ver a los elefantes, para demás niños eran magestuosos. Para mí, además encadenados. Tampoco supe expresarme. Mi padre le dijo a mi madre: “Al niño no le gusta ni el circo ni los elefantes”.

Mi padre, los fines de semana, me llevaba al zoo, los niños reían, yo lloraba. Me escondía y fingía estar malo. Así, mi padre le dijo a mi madre: “Al niño no le gusta el zoo ni los animales”.

Cuando tenía unos seis años al fin me expresé. Solté a todos los animales de la casa rural del pueblo; a las gallinas, a los patos, a los cerditos y al precioso caballo. Mi madre le dijo a mi padre: “Te equivocas, el niño adora a los animales”.

Fuente: La Corda

Audio de la presentación de la campaña de goteo de Familias Frente A la Crueldad Carcelaria en La Libre de Santander

Pincha aquí para escuchar el audio

El SÁBADO 20 DE ABRIL Familias Frente A la Crueldad Carcelaria compartieron en La Libre los motivos y objetivos de la campaña de petición de ayuda solidaria y otros detalles de su actividad.

Ya han llegado al mínimo de la campaña de Goteo, no obstante, aún queda mucho por caminar en esta carrera de fondo. Si se superara el mínimo se podría llegar más lejos en los casos abiertos, e incluso poder asumir algún caso más.

Como ya han comentado, se trata de atender económicamente los casos jurídicos que tienen abiertos:

– El de un muchacho preso en el departamento de aislamiento de la cárcel de Albocàsser (Castellón), muerto a causa de una sobredosis de metadona administrada por los servicios médicos de esa terrible cárcel y tratada con criminal negligencia por la médica carcelera que estaba de guardia. El cadáver fue remitido precipitadamente a su familia, residente en Murcia,con huellas evidentes de malos tratos. El juez competente denegó la petición de una segunda autopsia porque aún no conocía los resultados de la primera. El informe definitivo del forense, entregado con casi un año de demora, pasaba por alto las lesiones y ponía en duda que la metadona y, por tanto, la negligencia médica, fueran con seguridad la causa de la muerta. La fiscalía se retiró del caso no presentando acusación. La impunidad de los responsables de la muerte hubiera quedado asegurada si la familia, con apoyo de Familias frente a la crueldad carcelaria no sostuviera la acusación particular, presentando un informe forense particular que establece con seguridad la causa de la muerte en la sobredosis de metadona, aunque no puede probar las lesiones al haberse enterrado el cadáver por orden del juez.

– El de un enfermo mental que lleva 12 años preso, desde los 18 años, padeciendo una combinación de trastornos psiquiátricos y no habiendo recibido hasta nuestra intervención ni siquiera un diagnóstico claro y aún menos un tratamiento adecuado, a no ser que se considere como tal el régimen especial penitenciario de castigo por aislamiento, con las violencias correspondientes por parte de los carceleros, y una serie de condenas que han venido a aumentar la que ya padecía, por incidentes debidos a los problemas de salud mental.

– El de otro enfermo psiquiátrico, que ya ha salido en libertad, gracias a los buenos oficios de nuestra abogada, pero destrozado psíquicamente, abocado a la psiquiatrización y con un sumario pendiente debido a acusaciones de los carceleros por hechos sucedidos cuando sufría también el régimen de aislamiento y que, más que delitos, son síntomas de su enfermedad.

– Dos casos de grandes condenas y larga estancia en prisión, con graves enfermedades tratadas con negligencia por la sanidad carcelaria, y en cada uno de los cuales hay que luchar incluso en los juzgados para que se les reconozca el más elemental derecho. En el otro.

– Y un caso más de una persona que, habiendo salido en libertad con su toxicomanía sin curar a pesar de una estancia muy prolongada en la cárcel, ha vuelto a ella con su condena aumentada por supuestos delitos cometidos a causa de ella, y con un sumario pendiente de la estancia anterior por una acusación de los carceleros tergiversada y superagravada.

Si logran el mínimo de esta campaña, podrían atenderlos al menos durante el año en curso. Con otros 6000 euros más, estaría asegurada la continuidad de su actividad de apoyo jurídico al menos durante un año más. y, todo lo que aportéis por encima de eso, estaría destinado a la organización de uno,  o más, todos los que se puedan, de sus talleres de apoyo mutuo.

Así que existen motivos muy serios para COLABORAR con la campaña de goteo.

¡CUENTAN CON NOSOTRAS!

https://www.goteo.org/project/ffacc-familias-frente-a-la-crueldad-carcelaria

Y recordad que se puede DESGRAVAR hasta un 80% de lo que se aporte.

Aquí podéis calcular cuánto os devolverían según la cantidad aportada: https://www.goteo.org/calculadora-fiscal

FAMILIAS FRENTE A LA CRUELDAD CARCELARIA

Abolir el aislamiento penitenciario

Decía Foucault que la soledad [impuesta] es la condición primera de la sumisión total. Por eso no es de extrañar que el aislamiento penitenciario, el confinamiento solitario o como se quieran llamar los regímenes de vida excepcionales en las prisiones de todo el mundo, sean consustanciales a la idea misma de prisión: someter y neutralizar. Lejos o en el papel mojado quedan los derechos de las personas presas o los principios de reinserción, reeducación, rehabilitación que proclaman las constituciones cuando se trata de anular al enemigo interno, el delincuente.

Ya sea utilizado como sanción frente a la indisciplina grave, como medida administrativa de seguridad, protección o por decisión de un juez, las consecuencias del aislamiento en los seres humanos son desastrosas. Así lo reconocía Juan[1] que pasó un año en aislamiento mientras estuvo preventivo: “Es como un infierno, si no estás fuerte te vuelves loco. La gente se suicida, quema el chabolo, se hablan solos… y tú lo escuchas”[2].

La reducción de estímulos a todos los niveles debido a la falta de actividades y contacto humano significativo genera daños en la salud física, mental y social de quienes se aplica. Las investigaciones y estudios hablan que estos van desde el insomnio y la confusión hasta la alucinación y la psicosis[3], riesgo de automutilación y suicidio. Asimismo este régimen se ensaña con aquellas personas que previamente tienen sufrimiento mental, patologías o tóxicodependencias. Como lo confirma Marcos, después de pasar años por un largo confinamiento solitario: “Las personas que moran en estos departamentos, son personas que ya de por si están arrasadas, personas que no tienen ningún control de sí mismas, de sus vidas, personas con una serie de problemáticas, trastornos y patologías mentales que les impiden o incapacitan para vivir en un contexto de cierta normalidad. No digamos ya para resistir o combatir los terribles efectos que produce, el régimen de aislamiento o primer grado, produciéndose una situación de extrema crueldad quedando atrapados y enquistados en ese régimen brutal, que se ceba con ellos y les aplica e inflige con toda contundencia los mismos remedios. Porque la institución es ciega a las personas, y sus circunstancias personales, es una máquina trituradora”.

Además, las condiciones materiales en las que se desarrolla el aislamiento, agravan aún más el sufrimiento. Isabel, presa en primer grado, a su salida testimoniaba como “Los módulos de aislamiento están situados en bajos, las ventanas están enrejadas lo que no permite la luz natural y además a metro y medio de la celda hay un muro, que no te permite ni siquiera ver el cielo. La luz artificial de la celda está en una pared y es una pequeña bombilla dentro de una caja de plástico, esa luz no permite leer ni en la cama ni en la mesa ni siquiera de día”. Condiciones confirmadas por Julián, también sobreviviente del aislamiento: “Duchas atascadas, mucha suciedad, colchones con vómito o rotos… Las ventanas daban para un patio muerto, muy pequeño, tapado con alambre. La única visión del mundo que teníamos era trocitos del cielo azul de la sierra madrileña”.

La opacidad que envuelve a este tipo de régimen de vida carcelaria y las condiciones que suponen puede también dar lugar, como afirma el Comité Europeo para la Prevención de la Tortura (CPT), a que se infrinjan malos tratos de forma intencionada[4]. Por todo ello, los Principios Básicos para el Tratamiento de las Prisiones de las Naciones Unidas (1990), establecieron que debían emprenderse y fomentarse esfuerzos dirigidos a la abolición del régimen de aislamiento como castigo, o reducir al máximo su uso.

Para informar sobre la regulación legal sobre el aislamiento penitenciario, exponer las graves consecuencias físicas y psicológicas que genera su aplicación, visibilizar los relatos de personas que lo han sufrido y manifestar que la regulación prevista supone un trato cruel e inhumano, una veintena de organizaciones de derechos humanos en el estado español han lanzado una campaña por la Abolición del Aislamiento Penitenciario [5]. Visibilizar es el primer paso para erradicar.

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[1] Los nombres empleados son ficticios para evitar identificaciones y represalias.

[2] Los testimonios aquí recogidos forman parte del Informe de la Campaña por la Abolición del Aislamiento Penitenciario https://aen.es/wp-content/uploads/2023/05/Informe-para-la-campan%CC%83a-…

[3] Declaración de Estambul

[4] CPT/Inf(2011)28-part2 Confinamiento de presos en solitario.

[5] Puedes revisar el informe en el siguiente enlace: https://aen.es/wp-content/uploads/2023/05/Informe-para-la-campan%CC%83a-…

Fuente: Briega

Radio Tirso libertaria: Pobres en prisión

La justicia no es igual para todos. Las prisiones están llenas de gente pobre. Los ricos y poderosos roban millones y nunca entran en la CÁRCEL.

También tratamos el tema de las drogas, como el poder introdujo las drogas en barrios obreros para acallar las protestas sociales. También como el gobierno introduce drogas en las prisiones para adormecer a los presos y presas y que no reclamen sus derechos.

Dale aquí para escuchar el programa

¿¡Sanidad entre cuatro muros!?

CUIDADOS Y ATENCIÓN, NO CASTIGO Y AISLAMIENTO

Las torturas y vejaciones se han convertido en la idiosincrasia propia de los centros penitenciarios, y es que, no nos engañemos, la cárcel por sí misma enferma y asesina. Son muchos los determinantes que conllevan al mal estado de salud de las personas presas, lo que, sumado al mayor riesgo de padecer enfermedades infecciosas, inmunodepresoras o crónicas, termina derivando en un elevado índice de problemas relacionados con la salud mental que llevan, en última instancia, al suicidio.

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