Desatención sanitaria entre otros despropositos…desde la cárcel del Topas

Compartimos esta carta de un compañero preso en la cárcel de Topas, en Salamanca. En la carta, que como siempre llega con retraso, nos explica varias situaciones de negligencia en la supuesta prevención del COVID-19, muestras del poco interés real que hay en cualquier tema que tenga que ver en la salud y bienestar de las personas presas. También hace una pequeña pincelada de como se siente en relación a la lucha colectiva por los 14 puntos de la tabla reivindicativa y nos pone el ejemplo de una de las situaciones de abandono y maltrato médico que está sufriendo.

18/03/2020

Hola X. Parece que cada día me cuesta mas escribir y que tengo menos cosas que decir. Sé que no es cuestión sino de ponerse de nuevo, para que poco a poco vayan fluyendo tanto las ideas como la motivación. Pero joder, cuesta bastante. Yo estoy bien, mas o menos como siempre, esto es «no-mal». Podría ser peor, siempre podría ser peor. Te entiendo cuando dices eso de que hay días  en que no se cumple ninguna de las expectativas que tienes. Aunque creo que yo hace mucho que dejé de esperar algo.

Ahora nos encontramos que ya han pasado unos días de la puesta en marcha del Decreto Real, con todas sus medidas que augmentan nuestro aislamiento.  Pretenden «remediarlo» aumentando en 4 el numero de llamadas telefónicas que podemos hacer a la semana. Ayer permitieron a la gente quedarse en la celda, de forma voluntaria, durante el tiempo de patio. También ayer mandé instancias al director, solicitando que no cerrasen el patio a las 13h y a las 19h con el fin de mitigar las aglomeraciones, puesto que de nada sirve dejar que la gente se quede en celdas si luego nos obligan a estar amontonados a la hora de la comida y la cena. Y la media hora que sigue a estas, en las que tenemos que estar en lo que llaman «sala de día» esperando a la subida a celdas.

Con la comida y la cena siguen cometiendo las mismas negligencias de costumbre: preparan un montón de bandejas -todas las que caben en el mostrador del office- antes de que nos dejen entrar al comedor, en vez de ir repartiendo según vamos entrando, con lo cual exponen las bandejas y comida de forma gratuita a la multitud que entra. Además, es el cabo de limpieza, sin guantes ni protección alguna, quien las ordena.

Por supuesto y hasta hoy, esto de desinfectar espacios comunes es algo ausente. Solo la semana pasada, un día, desinfectaron la entrada a módulo: es que venia el director y su camarilla a informar que no se suspendían los vis a vis (al día siguiente dijeron en la televisión que sí).

Seguir leyendo