Ventiladores, agua fría y mosquiteras. También en aislamiento. Cambio climático y prisiones

En pleno verano el calor se vuelve insufrible. Nos sentimos cansadxs, irritadxs, con dolores musculares y de cabeza… con una necesidad incontrolable de tomar agua fría y alimentos que nos refresquen un poco, de encontrar espacios con aire acondicionado, de acudir a playas, piscinas y sumergirnos en agua para dejar de sentir el calor pegado a nuestra piel por un rato. El descanso nocturno tan necesario a veces resulta difícil de lograr. Ventilar, aprovechar para salir a la calle cuando cae el día, buscar formas de repeler a los insectos… son los consejos básicos y lógicos que cada año se repiten. Consejos imposibles de llevar a cabo estando encerradx entre muros de hormigón y con nada de autonomía para decidir nuestros horarios, lo que comemos o donde ir.

En prisión cuando sucede un hecho anómalo como fue la pandemia, las bajadas extremas de temperatura en invierno, las olas de calor del verano, la hostilidad que se vive dentro se multiplica, y se desatan consecuencias muy negativas que ya se mantenían pendientes de un hilo fuera de la hostilidad añadida.

Estamos viviendo una ola de calor en gran parte de Europa. Las compañeras y compañeros que tienen secuestradas en las prisiones se encuentran desesperadas. Ahora en verano se tienen que seguir cumpliendo rigurosos horarios que no van acorde a las temperaturas, como salir al patio al mediodía o tener que encerrarse en la celda hasta el día siguiente a partir de las X de la noche. Por la noche cuando “refresca” un poco, es cuando no hay opción de salir fuera de 4 paredes. Peor es aun para quien está en aislamiento, en 1r grado o pagando una sanción, y que tienen que pasar en la celda más de 20 horas al día.

Hay personas que comentan que la alimentación no está adaptada a cada época del año, y que a veces en pleno verano hay guiso o garbanzos calientes para comer. Otro compañero preso en una cárcel catalana nos cuenta que en la prisión donde se encuentra, la máquina de agua fría embotellada (que obviamente hay que pagar) no funciona, por lo que la única opción es beber agua del grifo a “temperatura ambiente”. Otras nos explican que se duchan continuamente para no asfixiarse, y que se cambian 7 veces al día de camiseta por la sudoración.

En las prisiones no hay mosquiteras en las pequeñas ventanitas de las celdas, que puedan proteger de las picaduras. Desde Huelva nos dicen que no pueden más con los mosquitos, que tienen el cuerpo acribillado.

Recordamos que las cárceles no son espacios climatizados, por lo menos en las partes donde tienen que habitar las personas presas. Las celdas no cuentan con ventilación suficiente, ni con sistema de control de la temperatura. La única opción es disponer de algún ventilador. Recordamos que los ventiladores no forman parte de la infraestructura básica del propio lugar de encierro y que quien lo quiera, tiene que pagarlo como prácticamente todo dentro. Recordamos también que a veces, según las propias normativas de cada centro y lo que allí se consideran “motivos de seguridad” no permiten tener ventiladores, especialmente en módulos de aislamiento. A veces de forma general, a veces para personas concretas cuando pagan una sanción. Esto supone tirarte más de 20 horas al día encerrado en una habitación sin ninguna clase de aparto que alivie un poco el calor y con limitaciones varias añadidas, que a veces incluso pueden ser no poder tener bolígrafos para escribir, si así lo considera el centro.

Aprovechamos este escrito para sacar a la luz que el pasado miércoles 17 de julio de 2024, un compañero del módulo 12 de la cárcel de Brians II (Barcelona) se quitó la vida, ahogándose con una sábana de su celda hasta quedarse sin aire. Su nombre es aun anónimo. Enviamos todo nuestro apoyo a sus compañerxs, familiares, amigxs y todas aquellas personas que sientan dolor por su pérdida. Recordamos que los lazos de solidaridad que nos unen son irrompibles e impenetrables. Aquí fuera siempre habrá personas dispuestas a sostener, apoyar y luchar por la dignidad de todas aquellas que se encuentran dentro secuestradas y para hacer de vehículo amplificador de las voces que quieren gritar desde el otro lado, pero no pueden porque están amordazadas.

La cárcel mata y sus múltiples consecuencias son una cuestión evidente. Desde La Corda nos preguntamos si ante esta muerte y otras tantas situaciones es apropiado utilizar la expresión “un hombre decide quitarse la vida”.

Vejaciones, humillaciones, acoso, desprecios, violencia, abusos de poder constante, chantaje… Precariedad y explotación laboral… Desatención médica y falta de profesionales que obliga a que lxs carcelerxs hagan funciones de “enfermerxs”, como pasar revisión entre presxs para valorar quien tiene o no que ir a consulta médica, falta de acompañamiento y tratamientos para patologías graves como epilepsia, cáncer, trastornos de alimentación, salud mental, movilidad reducida y un larguísimo etcétera. Alejamiento de lo que se quiere y de quien se quiere, olvido, sensación constante de agobio, ansiedad, preocupación por el futuro. Indefensión jurídica. Desesperación, depresión, pocas ganas de seguir viviendo en estas condiciones sin saber hasta cuando. Y a todo esto se le suma lo dicho anteriormente, de vez en cuando hechos que amplifican o añaden más dolor al propio día a día: ahora sufrir constantemente un calor inaguantable.

La cárcel mata, a veces muy lentamente, y no mira atrás. La opacidad de sus muros, normativas y vacíos legales permite que las vidas que se lleva consigo o las que sufren y resisten allí dentro se pierdan en el olvido o, incluso, en el eterno anonimato. Es una estructura que solo responde a unos intereses determinados, y radicalmente opuestos a los nuestros. No dejemos que el silencio nos haga cómplices.

Es por eso que os animamos a sumaros a esta convocatoria. Llamar a las siguientes prisiones, en días concretos para exigir algo muy básico para la salud y el bienestar de las personas: VENTILADORES, AGUA FRIA Y MOSQUITERAS, para todxs lxs que se encuentran encerradxs, también en aislamiento. Si preferís ocultar vuestro número de teléfono, podéis hacerlo añadiendo al principio del número de la prisión el prefijo “#31#”. Podemos recordar la temperatura a la que nos encontramos, los consejos básicos para soportar el verano y prevenir consecuencias en nuestro cuerpo. Podemos exigir hablar con algún responsable, que conste y se registre nuestra queja. Podemos hacerles ver que nos acordamos de las personas que están presas y de las condiciones en las que tienen que vivir. Para nosotrxs que estamos fuera solo suponen llamadas de teléfono, pero para las personas que están dentro significa que alguien les dedica unos minutos, significa que algo de aire fresco llega a su encierro.

Abajo todos los muros.

Cambio climático y prisiones

Reconoce la ONU que algunos de los efectos del cambio climático son el aumento de las temperaturas, un incremento de las sequías con escasez de agua y el agravamiento de las tormentas e inundaciones. Fruto del calor extremo que sufrimos nos cuesta respirar, casi no podemos caminar, no dejamos de sudar, se intensifican los dolores de cabeza y el mal humor, en el mejor de los casos. En el peor podremos sufrir calambres, convulsiones, desmayo y un paro cardíaco. Frente a ello, los gobiernos -por otra parte inertes a acciones efectivas frente a este desastre medioambiental- nos recomiendan que bebamos mucha agua, que permanezcamos el mayor tiempo posible en lugares frescos, aireados y climatizados, que hagamos comidas ligeras y que no hagamos actividad en la calle en las horas centrales del día.

Ahora bien, imaginémonos ese calor tórrido de más de 40 grados, rodeadas de cemento armado, en una habitación diminuta, cerrada y compartida con otras 3 o 5 personas, con una sola ventana, pero en la que hay una reja que no deja pasar el aire y sin posibilidad de refrescarte porque la ducha está fuera de tu habitáculo y no tienes acceso a ella. Pues a grandes rasgos, esta es la realidad que se vive en muchas cárceles italianas. Celdas hacinadas y sin espacio para respirar donde las personas presas pasan las eternas horas del verano sin actividades. Patios sin sombra donde desentumecer el cuerpo que parecen el magma de un volcán desintegrándose. En algunas estancias, he visto que dejan el grifo del agua abierta de forma permanente porque es la única forma que llegue agua fresca en algún momento. Hay pocos ventiladores, quien los puede adquirir tiene que pagar 40 euros, casi el doble de precio que se paga en el exterior, y algunas veces… ni los pueden encender porque el sistema eléctrico no lo soporta.

En las cárceles de la península ibérica, si bien no presentan el hacinamiento de las italianas, el calor que se sufre es igualmente infernal. Las temperaturas extremas impiden salir al patio, porque no hay sombra o donde la hay el riesgo de sufrir un golpe de calor es elevado y la canícula dificulta conciliar el sueño o realizar ningún tipo de actividad. La única forma de contacto directo con el exterior es a través de llamadas telefónicas, pero algunas cabinas telefónicas que son cerradas se convierten durante el estío en auténticos hornos que impiden la realización de llamadas bajo riesgo de shock térmico. Otra reclamación habitual es la falta de aire acondicionado o que este no funcione en las salas de coloquio o zonas comunes. El Mecanismo Nacional de Prevención de la Tortura ha denunciado que en las celdas de algunas prisiones las ventanas está recubiertas con paneles metálicos perforados delante, que impiden tener acceso a vistas, luz natural y ventilación suficiente.

Una reciente investigación realizada en las prisiones de los Estados Unidos 1, confirma la relación entre el calor extremo y el incremento de la mortalidad en las cárceles. Estas muertes aumentan no solo en los días de más intensidad, sino que en los días consecutivos a una ola de calor los suicidios se incrementan en un 23%. Además, las personas presas representan un perfil de riesgo sanitario debido a la sobrerrepresentación de problemas de salud en general y de sufrimiento emocional en específico, a lo que se une la falta o carencia de atención médica adecuada. Ante dificultad de acceder a un ventilador, por ejemplo, algunas personas optan por mojar sus ropas o encharcar el suelo y dormir allí. Jueces de varios estados han determinado que someter a las personas presas a temperaturas extremas es inconstitucional pero no han obligado a tomar medidas para aliviar la situación, que por otra parte serían impopulares frente al populismo punitivo electoralista.

También se ha comprobado que existe una relación directa entre estrés térmico e incremento de la violencia. La exposición absoluta al calor hizo que aumentaran los hechos de violencia en la cárcel de Mississippi, según revela un estudio allí realizado. A parte del daño físico que las agresiones representan estas suponen también un daño a la salud mental por tener que vivir en un lugar violento. Estos excesos suponen un incremento de las sanciones disciplinarias y de los delitos, lo que conlleva una reducción de beneficios, un alargamiento de las condenas y la consecuente masificación.

Con el incremento del calor, igualmente se verán aumentar las enfermedades infecciosas y las plagas de insectos. Las prisiones latinoamericanas ya están en la actualidad infestadas de estos parásitos. En los penales chilenos, por ejemplo, los informes actuales relativos a las condiciones carcelarias del Instituto Nacional de Derechos Humanos recogen las malas condiciones de salubridad, con plagas de pulgas, chinches y vinchucas (responsable del llamado Mal de Chagas).

Todo lo anterior, vulnera los estándares mínimos internacionales de derechos humanos para el tratamiento de personas privadas de libertad. El encierro se vuelve incompatible con la dignidad humana, transformándose en trato inhumano, degradante e incluso tortura. Un infierno, literalmente.

1 https://www.prisonpolicy.org/blog/2023/07/19/climate_change/

Abolir el aislamiento penitenciario

Decía Foucault que la soledad [impuesta] es la condición primera de la sumisión total. Por eso no es de extrañar que el aislamiento penitenciario, el confinamiento solitario o como se quieran llamar los regímenes de vida excepcionales en las prisiones de todo el mundo, sean consustanciales a la idea misma de prisión: someter y neutralizar. Lejos o en el papel mojado quedan los derechos de las personas presas o los principios de reinserción, reeducación, rehabilitación que proclaman las constituciones cuando se trata de anular al enemigo interno, el delincuente.

Ya sea utilizado como sanción frente a la indisciplina grave, como medida administrativa de seguridad, protección o por decisión de un juez, las consecuencias del aislamiento en los seres humanos son desastrosas. Así lo reconocía Juan[1] que pasó un año en aislamiento mientras estuvo preventivo: “Es como un infierno, si no estás fuerte te vuelves loco. La gente se suicida, quema el chabolo, se hablan solos… y tú lo escuchas”[2].

La reducción de estímulos a todos los niveles debido a la falta de actividades y contacto humano significativo genera daños en la salud física, mental y social de quienes se aplica. Las investigaciones y estudios hablan que estos van desde el insomnio y la confusión hasta la alucinación y la psicosis[3], riesgo de automutilación y suicidio. Asimismo este régimen se ensaña con aquellas personas que previamente tienen sufrimiento mental, patologías o tóxicodependencias. Como lo confirma Marcos, después de pasar años por un largo confinamiento solitario: “Las personas que moran en estos departamentos, son personas que ya de por si están arrasadas, personas que no tienen ningún control de sí mismas, de sus vidas, personas con una serie de problemáticas, trastornos y patologías mentales que les impiden o incapacitan para vivir en un contexto de cierta normalidad. No digamos ya para resistir o combatir los terribles efectos que produce, el régimen de aislamiento o primer grado, produciéndose una situación de extrema crueldad quedando atrapados y enquistados en ese régimen brutal, que se ceba con ellos y les aplica e inflige con toda contundencia los mismos remedios. Porque la institución es ciega a las personas, y sus circunstancias personales, es una máquina trituradora”.

Además, las condiciones materiales en las que se desarrolla el aislamiento, agravan aún más el sufrimiento. Isabel, presa en primer grado, a su salida testimoniaba como “Los módulos de aislamiento están situados en bajos, las ventanas están enrejadas lo que no permite la luz natural y además a metro y medio de la celda hay un muro, que no te permite ni siquiera ver el cielo. La luz artificial de la celda está en una pared y es una pequeña bombilla dentro de una caja de plástico, esa luz no permite leer ni en la cama ni en la mesa ni siquiera de día”. Condiciones confirmadas por Julián, también sobreviviente del aislamiento: “Duchas atascadas, mucha suciedad, colchones con vómito o rotos… Las ventanas daban para un patio muerto, muy pequeño, tapado con alambre. La única visión del mundo que teníamos era trocitos del cielo azul de la sierra madrileña”.

La opacidad que envuelve a este tipo de régimen de vida carcelaria y las condiciones que suponen puede también dar lugar, como afirma el Comité Europeo para la Prevención de la Tortura (CPT), a que se infrinjan malos tratos de forma intencionada[4]. Por todo ello, los Principios Básicos para el Tratamiento de las Prisiones de las Naciones Unidas (1990), establecieron que debían emprenderse y fomentarse esfuerzos dirigidos a la abolición del régimen de aislamiento como castigo, o reducir al máximo su uso.

Para informar sobre la regulación legal sobre el aislamiento penitenciario, exponer las graves consecuencias físicas y psicológicas que genera su aplicación, visibilizar los relatos de personas que lo han sufrido y manifestar que la regulación prevista supone un trato cruel e inhumano, una veintena de organizaciones de derechos humanos en el estado español han lanzado una campaña por la Abolición del Aislamiento Penitenciario [5]. Visibilizar es el primer paso para erradicar.

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[1] Los nombres empleados son ficticios para evitar identificaciones y represalias.

[2] Los testimonios aquí recogidos forman parte del Informe de la Campaña por la Abolición del Aislamiento Penitenciario https://aen.es/wp-content/uploads/2023/05/Informe-para-la-campan%CC%83a-…

[3] Declaración de Estambul

[4] CPT/Inf(2011)28-part2 Confinamiento de presos en solitario.

[5] Puedes revisar el informe en el siguiente enlace: https://aen.es/wp-content/uploads/2023/05/Informe-para-la-campan%CC%83a-…

Fuente: Briega

Acciones conjuntas en Galiza el 20 de febrero por la salud de las personas presas

La coordinación antirrepresiva gallega Abaixo os muros convoca dos acciones simultáneas, en Pontevedra y Ourense, para este sábado 20 de febrero. La situación extrema creada en las cárceles en el contexto de la alarma social y sanitaria debida al COVID, ha llevado a un grupo de familiares y amigos de los presos, con el apoyo de otros grupos defensores de los derechos humanos, a denunciar la medidas abusivas y exigir soluciones a la situación de violación de los derechos de los presos. A continuación el texto de la convocatoria.

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Vacuna S.O.S cárceles

El incremento de las muertes en prisión por motivos no naturales y relacionadas con el coronavirus se da en medio del hermetismo y ocultamiento sistemático de las mismas.

La suspensión de las comunicaciones con familiares y amistades; la consideración como grupo de riesgo a vacunar prioritariamente al funcionariado penitenciario y no tanto a las personas presas; la situación en muchos reclusorios, y departamentos carcelarios, de masificación, hacinamiento, humedad, suciedad, celdas pequeñas compartidas y, en general, las condiciones de vida infrahumanas que facilitan la transmisión del coronavirus…, son el pan nuestro de cada día en las cárceles vascas y españolas. Además, se dan con mayor intensidad en determinados penales y departamentos, como enfermerías, aislamiento o módulos de mujeres.

Todas estas cuestiones son la expresión del abandono y ensañamiento con el que la administración vasca y española tratan a las personas presas. El servicio de salud vasco, y del resto de autonomías, podrían haber llevado la iniciativa ya, como en el caso de Cantabria. Hubiera sido fácil haber posibilitado vacunarse a la población encarcelada para evitar la transmisión y facilitar su inmunización.

Pero no lo están haciendo con la urgencia y emergencia necesaria. De hecho, para quienes ya han muerto es demasiado tarde.

Es mejor limitarse a suspender derechos y hacer la privación de libertad más cruel. Imagínense que en las residencias para ancianos hubieran vacunado al personal sociosanitario y no a las personas mayores, limitándose a mantenerlas encerradas sin visitas.

Hubiera sido un escándalo que derrumbaría al gobierno .Seguramente otro gallo hubiera cantado, y hoy la población encarcelada hubiera accedido a la vacuna, si la epidemia se hubiera llevado por delante la vida de algún personaje preso de la calaña de Rato o Urdangarin, a los que, por cierto, se concede con sorprendente facilidad –en comparación con el resto– beneficios penitenciarios tales como permisos de salida, régimen abierto y libertad condicional.

Cesar Manzanos Bilbao , febrero 2021

Fuente: Salhaketa Araba

Carta de un compa desde el centro de prisioneros Topas

Con Raul Tomás Cuenca realizando el undécimo turno de la huelga de hambre rotativa por la salud y la vida de las personas presas, publicamos estas palabras que un preso encarcelado en Topas compartió con lxs compas de «fuera del orden».

04-11-2020

(…) ando todo asqueado, pues llevo desde los 24 años aquí metido y he perdido una de mis mejores épocas de vida, cosa que jamas recuperaré por culpa de este encierro y falta de libertad y todavía me quedan años para llegar al total de mi condena, así que ando un poco amargado… seguimos sin vis-vis y el único desvío del talego que sería juntarme con la familia lo haré este domingo a través de un puto cristal y 40 minutos… y eso si no lo cortan antes, ya que con el tema del Covid se están pasando mucho.

(…) Aquí como vivimos herméticos pues es como que no pasa nada, y lo que hacen es restringir nuestros derechos en todos los niveles, comunicaciones, cultura, estudios, relación con otros módulos, etc… eso a nivel personal, y a nivel judicial; permisos, grados, paralización de juicios, salidas hospital, médicx en general, está todo hecho un asco.

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Sanidad penitenciaria: una política de exterminio

Con el compa Cabrero realizando el tercer día del tercer turno de la huelga de hambre rotativa en defensa de la salud y la vida de la gente presa, compartimos el programa de tokata y fuga «Sanidad penitenciaria: una política de exterminio».

Comentamos las vicisitudes de la huelga de hambre rotativa en defensa de la salud y la vida de la gente presa, leyendo un comunicado de Peque, el compañero que está terminando el segundo turno en el momento de grabar el programa, y otro de otro compañero participante. Nos hacemos eco de otras propuestas de afrontar las mismas situaciones como, por ejemplo, la convocatoria de una marcha a la cárcel de A Lama en defensa del derecho a la salud de lxs presxs. Hablamos de algunas muertes recientes en prisión y, finalmente, con un compañero abogado de cómo están las cosas en el aislamiento de Villena, de la situación de un compañero preso allí que, padeciendo problemas psiquiátricos ha recibido recientemente varias palizas, lo cual no es la primera vez que le sucede. Hacemos algunas reflexiones sobre cómo afrontar la problemática de lxs enfermxs mentales encarceladxs.

Para escuchar el programa dale aquí

Aportaciones de un prisionero político vasco sobre la propuesta de presxs en lucha

Un compa vasco aporta varias opiniones sobre la Propuesta de Lucha Colectiva y las 14 reivindicaciones. Entra a valorar distintos puntos de la tabla y aporta su visión de los mismos. Por otro lado, ahora que tanto se comenta la falta de propuestas, debate y opiniones entorno a la lucha colectiva, hace una reflexión e incluso una propuesta sobre el tema. A pesar de las dificultades, esperamos que pueda seguir el contacto y un intercambio de ideas.

Aupa!

Tienes razón, cuando hablamos de todo este tema. Es cierto que es importante mantener una comunidad de lucha, unas ideas y valores. Esas cosas se deben hacer ante todo por dignidad y principios. Ocurre que, como has podido comprobar, estoy bastante quemado, no obstante y precisamente, para que me digas y me des caña si hace falta. Al fin y al cabo tengo una cierta experiencia con todas estas cosas talegueras, y tendría que poner esa experiencia a disposición de lxs demás. Así a grandes rasgos, pienso que hay demasiados puntos, aunque todos los temas que tratáis son importantes.

En relación al tema de la sanidad y la desatención médica. Es recurrente oír hablar a lxs presxs, hasta casi exigir, el llamado «Juramento Hipocrático». O sea, apelar al código deontológico de los médicos. Esto pienso que es un error, por dos motivos. Porqué el «primum non procere» -o como se diga eso de «no dañar»- está basado en una infantilización de la persona enferma. Lo segundo, y en consecuencia, porqué su código deontológico es corporativista. Cierto es, sin la complicidad de los médicos carcelarios no habría torturas ni maltratos en la cárcel. Eso es asi, como lo es que, cuando algun médico se comporta como persona lo mandan a paseo a un puesto insolito.

Sobre este tema de la salud, que para mi es super importante, creo que se debería poder sintetizar en un solo punto. Pienso que estaria bien partir de la base de los derechos de la persona enferma, y que deberían determinar el marco de relación entre el enfermo o paciente y el/la médico, mas allá del tradicional paternalismo o infantilizacion del paciente. Estos derechos se resumirían fundamentalmente en cuatro: derecho a la vida, a la asistencia sanitaria, a la información y a una muerte digna.

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La guardia civil impide al compa David Rojas ser valorado por el Tribunal Médico de Murcia

David Rojas Fernández, preso en Murcia II, nos comenta que el pasado jueves 3 de septiembre la guardia civil le negó la entrada al Tribunal Médico de Murcia, dónde tenían que hacerle la valoración para darle una pensión.

Después de mas de 9 meses de trámites burocràticos e insistencia institucional, el compañero al fin consiguió una cita con el Tribunal Médico. Ya había reunido toda la documentación necesaria, así como los informes médicos en relación a su salud física y psicológica. La policia lo cargó en el furgón, esposado atrás de la espalda. El compañero veía que el trayecto se estaba alargando mas de lo normal, y los picoletos empezaron a decir que igual «se habían perdido», que «no estaban seguros del camino», a pesar de que el Tribunal Médico se encuentra detrás de los juzgados viejos, por lo que la policia conoce el camino perfectamente. Cansado de tanto vacileo, al final David les dijo «a ver si tendré que haceros un croquis para llegar!», a lo que uno de los policias le respondió «ya verás tu el croquis que te haré cuando lleguemos».

Cuando llegaron aparcaron, y en vez de entrar en el edificio volvieron a meter a David dentro del furgón, y el policia le dijo «mira el croquis que te hacemos ahora, directo a prisión otra vez», impidiendole asi ser visto por el Tribunal Médico, de lo que depende llegar a conseguir una pensión que ya lleba mucho tiempo gestionando.

Una vez mas, aquí está la complicidad entre todo el engranaje represivo del Estado, formado por fascistas que se dedican a joder a todxs aquellxs que caen en sus manos, especialmente si ya lleban una etiqueta de «rebelde, peligroso, irrecuperable» o cualquier otra chorrada puesta por la misma prisión.

Odio y asco a la policia

Fuente: Grup de suport a presxs de Lleida