Este es el primer año sin nuestra compañera Pastora. Nos sigue costando levantarnos cada mañana sin tu sonrisa, sin tu vitalidad de guerrera indomable. Una vida entregada a la lucha por un mundo sin injusticias y para que todo el mundo tuviera la libertad de ser, actuar, vestir y amar de la manera que quisiera en cada momento. Siempre pobre de caudales pero inmensamente rica de sentimientos, nunca abandonaste tus ansias de conseguir un mundo lleno de amor y armonía.
Hiciste la frase de tu hijo Xosé Tarrío “que la lucha no muera” tuya hasta el final de tus días con una dignidad y una fuerza sobrenatural, nosotrxs la hemos hecho nuestra e intentaremos que sigas estando orgullosa de nosotrxs.
A nosotrxs no nos engañan, y sabemos qué, como Cheché, moriste de cárcel, de todo el sufrimiento que soportaste en la lucha sin cuartel para arrancar de las garras del presidio a tu hijo y tenerle entre tus brazos, todo lo que tuviste que padecer es indescriptible, hasta tu último suspiro, como dirías tú “hecha pelotas” combatiste todas las cárceles, tanto físicas como mentales hasta que tu cuerpo ya no pudo aguantar más todo ese dolor que llevabas dentro y nos dijiste adiós.
Amada Pastora sigues entre nosotrxs, tu energía nos sigue alumbrando como el primer día que te conocimos, sigue brillando más que mil estrellas en el firmamento, y nunca dejaremos que nos tuerzan porque siempre conservaremos toda la fuerza e ilusión que nos proporcionaste, y eso vale más que todo el oro del mundo.
Nai Imperdible, las ratillas no te olvidan..
Fuente: Editorial Imperdible