Como ya hemos ido viendo, se sigue usando el COVID y las supuestas medidas de protección para arrebatar impunemente los pocos derechos que tienen las personas presas. Constantemente se les ponen dificultades y se les marea, a ellxs y a familiares y allegadxs, en relación a las comunicaciones y contacto dentro-fuera. Mientras en la calle ya hace un tiempo que hemos vuelto a la “nueva normalidad”, dentro de las cárceles lxs presxs siguen aisladxs y aun mas incomunicadxs.
Aquí va otro ejemplo de como juegan con lo poco humano que tienen lxs de dentro: el contacto con el exterior. Después de que el día 21 de julio se informara que en las prisiones de Zuera y Daroca (Zaragoza) se volvían a cortar los vis a vis -en principio para 15 días- tenemos nuevas noticias de como avanzan estas medidas represivas y de doble aislamiento, y como no podía ser de otra forma, se está aprovechando para hacer y deshacer sin ningún sentido ni criterio, aplicando normas arbitrarias, de chantaje hacia lxs presxs y donde ya ni siquiera unx puede ampararse a una supuesta “legalidad”, porqué las cosas cambian de un día para otro, según a quien pilles en el teléfono, según lo que le parezca a cada carcelerx o según lo que decida el director/a del centro. Como ya se temía, el corte de los vis a vis no ha sido solo de 15 días, sino que ahora lo han alargado 15 días mas.
Desde el aislamiento de Zuera, David Rojas (que ha perdido el vis a vis familiar que esperaba de hace meses) nos comenta que el pasado jueves les notificaron que las personas que comunican por locutorios no pueden realizar videollamadas. De hecho, la videollamada que tenia programada para ayer viernes, ya no la ha realizado. Le hemos preguntado si sabe si esta medida se la han notificado a mas compañeros y nos asegura que sí. También nos informa que con el tema de que han vuelto a cortar los vis, han aprovechado para volver a “reestructurar” los horarios de comunicación. Reestructurar significa reducirlos y ponerlos, sobretodo a las personas que están en 1r grado, en horas y días donde es prácticamente imposible que nadie vaya a poder ir. En su galería solo se puede comunicar los viernes a las 9’00 de la mañana (teniendo que estar allí media hora antes). Lógicamente, a no ser que vivas al pueblo de al lado, es bastante difícil que a las 8’30 de un viernes puedas estar en la prisión. Por lo que a la practica se traduce en que esta persona – y la mayoría- se quedan sin comunicar. Todo está muy bien orquestado. Ellxs siguen teniendo comunicaciones por locutorio y derecho a ellas, pero a la practica todo se organiza para que resulte imposible realizarlas.
Después de llamar varias veces a la prisión para pedir explicaciones primero nos dicen que esto no es así. Que ahora que no hay vis a vis, tiene que volver ha haber videollamadas para todxs. Decimos que ahí está el tema, que a nuestro compa le notificaron esta suspensión, cuando tenía una videollamada aprobada para el mismo viernes. Después de darle rodeos nos dice que llamemos en media hora. Volvemos a llamar y conseguimos hablar con el mismo tipo, que ahora dice que David no ha hecho la videollamada porque está pagando una sanción. ¿Pero qué sanción? Si fuera por una sanción no le habrían aprobado una videollamada para el viernes. Además, su sanción es de privación de paseo, esto no tiene ninguna relación con las videollamadas que, supuestamente y como ellxs mismxs dicen, son porqué no hay vis a vis. Aunque esté pagando sanciones, él puede seguir comunicando por locutorio, haciendo vis a vis y, en este caso, realizando las videollamadas correspondientes, como ya había hecho otras veces pagando la misma clase de sanción. Por otro lado, si fuera por una sanción, seria algo que le habrían comunicado solamente a él.
Este es solo un ejemplo de la arbitrariedad y del juego perverso de la maquinaria penitenciaria. Porque saben perfectamente lo que supone para lxs de dentro el contacto con la calle: calor, fuerza, cariño y un poco de luz.
Fuente: La Corda