«Ruidosxs, furiosxs y ofensivxs contra el sistema penitenciario!» Manifestación en Berlín por Ferhat Mayouf, asesinado bajo custodia

¡Por la libertad, por la vida!

El 23 de julio 2020, Ferhat Mayouf fue asesinado por el sistema judicial en la cárcel Moabit. Mientras su celda estaba en llamas, Ferhat gritó por ayuda durante varios minutos, pero lxs funcionarixs no abrieron la celda. Ferhat era de Argelia, tenía 36 años y era persona de color. La justicia habla de suicidio, ¡pero sabemos que fue asesinato!

Diariamente las personas de color, inmigrantes, están reprimidas, abusadas, torturadas y asesinadas por el sistema judicial racista y el estado racista. Ya sea a través de las leyes de inmigración, por lxs policías o por instituciones estatales como las prisiones. Ferhat Mayouf también sufrió de esta violencia. Acusado de robo, fue arrestado en Neukölln el 29 de junio 2020. Fue llevado a detención preventiva porque no tenía ciudadanía alemana. Debido a que era persona de color, lxs policías le golpearon tanto que sus costillas se rompieron.

En el 01 de julio 2020, Ferhat llegó a la cárcel en Moabit y pidió ayuda médica. Tenía heridas y se quejaba del dolor que la violencia policial le causó. También exigió ayuda psicológica e insistió en que no se sentía bien. En lugar de llevarlo a un hospital, en lugar de atenderle con medicamentos, lxs oficiales de la cárcel decidieron dejarlo sufrir aún más. Lo llevaron a aislamiento y utilizaron métodos de tortura, como por ejemplo dejar encendida la luz de la celda continuamente. Fue golpeado por lxs carcelerxs y luego lo dejaron solo de nuevo.

«Había un día en el que Ferhat cambió.» dicen su compañeros de prisión. «Fue el día en que lxs carcelerxs entraron en su celda y le pegaron».

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Salud mental entre rejas

El cinismo y la hipocresía del Estado español, de quienes lo manipulan en su propio interés y de quienes lo gestionan a su servicio, sean de izquierdas o de derechas, pretendiendo que la administración y explotación de las catástrofes humanas y sociales que ellos mismos provocan pueden contribuir a su solución en lugar de constituir la parte principal del problema, se ponen de manifiesto una vez más en la gestión de la problemática de la enfermedad mental en prisión, donde se machaca cotidianamente a los débiles para consuelo de los sumisos y cobardes, mientras los responsables hacen planteamientos utópicos que no son suficientes para esconder que son ellos quienes mantienen a gente enferma en un régimen de vida destructivo, porque el capital parasitario al que sirven medra a costa de su sufrimiento y porque el humanismo de la mercancía continúa poniendo su filantropía muy por debajo de su codicia. Traducimos un artículo publicado en catalán por Ester Fayos en la página web de La Directa el pasado 27 de mayo, donde se ofrece una concreta perspectiva de todo eso, aportando documentación y algunos testimonios más o menos comprometidos, que pueden ayudar a situarse críticamente frente a ese sector de la máquina punitiva.

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¡Democtadura!

Publicamos el siguiente artículo de Mohamed Achaf. Escrito desde el aislamiento de Archidona el 17 de febrero hace más de dos meses, tiempo que ha tardado en llegar. En la carta nos comunicaba que iba a comenzar otra huelga de hambre por las mismas reivindicaciones de la última huelga de hambre rotativa, hecho que ya difundieron «Desde Dentro» en una carta de Mohamed posterior a la recibida por nosotras, desde esa carta fechada el 14 de marzo no sabemos como se encuentra el compañero.

¡DEMOCTADURA!

Los antisistema y luchadores por la libertad en particular y la mayoría de la gente en general no nos cabe duda alguna de que esos sistemas, regímenes europeos disfrazados de democracia, de derechos humanos, de pleno derecho, de justicia, de igualdad y de valores civilizados, son en realidad dictaduras y tiranías criminales y sanguinarias, que no dudan en sacrificar al pueblo y a la propia tierra, sus habitantes y sus recursos para satisfacer su ego, sus intereses y sus caprichos en los altares y en los templos de sus dioses falsos. Esos regímenes democtatoriales, neofascistas, neocapitalistas, neocruzados, neocolonialistas, neoesclavistas y neoimperialistas, digo neo porque son mediocres, inútiles, ignorantes, e incompetentes en comparación con orígenes y fundadores y antepasados, que eran más inteligentes, más cultos, más competentes y más elegantes políticamente. Han construido su neoimperio sobre las mentiras, falsedades, engaños, manipulaciones, miedos y terror. Y lo han construido a costa del sufrimiento, el dolor, la sangre, el sudor, las lágrimas, la muerte y los cadáveres de los pobres, que son la inmensa mayoría de los pueblos.

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1º de mayo / En la calle y en prisión, basta de explotación

El próximo sábado 1 de mayo es el día de la clase trabajadora, el día de lxs explotadxs por este sistema atroz que nos condena a la miseria, que nos echa de casa, que nos esclaviza por miseros sueldos, que controla nuestro tiempo, que nos da contratos basura, que nos hace vivir permanentemente en la inestabilidad y en la cuerda floja. Este atentado contra la vida y la dignidad se hace mucho mas visible y crudo dentro de las cárceles. Las prisiones son un negocio, y lxs presxs mano de obra ultra precaria y explotada.

Es por eso que el próximo viernes 30 de abril estaremos en la Plaça del Rei de Tarragona, participando de este acto junto con lxs compañeros de CNT-AIT. Intentando visibilizar mediante una performance, octavillas y participando del micro abierto, lo que supone el trabajo en el talego.

El trabajo como chantaje: Las personas presas, la mayoría procedentes de entornos pobres y con familias que hacen grandes esfuerzos económicos, a menudo deciden intentar trabajar en prisión para poder sobrevivir. Pero no solo es para ganar dinero, sino que se ven presionadas a hacerlo debido al chantaje de los Equipos de Tratamiento. Trabajar se marca como condición prioritaria para poder acceder a un tercer grado o a permisos de salida, entre otras cosas.

Qué es el CIRE: El monopolio del trabajo en las prisiones catalanas está en manos del CIRE (Centro de Iniciativas para la Reinserción). El CIRE es un organismo que depende del Departamento de Justicia de la Generalitat, el paraguas que engloba toda una lista de empresas que hacen negocio a través de lxs presxs. La opacidad hace que sea casi imposible, tanto para lxs de dentro como para lxs de fuera, saber qué empresas son. En Catalunya, casi la mitad de la población penitenciaria (unas 4000 personas) trabajan. La mayoría dentro de las mismas cárceles haciendo tareas internas: lavandería, cocina, limpieza, economato… o en talleres productivos dentro de los muros o, algunas veces, en naves externas.

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Mumia Abu Jamal: el único tratamiento posible es la libertad

El pasado 27 de febrero el preso político Mumia Abu-Jamal fue hospitalizado con graves problemas para respirar y líquido en los pulmones. En el hospital, no solamente dio positivo en Covid-19 sino que también le diagnosticaron una insuficiencia cardiaca congestiva, enfermedad con una tasa de mortalidad del 50% en los 5 años siguientes al diagnóstico.

Para quien no recuerde su historia, Mumia fue y es un periodista radiofónico y activista político, miembro de las Panteras Negras en su juventud, víctima como tantos y tantas jóvenes afromericanos/as del racismo institucional y judicial estadounidense. A punto de cumplir 66 años, Mumia ha pasado los últimos 39 en prisión, 28 de ellos en aislamiento en el corredor de la muerte, desde que en 1982 fuera acusado de asesinar a un policía blanco en un proceso judicial escandalosamente amañado. Su condena despertó un movimiento de solidaridad inmenso durante años y lo convirtió en un símbolo de la lucha contra la pena de muerte, hasta que en 2011 finalmente un juzgado conmutó la sentencia de muerte por la de cadena perpetua.

Ahora, diez años después, el movimiento de solidaridad con Mumia continúa luchando por su liberación, y esta vez con más urgencia que nunca. El diagnóstico de Mumia se suma a las afecciones que ya sufría, una cirrosis causada por la falta de tratamiento adecuado para su hepatitis C en 2014 (que le llevó nuevamente a los tribunales, ganando el caso y sentando un importante precedente para las personas presas enfermas de hepatitis), y una fuerte dermatitis que ha sido agravada en el hospital por haber estado fuertemente atado a la cama de muñecas y tobillos durante toda su estancia.

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Ecuador: el neoliberalismo, la cárcel y «las vidas que no importan»

El pasado martes 23 de febrero se suscitaron amotinamientos en Turi, en Latacunga y Guayaquil, con un saldo de, al menos, 79 fallecidos: 33 en la cárcel de Turi, 34 en la cárcel regional de Guayaquil y ocho en la cárcel de Latacunga. Estas tres cárceles aglutinan el 70 por ciento de la población carcelaria del país.

En general, las personas privadas de libertad (PPL) hacen uso del amotinamiento como acción política organizada y forma de mostrar el descontento por las condiciones infrahumanas e indignas a las que se encuentran sometidxs. Sin embargo, los asesinatos que se desarrollaron ese día «dicen que» parecen corresponder a una pugna interna de poder por el control interno de las cárceles. En la tarde de ese día, se denunciaba que, en la cárcel de Turi, la totalidad de la población carcelaria se dirigió a un pabellón de aproximadamente 50 personas, cargando armas y motosierras. A vista y paciencia de la Policía Nacional, el 23 de febrero, se dio una verdadera masacre en las cárceles del Ecuador.

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Sobre la necesaria sintonía entre la calle y la cárcel

Entender la solidaridad antiautoritaria como una relación que involucra como actores principales a lxs presxs y a los entornos activos en la calle, es entender que es indispensable luchar dentro de la cárcel, de lo contrario la práctica solidaria se transforma en asistencialismo y caridad, siendo lx/el presx unx mero receptor pasivo de los apoyos que puedan llegar de afuera no incorporándose ni aportando a las iniciativas de confrontación. Resulta necesario que la consigna «Con la cárcel nada termina» se lleve a la práctica utilizando todos los medios que se dispongan, los cuales, aunque sean escasos, pueden ser sumamente eficaces. Así lo han demostrado las diversas luchas en la larga y rica historia de la prisión política, caracterizadas por la disposición y la decisión de lxs presxs de llegar hasta las últimas consecuencias para lograr propósitos trazados. Dentro de la cárcel cada minuto de patio, cada libro que ingresa, cada artículo que se permite tener en la celda o cada espacio de autonomía y desarrollo individual por más mínimo que sea se ha logrado a través de la lucha, nada es gratis; basta con hacer memoria o con investigar de qué manera gendarmería ha accedido, por ejemplo, a más horas de desencierro en la cárcel de máxima seguridad o a la inexistencia de locutorios en el C.A.S, para darse cuenta de eso.

La movilización activa al interior de la prisión ha conseguido también importantes triunfos en lo que respecta al regreso de lxs presxs a la calle, doblándole la mano a las leyes, y logrando ejercer una presión efectiva al Estado, que en varios momentos se ha visto obligado a sentarse a conversar y dar solución a las exigencias.

No obstante estos triunfos nunca se hubieran conseguido sin el apoyo solidario, las demandas y exigencias de lxs presxs se quedarían en el interior de los altos muros, sin la constante movilización que rompe aunque sea momentáneamente con la normalidad. Imprescindible, por lo tanto, es que exista una sintonía real entre los distintos colectivos e individualidades solidarias, que se traduzca en una comunicación e intercambio de visiones orientada a la confrontación, la que innegablemente fortalece la lucha y los entornos comprometidos en ella. De esta manera la solidaridad pasa a ser una práctica combativa y ofensiva que se toma la palabra y los momentos, que genera acontecimientos y rupturas.

Ahora bien, somos clarxs en señalar que no entendemos la lucha sin la confrontación. Aunque muchas veces no logremos lo que nos proponemos, de igual manera hemos insistido en el enfrentamiento y lo seguiremos haciendo porque sencillamente ha sido y es la manera como hemos decidido llevar nuestra vida. Persistiremos en la confrontación y si esta no se presenta, la iremos a buscar y la provocaremos, ya que solo golpeando generaremos grietas a la sociedad.

¡Contra la perpetuación de las condenas!

¡Derogación de la modificación al D.L 321!

¡Amnistía para lxs presxs de la revuelta!

¡Presxs en guerra a la calle!

Mónica Caballero Sepúlveda

Sección de connotación pública-Cárcel de San Miguel

Francisco Solar Domínguez

Sección de Máxima Seguridad-Cárcel de Alta Seguridad

Febrero 2021

Complicidad y solidaridad revolucionaria

Díptico informativo respecto a la situación de lxs compañerxs anarquistas Mónica y Francisco. Pincha en la imagen para verlo o descargarlo.


Fuente: Anticarcelaria

Vacuna S.O.S cárceles

El incremento de las muertes en prisión por motivos no naturales y relacionadas con el coronavirus se da en medio del hermetismo y ocultamiento sistemático de las mismas.

La suspensión de las comunicaciones con familiares y amistades; la consideración como grupo de riesgo a vacunar prioritariamente al funcionariado penitenciario y no tanto a las personas presas; la situación en muchos reclusorios, y departamentos carcelarios, de masificación, hacinamiento, humedad, suciedad, celdas pequeñas compartidas y, en general, las condiciones de vida infrahumanas que facilitan la transmisión del coronavirus…, son el pan nuestro de cada día en las cárceles vascas y españolas. Además, se dan con mayor intensidad en determinados penales y departamentos, como enfermerías, aislamiento o módulos de mujeres.

Todas estas cuestiones son la expresión del abandono y ensañamiento con el que la administración vasca y española tratan a las personas presas. El servicio de salud vasco, y del resto de autonomías, podrían haber llevado la iniciativa ya, como en el caso de Cantabria. Hubiera sido fácil haber posibilitado vacunarse a la población encarcelada para evitar la transmisión y facilitar su inmunización.

Pero no lo están haciendo con la urgencia y emergencia necesaria. De hecho, para quienes ya han muerto es demasiado tarde.

Es mejor limitarse a suspender derechos y hacer la privación de libertad más cruel. Imagínense que en las residencias para ancianos hubieran vacunado al personal sociosanitario y no a las personas mayores, limitándose a mantenerlas encerradas sin visitas.

Hubiera sido un escándalo que derrumbaría al gobierno .Seguramente otro gallo hubiera cantado, y hoy la población encarcelada hubiera accedido a la vacuna, si la epidemia se hubiera llevado por delante la vida de algún personaje preso de la calaña de Rato o Urdangarin, a los que, por cierto, se concede con sorprendente facilidad –en comparación con el resto– beneficios penitenciarios tales como permisos de salida, régimen abierto y libertad condicional.

Cesar Manzanos Bilbao , febrero 2021

Fuente: Salhaketa Araba

La Inquisición Penitenciaria: a propósito de la prohibición de un libro

Hace poco más de un año publicábamos el libro «La radicalización del racismo. Islamofobia de Estado y prevención antiterrorista» (Cambalache, 2019) con la intención de denunciar el racismo de Estado que se reproduce a través de las políticas de “prevención del extremismo violento”.

En el libro se presenta el caso de Mohamed Achraf como una muestra paradigmática de la maquinaria que el Estado pone a disposición del racismo institucionalizado. Tras la publicación del libro, le enviamos un ejemplar a Mohamed a la prisión de A Lama (Pontevedra) para que pudiera conocer cómo habíamos relatado su caso. Sin embargo, Instituciones penitenciarias se negó a entregárselo y, hace unas semanas, la Audiencia Nacional ratificó la decisión de retener el libro “por motivos de seguridad”.

El auto justifica la prohibición alegando “que en las páginas 113 a 115 se reproducen los indicadores que se pueden encontrar en el Instrumento de evaluación de riesgo de radicalismo violento”. Según la Audiencia Nacional, y a pesar de que el “Protocolo Marco de prevención de la radicalización en cárceles” es público, no lo es el “Instrumento de trabajo”. Sin embargo, nosotras encontramos dicho documento en la página del Senado. De hecho, a día de hoy sigue disponible, de libre acceso, en internet.

El auto judicial también dice que el conocimiento de dichos indicadores por parte de Mohamed supondría la posibilidad de que el “propio interno adaptase artificialmente su conducta a los diferentes parámetros generales de estudio y seguimiento, evadiendo las actividades de observación, intervención y/o tratamiento penitenciario en su caso”. Al tener acceso a dichos indicadores, personas que Instituciones Penitenciarias considera en posible proceso de radicalización, podrían “burlar o distorsionar la valoración por los profesionales sobre el grado de radicalización y de la evolución penitenciaria del interno, así como perjudicar la eficacia del tratamiento penitenciario”.

Sin embargo, en nuestro libro argumentamos que, tal y como el propio Mohamed ha denunciado, esos mecanismos de detección no son más que una manera de sofisticar el racismo islamófobo del funcionariado de cárceles, legitimado y amparado por toda la maquinaria política, judicial y mediática de criminalización de las personas musulmanas, y muy especialmente de los hombres musulmanes.

Mohamed no necesita leer la lista de indicadores para saber qué actitudes suyas se consideran “signos de radicalización”. Entre otras razones, porque se encuentra encarcelado bajo la ley antiterrorista. Por tanto, desde el primer día que entró en prisión fue considerado “radical” por parte de Instituciones Penitenciarias, la Audiencia Nacional, la policía y todos los agentes del orden de este país. Mohamed fue condenado a catorce años de prisión en base a pruebas que él afirma fueron manufacturadas y declaraciones de testigos protegidos (que finalmente confesaron haber sido manipulados por la policía) en el marco de un montaje que se llamó “Operación Nova”.

A finales del año 2018, una vez cumplida su condena, y sin haber llegado a pisar la calle, fue retenido en la cárcel acusado otra vez del delito de “captación”. Desde entonces, sigue encerrado en prisión preventiva. Se encuentra en régimen de aislamiento desde que entró en la cárcel en el año 2004 y toda su comunicación, tanto escrita como oral, está sujeta a vigilancia. Es decir, Mohamed está solo en la celda, sale al patio cuatro horas al día, con dos personas como máximo, y no puede comunicarse con nadie sin que Instituciones Penitenciarias lea o escuche lo que se diga en esas comunicaciones. Esto es así en su vida desde hace dieciséis años. Y, sin embargo, ahora lo acusan de ser una especie de “gran adoctrinador” dentro de las cárceles del Estado. Pero, ¿cómo ha podido realizar sus supuestas funciones de captación mientras sufría esta extrema vigilancia? Y, en tal caso, ¿por qué, si se dedicaba a “captar adeptos”, le han trasladado hasta en doce ocasiones, de cárcel en cárcel, por decisión de la Secretaría General de Prisiones? Nada se sostiene y, sin embargo, este sistema lo mantiene encerrado.

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