Presentación de «Pájaros azules. Un retrato del sistema carcelario» con Santi Cobos y la actuación de la bailaora Askoa Etxebarrieta «La Pulga»

El jueves 14 de noviembre, a partir de las siete y media de la tarde,  La Libre  albergará la presentación del libro Pájaros Azules. Un desgarrador relato de primera mano y una crítica feroz contra el sistema penitenciario de la mano de Santi Cobos (26 años preso y casi 20 de ellos recluido en el horror de las celdas de aislamiento).
Al termino y dentro del ciclo «Artistas comprometidos», gran sorpresa con la actuación de la bailaora de flamenco Askoa Etxebarrieta «La Pulga» que bailará «Versos de intramuros».

En ese relato, en ese testimonio de Santi Cobos mediante el que describe el sistema penitenciario, se mezclan la crudeza, el humor, el odio, la ternura y la reflexión. «Sí, me considero un superviviente. Porque durante muchos años tuve asumido que no sobreviviría a la cárcel. Porque he salido vivo de una guerra, a diferencia de la mayoría de mis compañeros. Por eso toda esta conversación, y la predisposición a dar testimonio allí donde me llamen. Dar testimonio es lo más valioso que puedo hacer. Denunciar todo lo que no pude denunciar durante aquellos años: el sistema carcelario, la impunidad de los carceleros, las torturas, todas las personas que se dejaron allí la piel como perros, y las que se la siguen dejando hoy en día. Este libro también es en su honor. Siento que tengo la opción de plantar una pequeña semilla de empatía hacia las personas presas, de conocimiento sobre lo que ocurre en las cárceles, de duda hacia el sistema de castigo basado en el encierro.

A veces me preguntan, sobre todo en ambientes religiosos, “¿Les has perdonado?”; “Sí, por supuesto. Porque, como escribió Oscar Wilde, ‘Perdona siempre a tu enemigo, no hay nada que le enfurezca más’”. Y se parten todos de risa. Esto tenemos que meterlo en el libro, sin falta.»

«Para ser atendido tienes que ser amigo de carceleros, autolesionarte o hacer huelgas de hambre»

Compartimos un breve escrito de dos compas que se encuentran presos en Madrid VII (Estremera). Una vez más denuncian la grave desatención médica, tanto la que sufren ellos como muchas otras personas de esta cárcel. Comentan que no les visita el médico. Los dos nos mandan las instancias de sus ultimas huelgas de hambre; piden que se publiquen junto con su comunicado.

Agosto 2024

Yo Santiago Rodríguez vengo a denunciar la gravísima desatención médica del Centro Penitenciario Madrid VII, Estremera. En este penal no se dispensa consulta médica. Para poder ser atendido por un medico tienes que ser amigo de los carceleros, autolesionarte o tomar otras medidas más sutiles, como hacer plantes o huelgas de hambre.

Me encuentro bastante enfermo. Tengo artrosis degenerativa, la rodilla izquierda destrozada. Me cuesta caminar y tengo unos dolores horribles. Además, sufro de ansiedad crónica y en ocasiones caigo al suelo. NO ME SACAN AL MÉDICO; NO TENGO NINGUN TRATAMIENTO. Así, el pasado día 29/05/2024 hice una huelga de hambre. Pronto haré otra.

El pasado 05/06/2024, el compañero Santiago Rodríguez se negó a bajar de la celda. Se encontraba con mucha fiebre y apenas podía respirar. Los carceleros le sacaron de la cama, arrastrándole desnudo hasta aislamiento. Eso sí, tuvieron la delicadeza de echarle una manta por encima, además de instruirle dos sanciones muy graves. Después, por fin, le llevaron a Enfermería, donde se le diagnosticó infección pulmonar y tuvo que ser asistido con oxígeno durante 20 días. Al mismo compañero, en el día de hoy, sin explicación ni motivo, se le ha retirado parte de la medicación psiquiátrica. Ha iniciado una huelga de hambre y sed. Deseémosle fuerza y suerte.

Y así podría contar infinidad de cosas, pero la gente tiene en ocasiones miedo a revelar su identidad y sus datos. Piensan con ello que los carceleros serán más piadosos.

Ventiladores, agua fría y mosquiteras. También en aislamiento. Cambio climático y prisiones

En pleno verano el calor se vuelve insufrible. Nos sentimos cansadxs, irritadxs, con dolores musculares y de cabeza… con una necesidad incontrolable de tomar agua fría y alimentos que nos refresquen un poco, de encontrar espacios con aire acondicionado, de acudir a playas, piscinas y sumergirnos en agua para dejar de sentir el calor pegado a nuestra piel por un rato. El descanso nocturno tan necesario a veces resulta difícil de lograr. Ventilar, aprovechar para salir a la calle cuando cae el día, buscar formas de repeler a los insectos… son los consejos básicos y lógicos que cada año se repiten. Consejos imposibles de llevar a cabo estando encerradx entre muros de hormigón y con nada de autonomía para decidir nuestros horarios, lo que comemos o donde ir.

En prisión cuando sucede un hecho anómalo como fue la pandemia, las bajadas extremas de temperatura en invierno, las olas de calor del verano, la hostilidad que se vive dentro se multiplica, y se desatan consecuencias muy negativas que ya se mantenían pendientes de un hilo fuera de la hostilidad añadida.

Estamos viviendo una ola de calor en gran parte de Europa. Las compañeras y compañeros que tienen secuestradas en las prisiones se encuentran desesperadas. Ahora en verano se tienen que seguir cumpliendo rigurosos horarios que no van acorde a las temperaturas, como salir al patio al mediodía o tener que encerrarse en la celda hasta el día siguiente a partir de las X de la noche. Por la noche cuando “refresca” un poco, es cuando no hay opción de salir fuera de 4 paredes. Peor es aun para quien está en aislamiento, en 1r grado o pagando una sanción, y que tienen que pasar en la celda más de 20 horas al día.

Hay personas que comentan que la alimentación no está adaptada a cada época del año, y que a veces en pleno verano hay guiso o garbanzos calientes para comer. Otro compañero preso en una cárcel catalana nos cuenta que en la prisión donde se encuentra, la máquina de agua fría embotellada (que obviamente hay que pagar) no funciona, por lo que la única opción es beber agua del grifo a “temperatura ambiente”. Otras nos explican que se duchan continuamente para no asfixiarse, y que se cambian 7 veces al día de camiseta por la sudoración.

En las prisiones no hay mosquiteras en las pequeñas ventanitas de las celdas, que puedan proteger de las picaduras. Desde Huelva nos dicen que no pueden más con los mosquitos, que tienen el cuerpo acribillado.

Recordamos que las cárceles no son espacios climatizados, por lo menos en las partes donde tienen que habitar las personas presas. Las celdas no cuentan con ventilación suficiente, ni con sistema de control de la temperatura. La única opción es disponer de algún ventilador. Recordamos que los ventiladores no forman parte de la infraestructura básica del propio lugar de encierro y que quien lo quiera, tiene que pagarlo como prácticamente todo dentro. Recordamos también que a veces, según las propias normativas de cada centro y lo que allí se consideran “motivos de seguridad” no permiten tener ventiladores, especialmente en módulos de aislamiento. A veces de forma general, a veces para personas concretas cuando pagan una sanción. Esto supone tirarte más de 20 horas al día encerrado en una habitación sin ninguna clase de aparto que alivie un poco el calor y con limitaciones varias añadidas, que a veces incluso pueden ser no poder tener bolígrafos para escribir, si así lo considera el centro.

Aprovechamos este escrito para sacar a la luz que el pasado miércoles 17 de julio de 2024, un compañero del módulo 12 de la cárcel de Brians II (Barcelona) se quitó la vida, ahogándose con una sábana de su celda hasta quedarse sin aire. Su nombre es aun anónimo. Enviamos todo nuestro apoyo a sus compañerxs, familiares, amigxs y todas aquellas personas que sientan dolor por su pérdida. Recordamos que los lazos de solidaridad que nos unen son irrompibles e impenetrables. Aquí fuera siempre habrá personas dispuestas a sostener, apoyar y luchar por la dignidad de todas aquellas que se encuentran dentro secuestradas y para hacer de vehículo amplificador de las voces que quieren gritar desde el otro lado, pero no pueden porque están amordazadas.

La cárcel mata y sus múltiples consecuencias son una cuestión evidente. Desde La Corda nos preguntamos si ante esta muerte y otras tantas situaciones es apropiado utilizar la expresión “un hombre decide quitarse la vida”.

Vejaciones, humillaciones, acoso, desprecios, violencia, abusos de poder constante, chantaje… Precariedad y explotación laboral… Desatención médica y falta de profesionales que obliga a que lxs carcelerxs hagan funciones de “enfermerxs”, como pasar revisión entre presxs para valorar quien tiene o no que ir a consulta médica, falta de acompañamiento y tratamientos para patologías graves como epilepsia, cáncer, trastornos de alimentación, salud mental, movilidad reducida y un larguísimo etcétera. Alejamiento de lo que se quiere y de quien se quiere, olvido, sensación constante de agobio, ansiedad, preocupación por el futuro. Indefensión jurídica. Desesperación, depresión, pocas ganas de seguir viviendo en estas condiciones sin saber hasta cuando. Y a todo esto se le suma lo dicho anteriormente, de vez en cuando hechos que amplifican o añaden más dolor al propio día a día: ahora sufrir constantemente un calor inaguantable.

La cárcel mata, a veces muy lentamente, y no mira atrás. La opacidad de sus muros, normativas y vacíos legales permite que las vidas que se lleva consigo o las que sufren y resisten allí dentro se pierdan en el olvido o, incluso, en el eterno anonimato. Es una estructura que solo responde a unos intereses determinados, y radicalmente opuestos a los nuestros. No dejemos que el silencio nos haga cómplices.

Es por eso que os animamos a sumaros a esta convocatoria. Llamar a las siguientes prisiones, en días concretos para exigir algo muy básico para la salud y el bienestar de las personas: VENTILADORES, AGUA FRIA Y MOSQUITERAS, para todxs lxs que se encuentran encerradxs, también en aislamiento. Si preferís ocultar vuestro número de teléfono, podéis hacerlo añadiendo al principio del número de la prisión el prefijo “#31#”. Podemos recordar la temperatura a la que nos encontramos, los consejos básicos para soportar el verano y prevenir consecuencias en nuestro cuerpo. Podemos exigir hablar con algún responsable, que conste y se registre nuestra queja. Podemos hacerles ver que nos acordamos de las personas que están presas y de las condiciones en las que tienen que vivir. Para nosotrxs que estamos fuera solo suponen llamadas de teléfono, pero para las personas que están dentro significa que alguien les dedica unos minutos, significa que algo de aire fresco llega a su encierro.

Abajo todos los muros.

Cambio climático y prisiones

Reconoce la ONU que algunos de los efectos del cambio climático son el aumento de las temperaturas, un incremento de las sequías con escasez de agua y el agravamiento de las tormentas e inundaciones. Fruto del calor extremo que sufrimos nos cuesta respirar, casi no podemos caminar, no dejamos de sudar, se intensifican los dolores de cabeza y el mal humor, en el mejor de los casos. En el peor podremos sufrir calambres, convulsiones, desmayo y un paro cardíaco. Frente a ello, los gobiernos -por otra parte inertes a acciones efectivas frente a este desastre medioambiental- nos recomiendan que bebamos mucha agua, que permanezcamos el mayor tiempo posible en lugares frescos, aireados y climatizados, que hagamos comidas ligeras y que no hagamos actividad en la calle en las horas centrales del día.

Ahora bien, imaginémonos ese calor tórrido de más de 40 grados, rodeadas de cemento armado, en una habitación diminuta, cerrada y compartida con otras 3 o 5 personas, con una sola ventana, pero en la que hay una reja que no deja pasar el aire y sin posibilidad de refrescarte porque la ducha está fuera de tu habitáculo y no tienes acceso a ella. Pues a grandes rasgos, esta es la realidad que se vive en muchas cárceles italianas. Celdas hacinadas y sin espacio para respirar donde las personas presas pasan las eternas horas del verano sin actividades. Patios sin sombra donde desentumecer el cuerpo que parecen el magma de un volcán desintegrándose. En algunas estancias, he visto que dejan el grifo del agua abierta de forma permanente porque es la única forma que llegue agua fresca en algún momento. Hay pocos ventiladores, quien los puede adquirir tiene que pagar 40 euros, casi el doble de precio que se paga en el exterior, y algunas veces… ni los pueden encender porque el sistema eléctrico no lo soporta.

En las cárceles de la península ibérica, si bien no presentan el hacinamiento de las italianas, el calor que se sufre es igualmente infernal. Las temperaturas extremas impiden salir al patio, porque no hay sombra o donde la hay el riesgo de sufrir un golpe de calor es elevado y la canícula dificulta conciliar el sueño o realizar ningún tipo de actividad. La única forma de contacto directo con el exterior es a través de llamadas telefónicas, pero algunas cabinas telefónicas que son cerradas se convierten durante el estío en auténticos hornos que impiden la realización de llamadas bajo riesgo de shock térmico. Otra reclamación habitual es la falta de aire acondicionado o que este no funcione en las salas de coloquio o zonas comunes. El Mecanismo Nacional de Prevención de la Tortura ha denunciado que en las celdas de algunas prisiones las ventanas está recubiertas con paneles metálicos perforados delante, que impiden tener acceso a vistas, luz natural y ventilación suficiente.

Una reciente investigación realizada en las prisiones de los Estados Unidos 1, confirma la relación entre el calor extremo y el incremento de la mortalidad en las cárceles. Estas muertes aumentan no solo en los días de más intensidad, sino que en los días consecutivos a una ola de calor los suicidios se incrementan en un 23%. Además, las personas presas representan un perfil de riesgo sanitario debido a la sobrerrepresentación de problemas de salud en general y de sufrimiento emocional en específico, a lo que se une la falta o carencia de atención médica adecuada. Ante dificultad de acceder a un ventilador, por ejemplo, algunas personas optan por mojar sus ropas o encharcar el suelo y dormir allí. Jueces de varios estados han determinado que someter a las personas presas a temperaturas extremas es inconstitucional pero no han obligado a tomar medidas para aliviar la situación, que por otra parte serían impopulares frente al populismo punitivo electoralista.

También se ha comprobado que existe una relación directa entre estrés térmico e incremento de la violencia. La exposición absoluta al calor hizo que aumentaran los hechos de violencia en la cárcel de Mississippi, según revela un estudio allí realizado. A parte del daño físico que las agresiones representan estas suponen también un daño a la salud mental por tener que vivir en un lugar violento. Estos excesos suponen un incremento de las sanciones disciplinarias y de los delitos, lo que conlleva una reducción de beneficios, un alargamiento de las condenas y la consecuente masificación.

Con el incremento del calor, igualmente se verán aumentar las enfermedades infecciosas y las plagas de insectos. Las prisiones latinoamericanas ya están en la actualidad infestadas de estos parásitos. En los penales chilenos, por ejemplo, los informes actuales relativos a las condiciones carcelarias del Instituto Nacional de Derechos Humanos recogen las malas condiciones de salubridad, con plagas de pulgas, chinches y vinchucas (responsable del llamado Mal de Chagas).

Todo lo anterior, vulnera los estándares mínimos internacionales de derechos humanos para el tratamiento de personas privadas de libertad. El encierro se vuelve incompatible con la dignidad humana, transformándose en trato inhumano, degradante e incluso tortura. Un infierno, literalmente.

1 https://www.prisonpolicy.org/blog/2023/07/19/climate_change/

Petición de llamadas a la prisión de Lleida. Martes 16, miércoles 17 y jueves 18

Manuel Noguera Mazuecos, preso en la cárcel de Ponent (Lleida) empezó a pagar el pasado viernes una sanción de 12 días en aislamiento. A pesar de encontrarnos en pleno verano y de las altas temperaturas, no se le permite tener ventilador en la celda, en la cual tiene que pasar más de 20 horas al día.

Ante la prohibición de tener ventilador, la “médico” de la cárcel le dice que el calor no es para tanto y que beba mucha agua fría. La temperatura prevista para los próximos días en la ciudad de Lleida es llegar a los 40 grados. Las prisiones no son espacios climatizados, por lo menos donde habitan las personas presas. Negarle a alguien que se pasa todo el puñetero día entre hormigón un ventilador con estas temperaturas, es cruel y atenta contra la vida y la salud.

Animamos a realizar un sinfín de llamadas a la prisión de Ponent (973220333) este martes 16, miércoles 17 y jueves 18 de julio, entre 09’30h y 13’30h, preguntando preferiblemente por el coordinador del DERT o algún responsable de aislamiento. El objetivo es recordarles la temperatura a la que estamos, que en este caso Manuel Noguera se ve obligado a estar en aislamiento sin poder tener siquiera un ventilador, y que esto puede conllevar consecuencias para la salud. Pedimos que se le pongan aparatos de aire condicionado o que pueda tener un ventilador, para garantizar su bienestar y tener un trato digno.

Fuente: La Corda

La cárcel de Palencia y Endesa explotan a lxs presxs

David Rojas Fernandez, preso en la cárcel de Dueñas (Palencia) nos quiere contar las condiciones de curro que tienen, al menos en el trabajo que él estuvo realizando durante una semana. Como ya imaginaba/imaginábamos hay cosas varias que no nos cuadran de su nomina y contrato de trabajo. Además que se mintió descaradamente en el motivo por el cual le echaban del curro. Una vez mas denunciamos como empresas -en este caso ENDESA- se enriquecen a base de la explotación de personas presas, como sacan tajada y además lo usan para hacer un lavado de cara y poder decir que hacen «obra social». Denunciamos también como a las prisiones ya les interesan estos curros precarios y como contribuyen a la opacidad, a tratar a lxs presxs como números y a la mentira.

Compartimos aquí unas líneas del compañero y fotografías de algunos documentos que nos ha hecho llegar. Decir que hasta hace unos días David se encontraba en segundo grado, pero actualmente está en articulo 75.1 en el módulo de aislamiento a raíz de una discusión con lxs carcelerxs por querer meterle como compañero de celda una persona con PPS (Protocolo de Prevención de Suicidios), por lo que él tendría que «vigilar» que esta persona no se autolesione, y a la vez cargar con la responsabilidad en caso que pasara alguna cosa. Ponemos aquí su carta, la dirección para escribirle y algunos de los documentos que nos ha hecho llegar.

Os escribo para denunciar el engaño y la explotación laboral que hay aquí en la cárcel de Palencia. Después de hablar con vosotrxs sobre todo este tema, me he motivado a indagar un poco más en todo esto, y buscar todos los papeles que tengo relacionados con el curro que estuve haciendo: trabajo de teleoperador de la compañía de gas y luz Endesa. El trabajo se hacía en la misma cárcel en una sala donde están 3 talleres de producción. Es una habitación de unos 11 metros de largo y unos 4 metros de ancho. Cuando yo estaba currando éramos 18 presos. Además había el jefe y la jefa, que por cierto eran hermanos. Hay 3 talleres. El de teleoperador para Endesa, otro de chapado de madera y el otro es de hacer llaves. Pero de los dos segundos no se para qué empresas.

Trabajé haciendo llamadas, ofreciendo cambios de compañía y mejoras en los contratos durante 7 días; del 25 de octubre al 31 de octubre del 2023. Por esos días de trabajo cobré 25’75€.

Me echaron del trabajo porqué tuve una pelea, pero como eso no lo vieron o no les interesa -por lo que sea- dar ese motivo (que seria la verdad), alegaron que me despedían por baja producción y desinterés. Cosa que no es cierta, ya que en esos días conseguí algún cliente y mis resultados eran incluso mejores que otras personas que también trabajaban allí. Pero según un informe de la responsable del taller no me consideran apto para el puesto de trabajo por «su baja productividad y el poco interés que muestra».

Según la «ficha informativa del puesto de trabajo», a este trabajo le corresponde una retribución de 4’68h/hora. Y yo, o bien soy tonto, o no me entero, pero a nosotros lo que nos pagaban sí era 4’68€, pero no a la hora, sino por día entero de trabajo! Y un día de trabajo eran 6 horas y media, de lunes a viernes. Según veo yo, en el papeleo tampoco se especifica si el trabajo es de media jornada o en qué horas se va a trabajar.

Un abrazo y como siempre podéis publicar lo que os parezca de todo esto.

Para escribir al compañero:


David Rojas Fernández

Centro Penitenciario La Moraleja
Carretera Local P-120  s/n
34210 Dueñas (Palencia)

 

Fuente: La Corda

Abolir el aislamiento penitenciario

Decía Foucault que la soledad [impuesta] es la condición primera de la sumisión total. Por eso no es de extrañar que el aislamiento penitenciario, el confinamiento solitario o como se quieran llamar los regímenes de vida excepcionales en las prisiones de todo el mundo, sean consustanciales a la idea misma de prisión: someter y neutralizar. Lejos o en el papel mojado quedan los derechos de las personas presas o los principios de reinserción, reeducación, rehabilitación que proclaman las constituciones cuando se trata de anular al enemigo interno, el delincuente.

Ya sea utilizado como sanción frente a la indisciplina grave, como medida administrativa de seguridad, protección o por decisión de un juez, las consecuencias del aislamiento en los seres humanos son desastrosas. Así lo reconocía Juan[1] que pasó un año en aislamiento mientras estuvo preventivo: “Es como un infierno, si no estás fuerte te vuelves loco. La gente se suicida, quema el chabolo, se hablan solos… y tú lo escuchas”[2].

La reducción de estímulos a todos los niveles debido a la falta de actividades y contacto humano significativo genera daños en la salud física, mental y social de quienes se aplica. Las investigaciones y estudios hablan que estos van desde el insomnio y la confusión hasta la alucinación y la psicosis[3], riesgo de automutilación y suicidio. Asimismo este régimen se ensaña con aquellas personas que previamente tienen sufrimiento mental, patologías o tóxicodependencias. Como lo confirma Marcos, después de pasar años por un largo confinamiento solitario: “Las personas que moran en estos departamentos, son personas que ya de por si están arrasadas, personas que no tienen ningún control de sí mismas, de sus vidas, personas con una serie de problemáticas, trastornos y patologías mentales que les impiden o incapacitan para vivir en un contexto de cierta normalidad. No digamos ya para resistir o combatir los terribles efectos que produce, el régimen de aislamiento o primer grado, produciéndose una situación de extrema crueldad quedando atrapados y enquistados en ese régimen brutal, que se ceba con ellos y les aplica e inflige con toda contundencia los mismos remedios. Porque la institución es ciega a las personas, y sus circunstancias personales, es una máquina trituradora”.

Además, las condiciones materiales en las que se desarrolla el aislamiento, agravan aún más el sufrimiento. Isabel, presa en primer grado, a su salida testimoniaba como “Los módulos de aislamiento están situados en bajos, las ventanas están enrejadas lo que no permite la luz natural y además a metro y medio de la celda hay un muro, que no te permite ni siquiera ver el cielo. La luz artificial de la celda está en una pared y es una pequeña bombilla dentro de una caja de plástico, esa luz no permite leer ni en la cama ni en la mesa ni siquiera de día”. Condiciones confirmadas por Julián, también sobreviviente del aislamiento: “Duchas atascadas, mucha suciedad, colchones con vómito o rotos… Las ventanas daban para un patio muerto, muy pequeño, tapado con alambre. La única visión del mundo que teníamos era trocitos del cielo azul de la sierra madrileña”.

La opacidad que envuelve a este tipo de régimen de vida carcelaria y las condiciones que suponen puede también dar lugar, como afirma el Comité Europeo para la Prevención de la Tortura (CPT), a que se infrinjan malos tratos de forma intencionada[4]. Por todo ello, los Principios Básicos para el Tratamiento de las Prisiones de las Naciones Unidas (1990), establecieron que debían emprenderse y fomentarse esfuerzos dirigidos a la abolición del régimen de aislamiento como castigo, o reducir al máximo su uso.

Para informar sobre la regulación legal sobre el aislamiento penitenciario, exponer las graves consecuencias físicas y psicológicas que genera su aplicación, visibilizar los relatos de personas que lo han sufrido y manifestar que la regulación prevista supone un trato cruel e inhumano, una veintena de organizaciones de derechos humanos en el estado español han lanzado una campaña por la Abolición del Aislamiento Penitenciario [5]. Visibilizar es el primer paso para erradicar.

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[1] Los nombres empleados son ficticios para evitar identificaciones y represalias.

[2] Los testimonios aquí recogidos forman parte del Informe de la Campaña por la Abolición del Aislamiento Penitenciario https://aen.es/wp-content/uploads/2023/05/Informe-para-la-campan%CC%83a-…

[3] Declaración de Estambul

[4] CPT/Inf(2011)28-part2 Confinamiento de presos en solitario.

[5] Puedes revisar el informe en el siguiente enlace: https://aen.es/wp-content/uploads/2023/05/Informe-para-la-campan%CC%83a-…

Fuente: Briega

Dolor, sufrimiento y dignidad desde la cárcel de Tarragona

Compartimos aquí parte de una carta de Miguel Angel, preso en la Mas d’Enric (Tarragona). La carta es de finales de año, aunque la situación del compañero no ha cambiado mucho. El compa está jodido de salud, está teniendo varios problemas con lxs carcelerxs que le han llevado a partes y agresiones, y le han caído 3 años mas de condena que espera que el abogado -quien nunca coge el teléfono- recurra. Leerle nos hace sentir rabia por lo que le toca vivir, tristeza por pensar cuantas personas están situaciones parecidas y como somos capaces de mantener estas estructuras de encierro que solo causan dolor y sufrimiento. Pero a la vez nos asombra su capacidad de seguir adelante como sea, de aferrarse a la vida y de seguir con la dignidad alta y las ganas de protesta. Debajo de todo hay el nombre completo y dirección por si alguien quiere escribirle.

Hola X,

Aquí estoy de nuevo «hablando» contigo. Esta regresión de 3r grado a empezar de 0 de nuevo, me está costando 1000 veces mas, y he sentido mucho más dolor en todos los sentidos, incluso peor que cuando entré por primera vez.
Por cierto, los libros pienso que muy bien, habéis acertado. Me he leído los prólogos y creo que me gustaran. 
Llevo 3 semanas bastante jodido por todo. Dolor insoportable, los temblores de la mano, 3 años mas que me han caído de cárcel… Suerte que el otro día me hiciste reír, porque llevaba muchos días sin sonreír siquiera. Y es que a todo esto que te digo, ahora me han bajado 10 días + 14 días + 14 días de aislamiento.
El jefe de modulo del que estuvimos hablando me vino de poli bueno, diciéndome que si le dolía verme asi…. Aaaarrrgggg No pude callarme y se lo dije en su cara. «No me venga ahora currándose la de poli bueno, porque me quitaste los permisos, 24 horas que tenía aprobadas, por 2 malditos porros, hechos ya. Por eso me quitaste los permisos y me metiste un parte». En fin X, ya te contaré el porque de ese parte, porque se cobró una venganza pobre de traidor. En resumen, todo viene por una carta que mandé a aislamiento y en el sobre en grande puse A.C.A.B.
Como sabes estoy bien jodido de salud. Estoy en el modulo y suerte que tengo 2 buenos colegas (no amigos) que me ayudan a subir las escaleras, a lavarme la ropa y hasta a darme de comer los días que se me disparan los nervios y me tiemblan tanto las manos que la cuchara del plato a la boca no llega con comida, porque se ha caído por el camino. 
Ahora he empezado a ir unas dos veces por semana al Hospital, y estoy esperando que me digan cuando comienzo el tratamiento. La ultima vez me sacaron de la columna células madre, para saber la dosis, cantidad y tiempo que tendré que ir allí para hacer radioterapia. Me dijeron que milagros no hacen, pero que eso es lo que se puede hacer para intentar minimizar los dolores y retrasar el proceso de la Polineuropatia Sensitiva Motora. Yo si del 10 me bajara al 6 el dolor, me conformo. 
El día 30 de enero iré al juzgado a declarar por la denuncia que puse por la paliza que me dieron, la que también viste. Que desgraciaos que son. Se lo dije «no habéis tenido cojones a ponerme la mano encima cuando estaba bien». 
Me acuerdo que yo te decía que ya había luchado mucho, que ahora les toca a lxs que vienen detrás. Pues ahora me toca moverme otra vez. Sé lo que me viene: venganzas pobres. Pero me da igual, ya está. A los médicos y a la directora médica no les quito la denuncia; a lxs carcelerxs aun menos. 
Gracias por todo y por la postal que me mandaste por mi cumpleaños. Dale un saludo de mi parte a lxs demás compañerxs y a las personas que me dices que os echan una mano. Bueno X, son las 6’30 de la mañana, una ducha y para abajo.
Coleguita, te dejo ya…. NO PASARAN!
Para escribir al compañero:

Miguel Angel Lledó Clavero
Centro Penitenciario Mas d’Enric
Travessia Comella Moro, 15
43764 El Catllar
(Tarragona)
Fuente: La Corda

Actualización de las represalias a Lolo en Ponent (Lleida)

Este fin de semana nos han llegado novedades sobre las represalias que está sufriendo Manuel Noguera, «Lolo», en la prisión de Ponent.

Lolo llevaba unos meses en el DERT (Departament Especial de Règim Tancat), y hace unos días lo devolvieron al módulo 6. El viernes por la mañana un compañero de Lolo avisó de que esa mañana se lo habían llevado al DERT sin venir a cuento, y hasta la tarde no se pudo comunicar con él. Está MUY quemado. Esa misma mañana desayunó, hizo una llamada telefónica, y justo después lo llamaron por megafonía. Cuando se presentó al jefe de servicio le preguntaron que «qué había pasado en el comedor». Lolo dijo que nada, y el jefe de servicio ordena llevarlo inmediatamente al DERT de nuevo, sin dar motivos ni explicaciones. Lolo lleva desde el viernes pidiendo explicaciones y pidiendo que revisen las grabaciones del comedor, porque no pasó absolutamente nada, pero los carceleros hacen oídos sordos y dicen que si no está conforme con lo que pasa que los denuncie. Es por esto que ha pedido que hagamos esta pequeña publicación explicando lo sucedido y comentar que estas represalias son constantes. Desde fuera, la prisión de Ponent no da ninguna explicación a lo sucedido.

Por desgracia no es ninguna sorpresa ver carceleros organizando represalias personales en el opaco sistema penitenciario, y cuando alguien se atreve a pedir explicaciones, los agresores corren a esconderse detrás del monstruo burocrático. La burocracia penitenciaria protege a su brazo ejecutor a base de silenciar las denuncias de las personas presas.

Por muy acostumbradas que estemos, no podemos olvidar que el modelo carcelario también se sustenta en hacer pasar el abuso sistemático con incompetencia «puntual». La humillación, las agresiones, y empujar a las personas por encima de sus límites son considerados «errores organizativos», «fallos de comunicación», «mala praxis»… y eso solo cuando realmente son realmente tan torpes como para dejar pruebas del abuso en un terreno escondido a los ojos del mundo, donde son omnipotentes y nosotras quedamos a su merced. En esta situación, denunciar, desobedecer y rebelarse es simplemente arañar la dignidad.

Os animamos a escribir al compañero y a llamar a la cárcel para pedir explicaciones: 973 22 03 33


Manuel Noguera Mazuecos
Centro Penitenciario Ponent
C/ Victoria Kent s/n,
25071, Lleida

Fuente: La Corda

 

 

Itinerario de Familias frente a la crueldad carcelaria: continuamos preparando la campaña de crowdfunding

Las personas presas, como cualquier otra y un poco más, necesitan muchos cuidados, una parte de los cuales, por exigencia legal, deberían serles proporcionados por la administración penitenciaria que les mantiene encerrados pero está obligada por sus propias leyes a velar al mismo tiempo por su salud y calidad de vida y a proporcionarles los medios para su reinserción social, la finalidad constitucional de las penas de cárcel. Desgraciadamente, no es sólo que eso no se cumpla, sino que el sistema penitenciario resulta muy destructivo tanto para quienes lo sufren encerrados como para sus familiares y allegados.

Torturas y malos tratos frecuentes e impunes. Régimen de castigo por aislamiento sumamente destructivo. Traslados arbitrarios y punitivos, desarraigantes, desocializantes. Abandono médico. Uso arbitrario de fármacos psicotrópicos. Enfermos mentales presos y, frecuentemente, en régimen de castigo. No excarcelación de enfermos graves y terminales hasta que no es inminente su muerte. Doble discriminacón de las mujeres presas, pues las cárceles están pensadas para hombres. Explotación laboral. Condenas muy largas en general, con dos tipos de cadena perpetua, en la que la resocialización es imposible. Alto índice de mortalidad, por enfermedad grave, sobredosis y suicidios principalmente. Indefensión jurídica manifiesta.

Para intentar enfrentarse a estas situaciones las familias deben hacer grandes esfuerzos, con gran impacto económico, psicológico y social, en su salud y en su vida, como si, no habiendo hecho nada, tuvieran que sufrir también una condena. Nuestra asociación la formaron en 2017 un grupo de mujeres que tenían familiares presos o los habían perdido: sus hijos, hermanos o compañeros habían muerto estando en prisión. Entre ellas, Pastora González, la madre de Xosé Tarrío, que fue para nosotras una compañera importante por su contagiosa energía y gran corazón. Empezamos con mucho ímpetu. El apoyo y el cuidado recíproco entre nosotras era nuestra principal fuente de energía. Con ayuda de una psicoterapeuta, hicimos varios talleres en los que aprender a articularlo. Encuentros personales, directos, entre nosotras, que aprovechábamos también para hacer asambleas y tomar decisiones.

Encontramos apoyo sobre todo en gente libertaria de Valencia que mantenía una cierta comunidad de lucha, integrándonos como un grupo más en su caja de resistencia. Esa ha sido durante años nuestra principal fuente de financiación. Nos movilizamos juntas durante varios años en actividades de recaudación y, además, haciendo concentraciones anuales frente a las cárceles de Picassent y Albocàsser y también en la Secretaría General de Institucionanes Penitenciarias, coordinándonos en lo posible con las luchas de las personas presas y con algunos grupos anticarcelarios de la calle y buscando el contacto directo con la gente que sufría los mismos problemas que nosotras. También intentamos comunicarnos a través de redes sociales y otros recursos en internet. Nuestros gastos han sido mayormente los que nos ha ocasionado la necesidad de contar con abogados para denunciar e intentar buscar reparación ante las vulneraciones de los derechos de nuestra gente.

Aquella sinergia casi se ha roto. Pastora murió y otras compañeras han ido abandonando la asociación. Pero, aunque un poco agotadas, aún quedamos unas cuantas y, sobre todo, aún tenemos gastos sin cubrir y casos abiertos. Uno de ellos, por ejemplo, el de un muchacho que murió en prisión. Otros dos de enfermos mentales presos, uno de los cuales hemos conseguido que salga, pero persiste su enfermedad psíquica y aún le quedan causas pendientes, acusado por los carceleros, de cuando aún estaba preso y en régimen de aislamiento. El otro sigue preso y en régimen de castigo sin ningún tratamiento adecuado. Otros casos son de grandes condenas.

Nos dirigimos una vez más a personas y grupos afines para pediros vuestro apoyo en el desarrollo de la campaña de crowdfunding que estamos preparando. Nos vendría bien un poco de apoyo económico, desde luego, pero es tanto o más importante la comunicación y la solidaridad práctica, que crezca en lugar de ir a menos como parece suceder de un tiempo a esta parte. Es necesario afrontar lo que pasa en las cárceles, actuar día a día frente a ello. ¡No nos dejéis solas! ¡No dejemos sola a la gente encarcelada!

Fuente: Briega

Felices fiestas (en la sociedad del encierro y el olvido)

Un año más no nos olvidamos de lxs compañerxs presxs en estas fechas tan señaladas. Es una realidad que ya hemos entrado de pleno en las navidades, y con ellas llegan las demandas normo-sociales de juntarse con las familias, organizar comidas y cenas rebosantes, regalos y gastos irracionales, postales navideñas, turrones y un sinfín de mandatos culturales preestablecidos y dictados por una estructura social que sitúa el capital en el centro y arrastra el dogma y la religión a sus espaldas.

Estos días las calles parecen fotogramas o historias de instagram. Todo repleto de instantes de alegría, fraternidad y opulencia. ¿Qué es de aquellas personas que no encajan en estos modelos? Algunxs nos engañamos e intentamos con éxito encajar dentro de toda esta parafernalia. Otrxs muchxs no podemos ni tan solo hacer este intento de engaño. Salen a la luz las evidentes desigualdades y las costras que dejan las heridas de un mundo lleno de miseria y marginación.

Dentro de toda la peña que sufre las consecuencias de estar fuera del redil es inevitable acordarse de las personas que están secuestradas en manos del Estado. En las cárceles no hay decoración navideña ni villancicos cuando suena la sirena que saca a todo el mundo de su celda. No hay comidas de empresa, ni cenas familiares, ni árbol de navidad lleno de bolitas de colores, ni tió, ni regalos, ni turrón… Tampoco encuentros con aquellas personas que viven lejos, ni niñxs correteando, ni fotografías, ni largas sobremesas… Es jodido ver que el mundo se lo pasa bien en su paripé instagramer navideño mientras te pudres en un agujero. Es un buen momento para entender que efectivamente te han dejado aisladx, fuera de tus iguales.

En la cárcel de Palencia, La Moraleja, lxs presxs de primer grado quieren denunciar la falta de abastecimiento en el economato de postales para poder enviar a sus seres más queridos, y de turrones y otros dulces para poder montarse su propia fiesta marginada. Quizá para lxs que estamos al otro lado de los muros, nos pueden parecer detalles insignificantes, pero cuando estás rodeado de muros y barrotes, lejos de todo y todxs, estos detalles significan mucho, significan prácticamente todo lo que puedes hacer para vivir de alguna forma estos días y tener un detalle con lxs de fuera y con algunxs de dentro para decirles que lxs tienes presentes y desearles un buen año.

Lxs presxs de aislamiento quieren expresar que hicieron una instancia el día 17 de diciembre -día programado por esta cárcel para hacer instancias de este tipo- pidiendo al “recadero” (funcionario de prisiones o preso con privilegios encargado de salir a la calle a comprar lo que el economato no tiene) una serie de cosas para celebrar sus fiestas y denuncian que no se les ha hecho efectiva esta petición. Lxs carcelerxs sostienen que ha sido la directora de esta cárcel quien ha expresado, sin ningún motivo ni justificación, un retraso en la solicitud mediante instancia al día 7 de enero para todxs lxs presxs de primer grado. Lo que supondría no recibir nada de la comanda hasta pasadas las fiestas de navidad.

Por poner otro ejemplo de cual es la situación de algunas personas encarceladas, hace un par de meses publicábamos una serie de cartas escritas desde la prisión de Puig de les Basses, en las que las personas allí encerradas nos acercaban a una realidad nada navideña, muy lejos de sus seres queridos y muy cerca de sus verdugos, donde no se cumplen los sueños pero si las pesadillas. Se trataba de los escalofriantes relatos con nombres y apellidos, que contaban con detalle distintas agresiones racistas sufridas en esa prisión. No son casos aislados en un centro aislado, y esto se explica viendo que las consecuencias de estas denuncias solo han sido el traslado de los funcionarios expedientados por dichas agresiones a otra prisión, esparciendo la enfermedad en lugar de curarla. Encima si das un paso al frente, denuncias y pides respeto y dignidad para tus compañeros, en Navidad el sistema penitenciario no te pone en la lista de los niños buenos, si no que se cierra en banda para proteger a sus esbirros y con cualquier excusa te regalan un billete al módulo de aislamiento.

Queremos alzar la voz y enviar un tierno abrazo libertario a todas las personas que viven en sus carnes el encierro, el aislamiento, el castigo y el olvido por parte de una gran mayoría de la sociedad. Seguimos teniendo presentes a nuestrxs compañerxs presxs y esperamos que con el tiempo todas las personas consigamos hacerlxs más y más presentes en nuestras vidas.

Una forma de hacerlo y a la vez transmitirles algo de calor y cariño, son las marchas y concentraciones que se realizan el ultimo día del año delante de algunas prisiones de Catalunya y del Estado español. En Picassent (Valencia), en Navalcarnero (Madrid), en el CIE de Barcelona, en Wad Ras (Barcelona)….También el 30 de diciembre en el CIE de Aluche (Madrid), o el 13 de enero en Brians (Barcelona). Quizá hay mas convocatorias; estás son de las que tenemos constancia a día de hoy.

Ternura y libertad!

Fuente: La Corda