Frente a lo que vemos como interpelaciones directas hacia nosotrxs es que surge la necesidad de escribir este texto para dejar claras ciertas cuestiones.
Como lo hemos escrito en varias ocasiones tanto individual como colectivamente, entendemos la anarquía no como una realización o lugar de llegada, sino como una tensión, una permanente confrontación que se hace en primera persona poniendo en el centro la búsqueda de la libertad individual.
Para nosotrxs esta lucha constante ha sido real, la hemos llevado a los hechos de manera ininterrumpida, motivo por el cual hoy nos encontramos tras las rejas. Situación puntual y circunstancial que no nos ha impedido continuar levantando y participando de iniciativas de lucha tanto dentro como afuera de la cárcel.
En definitiva la anarquía para nosotxs es una ética y una práctica permanente contra la autoridad, práctica en la que nos hemos ido encontrando con otrxs (no necesariamente “anarquistas”), enriqueciendo y potenciando nuestras visiones y capacidades, como también forjando estrechas relaciones de complicidad fortalecidas en el transcurso de los años y de la confrontación. Señalar que estas relaciones solo se dan o pueden darse con quienes se denominan “anarquistas” aparte de ser una falacia que solo puede comprobar lxs que se han aventurado a transitar los caminos del conflicto y no lxs que creen transitarlos en sus ensoñaciones frente al computador, es algo que rechazamos desde el momento en que priorizamos por establecer vínculos a partir de prácticas comunes antes de hacerlo por etiquetas vacías o consignas repetidas hasta la saciedad. Autoproclamarse rabiosamente como “anarquicxs irreductibles” no significa nada sino va acompañado de una práctica confrontacional que lo sustente. El papel aguanta absolutamente todo.
Por otra parte- y lo más importante- al suponer que lxs anarquistas solo deberíamos relacionarnos con anarquistas, refleja un purismo absurdo y un sectarismo que, sin lugar a dudas, es una expresión de autoritarismo. Establecer coordinaciones e iniciativas conjuntas de lucha sólo entre quienes se autodefinen “anarquistas” es coartar y limitar enormemente nuestras relaciones y con ello nuestras posibilidades de crecer. Es encerrarnos estúpidamente en dogmatismos que nos restringen y nos impiden libre asociarnos. Así, vemos cómo en nombre de la libertad algunxs plantean absolutamente lo contrario estableciendo sectas en base a etiquetas.