
Nos escribe David Rojas Fernández desde una celda de aislamiento, en Murcia II. Con mucho ánimo a pesar de las recientes palizas recibidas, los partes disciplinarios y causas adicionales impuestas como represalia por denunciar torturas y defender su dignidad. Sus palabras nos trasladan el despotismo de los carceleros y nos hablan de un nuevo asesinato institucional. Su compañero Vargas recibió una dosis letal de fármacos, nos lo explica en los siguientes términos:
…la semana pasada mi compa el Vargas murió de sobredosis de medicación, y los guardias y médicos en el pasillo riéndose sin ningún tipo de compasión
…sobre el coronavirus, no nos han proporcionado ni mascarillas ni guantes y encima los carceleros pasan de todo, entran y salen de la cárcel todos los días y muchos de ellos van sin mascarilla poniéndonos a todos en un grandísimo riesgo de infectarnos y tampoco nos han dado ningún tipo de información sobre las distancias entre nosotros, ni si hay que lavarse las manos, no tocarse la cara ni tocarnos entre nosotros… si sé las medidas que tengo que tomar para no infectarme es por las noticias que veo en la T.V., a parte nos han autorizado tan solo una videollamada mensual de 10 minutos de duración y tan solo con un familiar -cuando yo sé que en otras prisiones se han autorizado varias videollamadas mensuales- y aquí en aislamiento estamos que echamos chispas y a punto de explotar…
David Rojas Fernandez – 18/04/2020









