Abolir el aislamiento penitenciario

Decía Foucault que la soledad [impuesta] es la condición primera de la sumisión total. Por eso no es de extrañar que el aislamiento penitenciario, el confinamiento solitario o como se quieran llamar los regímenes de vida excepcionales en las prisiones de todo el mundo, sean consustanciales a la idea misma de prisión: someter y neutralizar. Lejos o en el papel mojado quedan los derechos de las personas presas o los principios de reinserción, reeducación, rehabilitación que proclaman las constituciones cuando se trata de anular al enemigo interno, el delincuente.

Ya sea utilizado como sanción frente a la indisciplina grave, como medida administrativa de seguridad, protección o por decisión de un juez, las consecuencias del aislamiento en los seres humanos son desastrosas. Así lo reconocía Juan[1] que pasó un año en aislamiento mientras estuvo preventivo: “Es como un infierno, si no estás fuerte te vuelves loco. La gente se suicida, quema el chabolo, se hablan solos… y tú lo escuchas”[2].

La reducción de estímulos a todos los niveles debido a la falta de actividades y contacto humano significativo genera daños en la salud física, mental y social de quienes se aplica. Las investigaciones y estudios hablan que estos van desde el insomnio y la confusión hasta la alucinación y la psicosis[3], riesgo de automutilación y suicidio. Asimismo este régimen se ensaña con aquellas personas que previamente tienen sufrimiento mental, patologías o tóxicodependencias. Como lo confirma Marcos, después de pasar años por un largo confinamiento solitario: “Las personas que moran en estos departamentos, son personas que ya de por si están arrasadas, personas que no tienen ningún control de sí mismas, de sus vidas, personas con una serie de problemáticas, trastornos y patologías mentales que les impiden o incapacitan para vivir en un contexto de cierta normalidad. No digamos ya para resistir o combatir los terribles efectos que produce, el régimen de aislamiento o primer grado, produciéndose una situación de extrema crueldad quedando atrapados y enquistados en ese régimen brutal, que se ceba con ellos y les aplica e inflige con toda contundencia los mismos remedios. Porque la institución es ciega a las personas, y sus circunstancias personales, es una máquina trituradora”.

Además, las condiciones materiales en las que se desarrolla el aislamiento, agravan aún más el sufrimiento. Isabel, presa en primer grado, a su salida testimoniaba como “Los módulos de aislamiento están situados en bajos, las ventanas están enrejadas lo que no permite la luz natural y además a metro y medio de la celda hay un muro, que no te permite ni siquiera ver el cielo. La luz artificial de la celda está en una pared y es una pequeña bombilla dentro de una caja de plástico, esa luz no permite leer ni en la cama ni en la mesa ni siquiera de día”. Condiciones confirmadas por Julián, también sobreviviente del aislamiento: “Duchas atascadas, mucha suciedad, colchones con vómito o rotos… Las ventanas daban para un patio muerto, muy pequeño, tapado con alambre. La única visión del mundo que teníamos era trocitos del cielo azul de la sierra madrileña”.

La opacidad que envuelve a este tipo de régimen de vida carcelaria y las condiciones que suponen puede también dar lugar, como afirma el Comité Europeo para la Prevención de la Tortura (CPT), a que se infrinjan malos tratos de forma intencionada[4]. Por todo ello, los Principios Básicos para el Tratamiento de las Prisiones de las Naciones Unidas (1990), establecieron que debían emprenderse y fomentarse esfuerzos dirigidos a la abolición del régimen de aislamiento como castigo, o reducir al máximo su uso.

Para informar sobre la regulación legal sobre el aislamiento penitenciario, exponer las graves consecuencias físicas y psicológicas que genera su aplicación, visibilizar los relatos de personas que lo han sufrido y manifestar que la regulación prevista supone un trato cruel e inhumano, una veintena de organizaciones de derechos humanos en el estado español han lanzado una campaña por la Abolición del Aislamiento Penitenciario [5]. Visibilizar es el primer paso para erradicar.

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[1] Los nombres empleados son ficticios para evitar identificaciones y represalias.

[2] Los testimonios aquí recogidos forman parte del Informe de la Campaña por la Abolición del Aislamiento Penitenciario https://aen.es/wp-content/uploads/2023/05/Informe-para-la-campan%CC%83a-…

[3] Declaración de Estambul

[4] CPT/Inf(2011)28-part2 Confinamiento de presos en solitario.

[5] Puedes revisar el informe en el siguiente enlace: https://aen.es/wp-content/uploads/2023/05/Informe-para-la-campan%CC%83a-…

Fuente: Briega

El racismo en el DERT (aislamiento) de la cárcel de Figueres

Compartimos el duro paquete de cartas que les ha hecho llegar Lolo (Manuel Noguera) a les compas de La Corda de sus compañeros del DERT (Departament Especial de Règim Tancat) de Puig de les Basses (Figueres). Lolo ha recopilando cartas que le han ido mandando compañeros para denunciar los abusos que reciben desde hace tiempo. Se trata de los brutales testimonios de 10 presos, que a través de distintas cartas y llamadas nos cuentan un día a día lleno insultos y agresiones, muchas de ellas racistas, llevadas a cabo por varios funcionarios y con el beneplácito del coordinador del DERT.

Tras meses de agonía con el estómago perforado y reclamando que le visitara un médico ajeno al centro penitenciario, finalmente Lolo ha sido trasladado a la cárcel de Ponent (Lleida).

«Hola, buenas. Mi nombre Ayoubel Jamghili El Sic. 06011889.

Os mando esta carta para denunciar esta presión, y también a los funcionarios. El día 8/11/22 a las 8 de la tarde, yo estaba buscando mi ropa que mandé a lavar y no la he encontrado. Y me viene un funcionario y me dice “sube a tu celda, moro de mierda”, yo le he dicho “por qué me insultas con palabras de racismo” y él sigue insultándome con palabras de racistas. Y viene otro funcionario y me dice “qué pasa” y yo le expliqué que me faltaba mi ropa que mandé a lavar, porque yo la he cogido y la dejé en la sala de televisor. Yo le digo que mi ropa la habrá cogido algún interno y la ha confundido con la mía, porque había otra bolsa de ropa, ¿sabes? Y me empieza a empujar el funcionario y me dice “sube a tu celda, me cago en tu puta madre”, y en ese momento vienen más funcionarios, me cogen en la escalera y empezaron a darme golpes, y uno de ellos me da con el puño en la barriga, y me estaban insultándome “eres una basura como tu país”.

Me meten en mi celda y pasados cinco minutos vienen seis funcionarios. Me dicen “sal de la celda”, y yo iba a salir y uno me da una galleta en mi cara, y me iban a bajar en las escaleras y me empujaron y caí de las escaleras, y empecé a sangrar de las cejas, hasta tengo cicatrices si no me crees. Y viene la jefa de servicios y les dice “bajad esta basura al DERT”, y digo “no he hecho nada, jefa”, y ella les dice “ponle las esposas” y me las dejan puestas, y yo tengo una operación en la mano izquierda, en el codo, y la muñeca. Me aprietan las esposas hasta que en mi mano no circulaba la sangre y me quedo las marcas de las esposas. Uno puso su pierna sobre mi cabeza, ni podía respirar. Me bajaron al DERT, y yo estaba sangrando de las cejas, y yo estoy gritando que tengo una operación en la mano y el funcionario me dice “cállate, basura, moro de mierda”, y yo bajé llorando. Me he sentido no como persona si no como un animal.

Cuando me bajaron al DERT me empujaron y me decían “el condenado a muerte”, “como una rata asquerosa”, y siguen insultándome. Me dice “si yo fuera rey os quemaría vivos a todos los moros como Hitler”, y yo la verdad no puede hacer nada, porque sé que su palabra vale más que la mía, porque saben que no tengo ingresos y tampoco abogado. En ese momento empecé a defenderme: le digo: “por qué tanto racismo, si no he hecho nada”, y el me dice “cállate, me cago en tu puta madre”. Yo me defiendo porque en nuestra religión mi madre es sagrada, y yo le digo “y la tuya”. Y el coordinador les dice a los funcionarios “átalo”, y entraron con escudos y me tiraron al suelo, y yo la verdad ni hice fuerza ni nada. Si no me crees hay cámaras. En ese momento estaba gritando que no puedo respirar. Me llevaron cogido como una basura. Nunca en mi vida me he sentido tan indignado. Y me pegaron en una cama, y me estaban atando y torturándome. Hasta el jefe me dice “haber si te mueres, moro de mierda”, y me torturaron delante de las cámaras, y también tengo testigos que estaban escuchando todo. Y cuando me estaban atando, un funcionario me puso el escudo encima de mi cabeza y me rompieron la muñeca de la izquierda. Ni me llevaron al médico tampoco, y estaba una enfermera que tenía una página en la mano y me pienso y ya.

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Escrito dirigido a los presxs en lucha por unx de ellxs llamándoles a solidarizarse con la lucha de Alfredo Cospito y otrxs presxs anarquistas contra el régimen carcelario de aislamiento

Cárcel de Campos del Río, 31 de diciembre de 2023

Soy Peque, desde este rincón de Murcia II donde me encuentro desde hace dos meses. Hoy es 31 de diciembre y he recibido comunicación de lxs compañerxs, aparte de alguna carta desde algún ateneo libertario. Lo que está pasando con nuestro compañero encerrado en una cárcel del Estado italiano donde hace hoy 72 días [91 a 18 de enero] que se encuentra en huelga de hambre con la decisión de morirse, injiriendo únicamente agua con azúcar para que el deterioro sea más lento al aguantar el metabolismo incluso meses antes de dejar de funcionar y llegue su muerte lo más tarde posible. Su nombre, Alfredo Cospito, y otrxs tres compañerxs ‒Ana Beniamino, Juan Sorroche e Ivan Alocco‒ se sumaron a sus reivindicaciones estando un mes en huelga de hambre, y ahora la retoma Ivan Alocco. Como información os diré que el compañero se encuentra en prisión por poner una bomba que no causó ni tan siquiera heridos, únicamente destrozos en un edificio de los carabinieri. A causa de ello, el terrorismo de Estado le ha aplicado al artículo 41 bis, que sería como aquí la primera fase (control directo): salidas en solitario solamente una hora al día, intervención y censura de todas las comunicaciones, una única comunicación por cristales de una hora al mes con familiares directos exclusivamente… y todo tipo de privaciones, queriéndole someter al rechazo de las armas, arrepentimiento, sumisión degradación. Debido a ello, por no dejar que el Estado criminal italiano lo tenga incomunicado, nuestros compañeros pueden convertirse en mártires para que estas tiranías no las vuelvan a pasar a pasar otrxs compañerxs.

No sé cómo piensa cada unx de nosotrxs, pero al menos lxs anarquistas, antisistema, anticarcelarixs debemos crear lo más rápido posible un espacio para debatir si de verdad vamos a guardar silencio ante las atrocidades que se hace sufrir a nuestrxs compas o debemos darles visibilidad mediante cualquier idea concreta que sacásemos, mediante huelgas de hambre coordinadas y al unísono o bien huelgas de hambre rotativas, por ejemplo, con tiempo para que llegue a todos los oídos, matizando y concretando la coordinadora, como siempre, los días que decidamos realizar nuevos movimientos político-sociales, dando la chapa a los grandes burócratas del país trasalpino. Espero que lean esto muchxs compañerxs que en otros momentos se unieron a otras luchas: si éstas volviesen en apoyo de nuestrxs camaradas italianos, toda clase de argumento, decisión, acción o movimientos serían bien recibidos por todo el colectivo ácrata.

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Reinserción no, laberinto: reflexiones de un preso con muchos años pagados

CRITERIO DE LEY

Nosotros, la población reclusa, obtenemos los escasos beneficios penitenciarios dependiendo de los criterios objetivos y subjetivos de los equipos de tratamiento de los centros penitenciarios. En España hay un alto porcentaje de internos que cumplimos todos los requisitos objetivos para obtener “beneficios penitenciarios”, desde un trabajo pasando por un permiso ordinario hasta la libertad condicional. No entiendo el porqué, esta gran mayoría cumple sus condenas íntegras o, en el mejor de los casos, solo cuando nos quedan unos pocos meses para acabar de cumplir, nos dan un par de permisos; literalmente, una propina, para que salgamos en libertad con una sonrisa.

La pregunta que nos hacemos muchos internos es ¿para qué sirve el reglamento penitenciario? Pues no hace falta ser muy inteligente para deducir que, por muchos artículos de dicho reglamento que beneficien al reo, el mismo equipo de tratamiento nos los echa para atrás, cuando el mismo reglamento dice que cualquier beneficio penitenciario depende del criterio del mismo equipo. Pero lo peor de todo es que dependemos de unas personas que apenas conocemos y que, por supuesto, apenas vemos, pues sólo nos atienden en una entrevista personal una vez cada seis meses, cuando nos van a revisar el grado y siempre para hacernos las mismas preguntas. Pero la pregunta que nos hacemos nosotros es cómo podemos confiar los internos en un equipo de tratamiento que no tiene ningún tipo de empatía ni apenas trato con nosotros: te llaman una vez cada seis meses, te hacen cuatro preguntas y hasta dentro de otros seis meses. Y, cuando te niegan el permiso a pesar de que cumples todos los requisitos objetivos que requiere el reglamento penitenciario, te argumentan simplemente que no estás preparado para tener una vida en semilibertad por motivos subjetivos. Y como para la mayoría de los jueces de vigilancia penitenciaria pesa más el criterio que el reglamento, pues a cumplir la condena íntegra. Mientras no haya un beneficio que sea decretado por ley, mientras no se obligue a los centros por algún artículo y se derogue el criterio de los equipos, seguiremos en al misma situación.

La excarcelación por enfermedad es otro de los derechos que tenemos los reos que en la mayoría de los casos, más de un 90%, no se cumplen. Un pensamiento de los equipos de tratamiento de los centros penitenciarios es otorgar este beneficio justo cuando a las personas afectadas les quedan pocos días para morirse, siempre saliendo del centro penitecianciario al hospital. Sin dar la mínima opción a que puedan morir en un entorno familiar, en sus propios hogares. Según este pensamiento, la persona gravemente enferma, en lugar de aprovechar para bien esta medida que está en el reglamento penitenciario, la utilizará para delinquir. Esta es la retorcida manera de pensar de un grupo de “profesionales” que se olvidaron su corazón en la entrada de los centros penitenciarios y aún no se han dado cuenta de que entran a trabajar sin él. Pero lo peor de todo, para mí al menos, lo más grave es que estas actuaciones son avaladas tanto por los jueces como por los gobiernos.

AISLAMIENTO

Creo que la finalidad de que un interno acceda a este lugar es para separarte de tus compañeros, cuando demuestras una agresividad que pone en riesgo su integridad. Al menos debería de ser así, y en muchos de los casos no tengo ninguna duda de que es correcto. El problema es el trato que nos dan los carceleros en este departamento. Digo el trato, aunque sería mejor decir el poco o ningún trato, porque, una vez que acabas en el módulo de aislamiento, eres totalmente olvidado por ellos.

Yo, personalmente, han sido muchas las veces que he acabado en este lugar y casi siempre solo me abrían la puerta para darme la comida o la medicación. El timbre para llamar a los carceleros era mejor no pulsarlo, pues, si lo hacías, venían con las porras para recordarte con ellas en la mano que no debías hacerlo. El ninguneo, los malos tratos, vejaciones, insultos y un etcétera inacabable de detalles que podría enumerar sobre cómo se nos trata en este departamento. Y el problema no es sólo esto, sino que los médicos hacen oídos sordos sobre esta cuestión. Estamos totalmente olvidados y, cuando denunciamos sobre estos asuntos, fácilmente nos desacreditan. Es muy fácil desacreditar a un reo ante un juzgado, incluso ante la prensa. Somos delincuentes, estamos acostumbrados a mentir en cualquier situación, a no respetar a nuestros semejantes, por eso digo que a la hora que los carceleros quieran airearse de estas denuncias, con decir cualquier barbaridad sobre nosotros lo tienen todo ganado.

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A pesar de todo… saludos libertarios desde Daroca

Compartimos aquí la carta que un compañero que se encuentra preso en la cárcel de Daroca (Zaragoza) ha enviado a les compas de La Corda . Prefiere no poner su nombre en el escrito, así que lo publicamos anónimamente. El compa relata un episodio autolítico, el problema con lxs carcelerxs cuando lo encontraron lesionado y la sanción «pertinente» que le pusieron por el episodio.

Agosto 2022. Prisión de Daroca

Mis mayores deseos libertarios para todxs lxs compañerxs.

Desde esta kárcel de Carroca (Zaragoza) es muy importante os informe de lo k esta sucediendo entre estos muros, celda reformadas, queriendo dar a esto otro aspecto k el de antaño pero difícil está para devolver la vida a tantos k akí la han perdido, eso si, siempre x la voluntad de ellos, o sobredosis accidentales, ¡siempre lo mismo! y ¡si! tengo ¿no miedo! si no ser vencido de ocurrirme algo extraño; k justificarían solo con mi último antecedente de intento autolítico en el cual perdí cerca de 3 litros de sangre, ello motivado x k me llevaran a enfermería para descansar unos días. Me se chivaron de k vendía medicación (falso), lo único k te hacen tomar la medicación controlada y empezaron a hacerme, ke si mueve la lengua, etc.. para mi unas vejaciones/humillaciones continuas, y en un chakeo sorpresa, en el k no me pillaron nada (obvio), para k el doble hablara conmigo me advirtió de k me ‘daba’ 1 oportunidad +, apenas le pude decir cuatro palabras, y exigí k si me chakeaban íntegro, me trajesen una bata, zapatillas y acta de chaqueo motivándolo, ¡lo hicieron! por la tarde me abren con mucha prisa para recoger mis cosas del Mod. 3, yo ya las estaba preparando, pues me lo imaginé, ¡nadie me ayudo para llevar 4 bolsas! conocedores de mis lesiones, pero eso les da igual, me metían prisa y sin decir casi nada, yo mismo arrastré las bolsas hasta mi módulo, ¡mareándome x el trayecto! casi cayéndome, sin duda, ¡disfrutaron! pero lo logré, les demostré k alli, kien fue fuerte estaba claro.

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¡Alberto Romero Varela por fin en la calle!

Si se hubiera cumplido la ley, ni siquiera tendría que haber entrado, pero le han tenido cuarenta y ocho días sin cuidados ni tratamiento, tirado en un patio, abandonado a su dolor, sin paliativos, sin alimentación adecuada, teniéndose que cambiar él mismo la bolsa de evacuación, sufriendo malos tratos y abusos.

Mientras las autoridades «competentes», carceleras, judiciales, gubernativas, en lugar de acelerar su excarcelación, urgente por su gravísimo estado y obligatoria según la ley, preocupados por su peligrosidad la de alguien a quien los médicos consideran un enfermo terminal y que no ha cometido nunca ningún delito violento, en lugar de preocuparse por su dignidad y por sus derechos humanos, retrasaban su liberación todo lo que podían, aplicando unos mecanismos legales totalmente contradictorios con el humanitarismo ideológico de las leyes, pergeñados para neutralizar los aspectos garantistas de las mismas y potenciar los destructivos, al socaire del populismo punitivo y de la fascistización de los procedimientos de dominio pareja con el desarrollo capitalista desbocado.

Todos tienen derecho a la vida y a la integridad física y moral, sin que, en ningún caso, puedan ser sometidos a tortura ni a penas o tratos inhumanos o degradantes”. O esto es lo que dice el artículo 15 de la constitución española de 1978, todavía supuestamente en vigor. Tampoco es que nos tomemos muy en serio esa “magna ley”, democratizadora del régimen franquista, y menos ese artículo por el que también queda abolida la pena de muerte, aunque no del todo, ya que permite a los militares aplicarla en tiempo de guerra. Y eso es lo que pasa con toda la palabrería constitucional y legal, que es difícil poner en claro si está hecha en nuestro favor o contra nosotrxs.

Y, aunque analizando su desarrollo legal, así como la actividad interpretativa correspondiente de la autoridad jucial y la práctica ejecutiva que van de la mano, cada vez nos convencemos más ¡qué remedio! de que está hecha contra nosotrxs, cuando la dureza de la vida bajo el dominio del Capital nos agobia y no parece quedar otro recurso, a todxs se nos ocurre invocar esos derechos “concedidos” por el Estado. Sobre todo, cuando lo que te acorrala es el sistema punitivo y no puede menos que venirte la idea de que, si te castigan por desobedecer la ley, quienes deciden o ejecutan el castigo no pueden, en buena lógica, desobedecer esa misma ley que se supone están defendiendo.

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Compañerismo desde el departamento de castigo de la cárcel de Picassent (Valencia)

Con bastante retraso, publicamos dos cartas de Mohamed El Hichou, desde el aislamiento de la cárcel de Picassent, reflexionando sobre las condiciones de vida en régimen de castigo, el comportamiento de los carceleros, la lucha colectiva, las relaciones entre compañeros y varios otros temas, incluida la posición de Toni Chavero en relación con la lucha colectiva, que él encara lúcidamente, con confianza, amistad y respeto por las decisiones de cada cual. Anima también a los de dentro a continuar la lucha entablada, dentro de la cual manifiesta estar dispuesto a continuar haciendo los ayunos, a dar la cara en la medida de su fuerzas por los compañeros más indefensos, llamando a la reflexión y a la comunicación creativa sobre cómo continuar reivindicando, a pesar de las represalias y de los intentos de dividir a la comunidad de lucha, y evitando los serios problemas que pueden crear las habladurías, los dimes y diretes. «Las personas con el alma negra –dice– no tienen cabida entre nosotros». Y también que «a base de respeto y humildad», se puede «solventar cualquier mal rollo» a través del diálogo.

Aislamiento de Picassent, mayo de 2021

Salud, compañeros.

Recibid un fuerte abrazo tanto los compañeros de dentro de estos inhumanos muros como los de fuera, por su lealtad, sensibilidad y humanidad para con nosotros. Mil gracias.

Los que legitiman las leyes las demonizan aquí dentro. Mientras las autoridades se llenan la boca con su eslóganes de país democrático y constitucional, los bastardos carceleros actúan cruel y despiadadamente, son una rama del árbol de la organización criminal con más peso del Estado español, corrompidos y podridos, todo es una maldita pantomima. Todo mi apoyo y comprensión a mi gran amigo Toni Chavero al cual respeto y aprecio. Entre hombres, sobran palabas. Te quiero, golfo, Shukran.

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Finaliza la huelga de hambre de prisioneros trasladados desde la Cárcel de Alta Seguridad a Rancagua en Chile

Durante los últimos días de junio finalizo por completo la huelga de hambre que llevaban la mayoría de los prisioneros trasladados desde la Cárcel de Alta Seguridad a Rancagua, ingresados en el módulo 1 (los presos de Alta Seguridad) y en el módulo 2 (Los presos de máxima seguridad).

La movilización permitió algunas horas más de patio, el regularizar un régimen interno y el ingreso de forma más o menos estable de una mínima cantidad de alimento, necesario para sobrellevar la decadente dieta que imponen las concesionarias (empresas que lucran con la alimentación de las cárceles).

Aun así, existe una serie de batallas que continuarán dándose, como el completo desuso del locutorio tanto para abogados, como para la amenaza de utilizarlo en las próximas visitas. Todo con la excusa sanitaria como motor represivo.

De igual forma, sigue siendo urgente el ingreso de forma permanente y de forma estable de alimentación de afuera (considerando a compañeros veganos y las necesidades médicas), como algunas otras situaciones del régimen interno.

Hoy Rancagua sale de la cuarentena más estricta, por lo que se deberían reanudar las visitas en la cárcel.

Por su parte los compañeros que han participado en esta movilización se encuentran de buen ánimo y firmes, recibiendo el apoyo del resto de anarquistas y subversivxs de los distintos penales, Mónica Caballero y Pablo Bahamondes.

El llamado siempre es a no decaer en la solidaridad combativa con lxs compañerxs.

¡¡AISLAMIENTO ES TORTURA!!
¡¡SOLIDARIDAD CON LOS PRESOS MOVILIZADOS
Y EN HUELGA DE HAMBRE!!

¡¡ABAJO LOS MUROS DE LAS PRISIONES!!

Fuente: Buscando la Kalle

Elisa di Bernardo: «Estamos ganando batallas por la libertad de Gabriel Pombo»

Elisa di Bernardo acudió ayer a Oviedo a contar la situación de su compañero Gabriel Pombo da Silva. Invitada por el grupo Higinio Carrocera, en colaboración con el local Cambalache, aprovechando su visita a Pombo a la cárcel de Mansilla de las Mulas en León, Elisa ofreció un relato muy completo tanto de la situación jurídica del preso anarquista como de su trayectoria vital y de lucha en sus más de 30 años en las prisiones del Estado. Fue una charla que no solo sirvió para tener información de Pombo sino para poner de manifiesto cómo, dentro de los muros de las prisiones, la “democracia” desaparece y se adentra uno en un mundo oscuro, sometido a torturas físicas y psíquicas, a venganzas personales de jueces y carceleros, a cárceles dentro de la cárcel (FIES). Además, Elisa nos dio perspectiva y contexto sobre cómo la desigualdad, la miseria, la injusticia y la pobreza consustancial al sistema capitalista y estatista fabrica delincuentes.

Elisa empezó la charla sacando de su mochila tres libros importantes para conocer la situación de los presos y presas y el mundo de la lucha anticarcelaria: “Extrema Indigencia, extrema violencia”, “Para que no me olvides” de Madres Unidas contra la Droga y el Informe sobre la Tortura en el Estado español que según explicó Elisa fue censurado por la policía, ya que relata la época más triste del régimen FIES (ficheros de internos de especial seguimiento).

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Performance contra el aislamiento realizada en Lleida (Junio 2020)

El pasado 30 de junio se realizó en Lleida una concentración en apoyo a las personas presas y en denuncia de las cárceles como centros de aislamiento y de tortura. La concentración reunió unas 30 personas, y despertó la curiosidad de muchas otras que paseaban por la calle.

También se escenificó una performance con la intención de mostrar la tortura, tanto física como psicológica, que suponen las celdas de aislamiento y los primeros grados en las cárceles.

Fuente: Suport presxs Lleida