La situación extrema creada en las cárceles en el contexto de alarma social y sanitaria por el COVID, nos llevó a un grupo de familiares y amistades de personas presas, con apoyo de otros colectivos implicados en la defensa de los derechos humanos, a denunciar lo abusivo de las circunstancias y demandar soluciones a la situación de vulneración de los derechos de las personas presas resultante:
No se reduce la población penitenciaria, sólo sus derechos
Atendiendo a las recomendaciones de las más altas instituciones en materia de salud pública, la mayoría de los estados europeos redujeron el número de presas y presos para evitar los riesgos de la pandemia. Por el contrario, el estado español no hizo más que agravar la situación de nuestra gente presa, quitándoles, uno tras otro, sus derechos. En los últimos meses, la pobalción reclusa ha padecido la suspensión de vises y visitas (incluso de abogadxs), actividades programadas, tutorías de la UNED, servicio de demandadero, salidas a polideportivos, ayuda del voluntariado, etc. La paralización de los Equipos Técnicos y de las Juntas de Tartamiento ha impedio las progresiones de grado y el acceso a la libertad condicional, infringiendo el derecho fundamental a la libertad de algunxs internxs en condiciones de salir a la calle en regímenes de semilibertad. Se supone que la cárcel sirve para reinsertar a las personas presas, pero en esta situación comprobamos cómo prevalece el castigo sobre cualquier otra finalidad, castigo que se va agravando con medidas “sanitarias”, como las cuarentenas sufridas en regímenes de aislamiento estricto después de traslados o visitas. Esto es ilegal: si en las actuales circunstancias el estado no puede cumplir con su propia ley, que abran las cárceles y dejen salir a las personas que tienen dentro. Por lo tanto, exigimos la excarcelación de las personas presas, ya que que Instituciones Penitenciarias ni cumple su ley de régimen interno ni toma medidas efectivas y reales que velen por su seguridad e integridad.
Personal médico casi inexistente
Denunciamos la actual situación sanitaria dentro de las cárceles, totalmente insuficiente en unas condiciones normales, pero que resulta aún mucho más preocuapnte en un contexto de alarma sanitaria. Esta situación es la que explica las medidas que se toman para abordar la crisis: resulta más barato restringir los derechos de lxs reclusxs que solucionar esta grave desatención médica. Frente a la gravedad de esta situación, exigimos la excarcelación de las personas presas vulnerables (las gravemente enfermas, las mayores de 60 años y con patologías crónicas previas) y de las mujeres embarazadas y con críxs, así como de las personas con enfermedades mentales, ante un agravamiento de su estado de salud a consecuencia de la vivencia dentro de la cárcel de un contexto de incertidumbre y mayor aislamiento social.
Exigimos el derecho a la salud de las personas presas. Si el coronavirus entra en las cárceles, habrá que vaciarlas.
No hay medidas compensatorias
Exigimos medidas para paliar todo el sufrimento con que estamos vivenciando esta situación, desde hace meses, y lo que está por venir. denunciamos el desprecio con que son tratados nuesros derechos cuando se nos prohíbe ver a nuestros seres queridos incluso a través de un vidrio. Mientras los carceleros entran diariamente desde la calle, se pretende trocar nuestro tiempo de estar en familia, ya de por sí escaso, por una videollamada de diez minutos.
Queremos la devolución de los vis a vis perdidos durante la cuarentena (compromiso adquirido por la mayoría de los directores de las cárceles de las que tenemos información, cuyo cumplimiento está siendo ahora denegado sistemáticamente) y de los que se pierdan a causa de futuras restricciones.
Queremos que se agilicen las concesiones de terceros grados, la libertad para lxs presxs preventivxs, indultos totales o parciales para cada internx y abono en las liquidaciones de condena de los días en que la prolongación temporal de la situación excepcional de alarma aumente la duración de las condenas, con una reducción extraordinaria de las penas equivalente.
Proponemos que se nos tome la temperatura o, en último extremo, que se nos haga la prueba a familiares y amistades al entrar en la cárcel, pero que en ningún caso se nos quiten las visitas y comunicaciones vis a vis. Además, están siendo los carceleros quienes en la mayor pare de los casos introducen el virus.
Hacemos hincapié en que la desatención sanitaria en las cárceles no es de ahora, sino que viene de muy atrás. Situación insostenible que se hace visible en las muertes que suceden constantemente en las cárceles y de las que nadie se hace responsable.
Ante el agravamiento de la falta de medios y derechos por la pandemia:
EXIGIMOS COMPENSACIÓN POR EL ENDURECIMIENTO AÑADIDO DE LA ESTANCIA EN PRISIÓN
EXIGIMOS LA REDUCCIÓN DE LA POBLACIÓN CARCELARIA
¡DEFENDAMOS EL DERECHO A LA SALUD DE LAS PERSONAS PRESAS!
¡ABAJO LOS MUROS DE LAS PRISIONES!