Más de 80 días desde el inicio de este proceso de lucha (huelga de hambre indefinida de presxs en Chiapas) en busca de justicia y libertad. Horas, días, semanas y meses de una sucesión de hechos que van desde la resistencia al desgaste; de la dignidad a la ignominia; de la apuesta por la vida y por la libertad, aún con el costo de estar dispuestos a entregar la vida misma por encontrarla.
¿Cuánto cuesta la justicia? -¿Cuál es su costo?
¿Imaginas llevar más 15 años preso, y de esos 14 sin sentencia, haber perdido tu familia, no contar con ni un peso de ingresos en este tiempo, porque la cárcel te tiene secuestrado, y que la justicia te pida más de 18.000 pesos para poder acceder a la copia de tu expediente, y con ello a la posibilidad de tu defensa?
No lo imagines, ese caso se llama Adrián Goméz Jiménez está encerrado tras los muros del CERSS Nº5, lleva 83 días en lucha y en huelga de hambre; y la empresa privada que gestiona la “copiadora” del Juzgado de este penal le pide esa cantidad para poder obtener su expediente.
Y este es sólo uno de los casos, imaginen a cuanto asciende la suma de todos los expedientes de nuestros compañeros en huelga de hambre. ¿Quién hace negocio con la justicia, quién se beneficia del encierro, a qué costo?
Para nuestros compañeros, la justicia les costo su proyecto de vida, sus ilusiones, sus apuestas a ese futuro que esperaban y por el que todo, y cada uno de los días, se esforzaban en alcanzar.
La justicia se cruzó en sus vidas y les regaló detenciones arbitrarias, tortura, la fabricación de sus casos, y largos años de encierro y brutalidad. Además, la justicia les regaló la más total y abosuta indefensión.
Porque no tengan la menor duda, si eres pobre, si eres jodido, si eres de esos que nacen con la etiqueta de prescindible la justicia no está al alcance de tu mano y mucho menos de tu bolsillo.
El costo de la justicia es la extorsión, la humillación, el desprecio y la indefensión para los mismos y mismas de siempres: Los pobres.
¿Cuánto vale una vida? – ¿A quién le importan?
Desde el inicio de esta lucha nuestros compañeros nos avisaron que esta lucha no terminaría más que con la libertad o con el fin de sus vidas. Y a día de hoy esa palabra y esa determinación sigue intacta. El proceso de deterioro que han sufrido ha sido importante y justo en este momento entran en el periodo de mayor gravedad y riesgo a su integridad física.
El cuerpo, como mecanismo de defensa ante la falta de injesta de alimentos, primero empieza por consumir la reserva de glucosa, después la grasa, y con ello todas las toxinas que en ella hay. Eso lleva a que aparezcan diferentes infecciones en nuestro organismo, algo de lo que ya padecen todos nuestros compañeros.
La huelga de hambre empieza dañando el hígado y los riñones, con ello se afecta el sistema circulatorio y al cerebro. En la fase final llega el estado de coma y en caso de continuar lo que sigue es la muerte.
En la etapa actual, el cuerpo ya ha empezado a “comerse” a si mismo y esto lleva a un adelgazamiento acelerado y una debilidad extrema. Nuestros compañeros ya han perdido más de 14 Kilogramos en algunos casos, y la debilidad ya es una constante cotidiana en sus días. Su movilidad se empieza a ver afectada y esto sólo es el princio de todo lo que se avecina desde este momento en adelante.
A partir de ahora todo se acentúa: inmovilidad, los pulmones dejan de funcionar con normalidad, el riñon y el higado se dañan sin posible retorno, el cerebro tiene fallas de conciencia, el corazón funciona con difucultad. El colapso total del organismo dependerá de la constitución de la persona, pero es sólo cuestión de tiempo.
¿Imaginas la desesperación de sus familias, de sus amigos y amigas, de sus personas queridas? ¿Imaginas que se siente al ver a alguien llegar a esa situación para buscar la justicia?
¿Cuánto vale la vida de alguien que siente que ya no tiene nada que perder, más que su propia vida?
¿A quién le importa?
Dede luego a los del Gobierno no, a los que prometieron atender su situación no les importa en absoluto ni la salud, ni la vida de nuestros compañeros.
¿A qué esperan, a que su salud se deteriore hasta un punto de no retorno, a que se mueran?
¿Cuesta la vida la justicia?
Nuestros compañeros han sido muy claros en sus demandas desde el inicio de este proceso de lucha. Revisión de sus expedientes, investigación de la tortura, justicia y libertad inmediata e incondicional.
Siempre han sido rotundos en la afirmación que no tienen nada que ocultar, sólo buscan la verdad. Y no sólo para ellos, también para todos los casos que en estos largos años de encierro han conocido de primera mano y, con ellos, han podido constatar directamente que no son los suyos casos aislados.
Dicen y demandan con su propio proceso de lucha ser capaces de construir otra manera de hacer justicia en la que no sólo ellos, sino las propias víctimas de esos delitos puedan alcanzar justicia. No se hace justicia fabricando casos, encerrando al primero que encuentre y enterrando las investigaciones.
No señores, estas vidas no son estadísticas satisfactorias. No son cifras, no son números de expedientes, no son las herramientas con las que ustedes se llenan la boca con sus discursos de “eficiencia”.
Son personas con sueños, vidas, familias, personas que los queremos y que tenemos que soportar que ustedes nos los secuestren de nuestro lado.
No señores del Gobierno.
Absolutamente no señores del poder.
No vamos a permitir que les pase nada, no les vamos a permitir que los lastimen más. ¿Hasta dónde piensan llegar? ¿No les parece ya demasiado dolor? ¿Demasiada saña? ¿Demasiada venganza? ¿Demasiado sadismo?
Basta!
Pongan fin de una vez por todas a este despropósito que llaman justicia. Ellos, nosotras, nosotros no nos vamos a rendir, así que asuman que tendrán que gobernar con el costo de estas vidas sobre sus espaldas.
No van a parar, no vamos a parar hasta verlos libres!
Grupo de Trabajo No Estamos Todxs
San Cristóbal de las Casas, 5 de junio de 2019
Fuente: No estamos todos