Alrededor del 40% de la población penitenciaria padece algún tipo de trastorno mental, la mayoría derivados de haber vivido situaciones traumáticas durante la infancia o en la misma prisión y por el uso abusivo o la adicción a sustancias, según expertas en el campo de la psiquiatría. Familiares, médicos, psiquiatras y los mismos internos solicitan ser tratados en entornos terapéuticos fuera de las cárceles y poner fin a la “sobremedicalización”.
Así empezaba el artículo publicado el día 11 de mayo de 2020 en La Directa. En dónde se afirma que según fuentes del Departamento de Justicia se estima que la mitad de los internos tienen problemas de salud mental y que un 25% presenta una patología dual (convergencia entre una adicción y un trastorno). Los datos oficiales apuntan que el 33% de la población penitenciaria en Cataluña presentan problemas de drogodependencias dentro de la cárcel.
Para hacer frente a esta necesidad de tratar a lxs presxs con trastornos mentales, Cataluña cuenta con la UHPP (Unidad de Hospitalización Psiquiátrica Penitenciaria) donde se deriva a los internos con trastornos mentales agudos. La unidad cuenta con una capacidad de 62 pacientes para atender a una población reclusa que ronda las 8000 personas…
En las cárceles españolas, según reconocía el año pasado el Ministerio del Interior, “no existen salas específicas para albergar a las personas con efermedades mentales”. Por lo tanto, estas personas o bien están en módulos ordinarios o en unidades de enfermería. Según fuentes ministeriales, solo el 4,2% de la población reclusa presenta algún tipo de trastorno mental grave, datos que son cüestionados por expertas en el campo de la psiquiatría y la medicina, familiares y las mismas presas.
La verdad es que desde muchas cárceles de Cataluña y de todo el Estado nos llega información fiable que nos asombra en relación a la “sobremedicalización”.