Un compañero escribe a las compas de Lleida para decir que quiere participar de la Propuesta de Lucha Colectiva. El compa se encuentra en primer grado, en la prisión de Alicante II (Villena). Aquí la instancia que ha mandado y al final la dirección por si alguien quiere escribirle.
Septiembre 2020
Buenos dias,
Me llamo Juan Manuel Duró Sanchez y quiero participar con el colectivo, porqué yo no puedo ver como pegan, maltratan, torturan y matan a gente. Eso para mi es un abuso de poder contra nosotros. Quiero participar. Estoy totalmente en contra del sistema que tienen aquí metido.
No viene el médico a vernos, ni nadie. Mando la instancia del ayuno que hice para que veais que quiero estar con vosotrxs. Soy de Valencia.
Espero que esta carta valga para ayudar a todxs mis compañerxs, incluido a mi hermano, que está enfermo como tantxs otrxs. Quiero ayudar en todo lo que yo pueda hacer.
Gracias por todo, sois ahora como mi familia en la calle. Vosotrxs que ayudáis con vuestros corazones.
Me despido con todo mi agradecimiento y espero poder seguir en contacto.
Juan Manuel Duró Sanchez Centro Penitenciario Alicante II
Ctra. N-330. Km.66
03400 Villena (Alicante)
El 15 de mayo de 2019 en la prisión de Teixeiro moría de cárcel nuestro compañero Pedro Escudero Gallardo.
No nos olvidamos de él, ni de todxs lxs compañerxs asesinadxs por la cárcel, ya sea por falta de atención médica, por una paliza, por sobredosis, por suicidio… al final a todxs lxs asesina la cárcel y en todos los casos hay varios responsables que restan impunes: la propia Institución Penitenciaria, cada uno de los centro de exterminio, lxs carcelerxs y el resto de “trabajadores” que encubren, callan o normalizan lo que pasa en la cárcel y lo que es la cárcel.
Como ya dijimos hace un año: Pedro estaba enfermo de cáncer, pero, en lugar de excarcelarle “por razones humanitarias y de dignidad personal”, como dice el reglamento penitenciario, le tenían en la peor “modalidad de vida” posible en cárceles españolas, aislado en un departamento de “régimen especial”, tratado como un preso “extremadamente peligroso”, cuando lo que corría peligro era su vida; maltratado y presionado hasta el agobio, cuando necesitaba cuidados y un tratamiento médico que también se le negaba.
Pedro Escudero murió el pasado 15 de mayo de 2019, consumido por un incendio provocado supuestamente por él mismo, en la celda donde estaba encerrado. A los carceleros responsables no les dió vergüenza manifestar que no le sacaron de la celda incendiada por miedo a que les pudiera agredir, así que le dejaron que se abrasara vivo.
Volvemos a compartir la ultima carta que recibimos del compañero, donde denunciaba su situación y donde informaba que se le había condenado a 3 años mas de cárcel por, teóricamente, agredir a unos carceleros. Es una carta triste, dura, preciosa, cercana y valiente.
La gran vulnerabilidad de las personas en prisión ante una eventual infección por covid19 viene condicionada en primer termino por los problemas de salud previos de la población reclusa, como son :
-Indices y prevalencia de enfermedades transmisibles muy superior a las de la población general. Así por ejemplo la hepstitis C (VHC) está presente en eun 17% de la población reclusa. El VIH aunque en descenso ronda un 5%, enfermedades como la tuberculosis casi erradicadas hace años resurge por efecto oportunista en personas de inmunidad baja como son las y los presos. Los trastornos de la salud mental y el sufrimiento psíquico están sobrrepresentados en las prisiones hasta alcanzar al menos a un 4o% de las personas presas, un 8% de ellos graves. No en vano son consecuencia de que en los años 80 se abrieron las puertas de las instituciones manicomiales pero la exclusión social sufrida posteriormente trajo como consecuencia que se cerraran las puertas de las carceles detrás de estas personas, en no pocos casos inimputables. La llamada patología dual adicción a sustancias+consumo de psicotrópicos como tratamiento, muchas veces sólo sintomático de los principales síndromes psiquiatricos (depresiónes, psocopatías, esquizofrenias) son comunes en el ámbito carcelario.
-Tambien hay un porcentaje creciente, en torno al 3.6 de personas con edades superiores a los 6o años, mientras baja la población reclusa total.
En segundo lugar es preciso constatar que las prisiones no están concebidas ni estructural ni organicamente y menos acondicionadas para situaciones de crisis como ésta. Superficies de uso común como las de los comedores, duchas, patios, actividades regimentales como las formaciones para recuentos, talleres, aumentan las opciones de contagio.
-Finalmente, la dotación sanitaria ya era manifiestamente deficitaria e insuficiente antes de esta crisis, como lo demuestra el hecho de que la mayoría de las 14 reivindicaciones de los presos en lucha tenian que ver con la salud. Pero la aparición del riesgo manifiesto ante el covid19 ha dejado al aire las costuras de esta intolerable y maltrecha situación de inasistencia y abandono sanitarios, hasta el punto de que ya es criticada por los propios servicios que debían prestarla y que está muy por debajo de la que recibe la población general.
No es menos importante en este momento el alejamiento de los afectos que, por las medidas de restricción, sufren las personas presas, sin comunicación con sus seres queridos más allá de las limitadas llamadas telefónicas. A los médicos, y a la vista de la tragica experiencias italiana, nos preocupa que un posible escenario de situaciones de pánico se haga habitual…como si vivieras en la ladera de un volcán en erupción y sin poder moverte, sin salida …Nos preocupa que el agobio, el aislamiento y la deseperación aumenten y propicien un aumento de los sindromes de abstinencia y en el otro extremo las sobredosis, los intentos de suicidio y su materialización simplemente por no soportar el estrés y la sensación de sentirse como prisioneros de guerra. Ir hacia el abismo acercándose a él no es la solución y por tanto debe reducirse la población carcelaria mediante excarcelaciones como las que exigimos las 40 organizaciones ante los organismos europeos, tanto de la ya reclamada de forma clamorosa de las personas con enfermedades graves y/o incurables, como mínimo y las de preventivos con pequeñas condenas y grave riesgo de consecuencias irreversibles, la de aquellas situaciones de cuadros sintomáticos compatibles para que pasen la cuarentena entre los suyos etc. Una reducción drástica de la población reclusa en la medida de que las instituciones no pueden garantizar minimamente el derecho a la salud que le reconocen las leyes del Estado.
El jueves pasado día 30 de enero estuvimos en la puerta de la Consejería de Sanidad Universal y Salud Pública de Valencia para denunciar la situación sanitaria que se sufre dentro de las prisiones y exigir la aplicación del artículo 104.4 RP. La idea es continuar con las concentraciones que se iniciaron en noviembre, que hubo 10 concentraciones en 10 ciudades diferentes, aquí en Valencia queríamos hacerla todos los meses, el mes pasado fuimos 4 gatos y esta semana hemos sido 14. Estuvimos con una pancarta en la puerta gritando con toda la fuerza que pudimos.
Algunas de las consignas que se gritaron durante la concentración «Preses malaltes, al carrer«, «Médicos de verdad, carceleros ya sobráis«, «No son morts, son asesinats» , «Muerte sin razón, abandono en prisión» , «Ni FIES, ni dispersión, ni enfermos en prisión» , «Abandono sanitario, es un crimen carcelario»… Seguir leyendo
El compañero sigue en el DERT (aislamiento), con restricción de llamadas y bajo un control exhaustivo por parte de los carceleros. No se cansa de denunciar por distintas vías su situación, así como otros casos de maltrato y abuso que suceden en esta cárcel y en todas por las que ha ido pasando. A petición de Juan hacemos resumen de algunos fragmentos de las cartas que ha mandado al Defensor del Pueblo, a la Dirección General de Instituciones Penitenciarias de Catalunya y al Juzgado de Vigilancia Penitenciaria.