En este momento en que las autoridades se niegan a mantener a las personas presas a salvo de la COVID-19, cuando la rebelión está fresca en nuestras mentes y cuando la abolición de la policía y las prisiones se está convirtiendo en una clara necesidad para más y más personas, tenemos algo que aprender de un preso político anarquista como Eric King. Eric fue arrestado y acusado por el intento de atentado con bombas incendiarias en la oficina de un funcionario del gobierno, una acción en solidaridad con el levantamiento de Ferguson, en Kansas City, MO en septiembre de 2014. En junio de 2016, fue sentenciado a diez años de prisión por usar «materiales explosivos para cometer incendio de propiedad utilizada en o que afecte el comercio interestatal». Esa sentencia es horrible, pero no sorprendente. Las cárceles, después de todo, se hacen para mantener a salvo a las jerarquías más que a las personas.
Eric se enfrenta ahora a una falsa acusación de agresión a un agente que podría suponerle otros 20 años de cárcel. En el momento de escribir esto, se le ha impuesto una restricción de correo y no puede recibir cartas de apoyo. Pero podemos tomar conciencia de su caso y aprender de sus palabras.
La siguiente es una entrevista con Eric realizada a través de correo postal por la sección de Seattle-Tacoma de Black and Pink, un grupo abolicionista queer/trans que se centra en la construcción de la comunidad más allá de los muros de la prisión.