¡Alberto Romero Varela por fin en la calle!

Si se hubiera cumplido la ley, ni siquiera tendría que haber entrado, pero le han tenido cuarenta y ocho días sin cuidados ni tratamiento, tirado en un patio, abandonado a su dolor, sin paliativos, sin alimentación adecuada, teniéndose que cambiar él mismo la bolsa de evacuación, sufriendo malos tratos y abusos.

Mientras las autoridades «competentes», carceleras, judiciales, gubernativas, en lugar de acelerar su excarcelación, urgente por su gravísimo estado y obligatoria según la ley, preocupados por su peligrosidad la de alguien a quien los médicos consideran un enfermo terminal y que no ha cometido nunca ningún delito violento, en lugar de preocuparse por su dignidad y por sus derechos humanos, retrasaban su liberación todo lo que podían, aplicando unos mecanismos legales totalmente contradictorios con el humanitarismo ideológico de las leyes, pergeñados para neutralizar los aspectos garantistas de las mismas y potenciar los destructivos, al socaire del populismo punitivo y de la fascistización de los procedimientos de dominio pareja con el desarrollo capitalista desbocado.

Todos tienen derecho a la vida y a la integridad física y moral, sin que, en ningún caso, puedan ser sometidos a tortura ni a penas o tratos inhumanos o degradantes”. O esto es lo que dice el artículo 15 de la constitución española de 1978, todavía supuestamente en vigor. Tampoco es que nos tomemos muy en serio esa “magna ley”, democratizadora del régimen franquista, y menos ese artículo por el que también queda abolida la pena de muerte, aunque no del todo, ya que permite a los militares aplicarla en tiempo de guerra. Y eso es lo que pasa con toda la palabrería constitucional y legal, que es difícil poner en claro si está hecha en nuestro favor o contra nosotrxs.

Y, aunque analizando su desarrollo legal, así como la actividad interpretativa correspondiente de la autoridad jucial y la práctica ejecutiva que van de la mano, cada vez nos convencemos más ¡qué remedio! de que está hecha contra nosotrxs, cuando la dureza de la vida bajo el dominio del Capital nos agobia y no parece quedar otro recurso, a todxs se nos ocurre invocar esos derechos “concedidos” por el Estado. Sobre todo, cuando lo que te acorrala es el sistema punitivo y no puede menos que venirte la idea de que, si te castigan por desobedecer la ley, quienes deciden o ejecutan el castigo no pueden, en buena lógica, desobedecer esa misma ley que se supone están defendiendo.

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«La herbolaria de lxs presxs». Libro destinado a hacer llegar copias al otro lado de los muros

 

Basado en el uso que la autora hizo de las plantas durante una condena de tres años y medio, este libro está dirigido a presos que quieran tener control sobre su salud mediante recursos que puedan encontrar en prisión: las ‘malas hierbas’ que surgen entre las grietas del hormigón, pueden ser utilizadas por los presos para contrarrestar los efectos del abandono sanitario, la negligencia médica y la deshumanizante separación de los espacios naturales. Al mismo tiempo, es una guía práctica y ampliamente accesible sobre hierbas medicinales.

Contiene descripciones detalladas sobre diferentes plantas, sus usos medicinales y comestibles, cómo utilizarlas y que problemas de salud pueden tratar. Se explica también cómo incluso alimentos básicos del economato pueden utilizarse medicinalmente, y cómo secar o utilizar productos frescos para cuidar la salud. Además, se detallan diferentes recursos, proyectos y colectivos relevantes para la gente que está dentro.

Los beneficios de la venta del libro se destinarán a hacer llegar copias al otro lado de los muros. De la misma manera, se distribuye gratuitamente a presos.

Si puedes meter copias en la cárcel, ponte en contacto con malvasyortigas@protonmail.com

Alberto Romero Varela, enfermo de extrema gravedad, excarcelación ya !!!!

Hola compañerxs, a través de estas palabras os pido vuestro apoyo y solidaridad para mi compañero Alberto Romero Varela, que se encuentra preso en Centro Penitenciario de Teixeiro desde el pasado 10 de Junio. Su situación actual es de extrema gravedad, ya que es enfermo oncológico en Fase 4, con tratamiento activo de quimioterapia y anticuerpos. Está recluido en el módulo de enfermería donde los medios médico-sanitarios son escasos, si no inexistentes, y el trato que está sufriendo no puede menos que resultar nefasto para, digámoslo así, la evolución favorable de su enfermedad. Hoy, día 13 de julio, por ejemplo, no ha podido recibir la sesión de quimioterapia que tenía prescrita, en el Hospital Clínico de Santiago, donde estaba citado para ello, por tener las defensas en muy mal estado y correr riesgo de sufrir infecciones.

La Junta de Tratamiento del Centro Penitenciario le ha clasificado en tercer grado, en cumplimiento del artículo 104.4 del regalmento penitenciario, iniciando expediente de libertad condicional por “razones humanitarias”, según lo dispuesto en el artículo 196 RP, y estamos a la espera de su tramitación por el Juzgado Vigilancia Penitenciaria de Coruña, para su total liberación. Pero, a pesar de las consabidas proclamaciones legales de humanitarismo, el sistema punitivo, penal y penitenciario, continúa demostrando en la práctica que ignora totalmente los sentimientos de empatía humana y solidaridad que deberían regir la aplicación de las leyes en situaciones como esta. El artículo 91.2 del código penal, que las regula, cuando por los informes correspondientes ha quedado acreditado que se trata de “enfermos muy graves con padecimientos incurables”, obliga a la Administración penitenciaria, a elevar “el expediente de libertad condicional, con la urgencia que el caso requiera, al juez de vigilancia penitenciaria, quien, a la hora de resolverlo, valorará junto a las circunstancias personales la dificultad para delinquir y la escasa peligrosidad del sujeto.”

Así, por una parte, para las autoridades competentes (?), parece que el caso de Alberto no requiere tanta urgencia que no haya podido esperar más de un mes para ser excarcelado y recibir ese tratamiento digno que la sanidad penitenciaria es incapaz de proporcionarle. Y, por otra parte, la aplicación exigida por la fiscalía de esa claúsula de seguridad que prima sobre cualquier consideración humana la valoración de “la dificultad para delinquir y la escasa peligrosidad” de un enfermo casi terminal, también se retrasa, sin que ninguna autoridad parezca interesada en imprimir mayor celeridad a los mecanismos burocráticos por los que se ha de realizar.

Mientras, se deteriora el estado de Alberto, se obstaculiza el tratamiento que tiene prescrito y se aplaza día tras día el momento de dejarle estar con su familia y en unas condiciones de vida, cuidados y tratamiento mínimamente decentes que, como todo el mundo sabe, jamás va a poder proporcionarle la administración carcelera. Sufre, para decirlo llanamente, un cáncer de colon con metástasis que ha obligado a realizarle operaciones quirúrgicas a consecuencia de las cuales tiene que evacuar en una bolsa que debe transportar allá donde vaya y que ha de ser cambiada diariamente. Los «servicios médico-sanitarios» de la prisión no alcanzan ni para hacer ese cambio, en el que debe ser ayudado por sus compañeros presos. Tiene que desplazarse en una silla de ruedas y ha dejado de comer, ente otras razones, porque la comida taleguera no es la apropiada a su estado. Tampoco recibe suficientes cuidados paliativos para el dolor. En la salida al hospital de ayer, en la que, como os decía, no pudieron realizarle el tratamiento de quimioterapia prescrito por estar muy bajo de defensas, la guardia civil no me permitió abrazarle, ni siquiera acercarme a él.

Os pido que difundáis todo lo posible este llamamiento en apoyo de Alberto y de toda la gente de abajo que sufre el abandono y los abusos de la máquina trituradora carcelera. ¡Abajo los muros de las prisiones! ¡Libertad y Anarquía!

Maku, compañera de Alberto

Más información sobre la situación de Alberto

MANDAR CORREOS ELECTRÓNICOS EXIGIENDO LA LIBERACIÓN DE ALBERTO:

Juzgado de Vigilancia Penitenciaria:
vixilancia1.coruna@xustiza.gal

Cárcel de teixeiro:
teixeiro@dgip.mir.es
Sgpma.ACoruna@dgip.mir.es

Fuente: Tokata

 

Comunicado sobre la situación de Alberto Romero Varela

Alberto Romero Varela de 56 años de Cubillos del Sil ,El Bierzo (León), actualmente preso en el centro penitenciario de Teixeiro se encuentra gravemente enfermo. El propio médico de esta cárcel de Teixeiro ha pedido la excarcelación de Alberto y supuestamente debería de estar en la Junta de tratamiento.

Alberto Romero Varela padece de Neoplasia de unión rectosigmoidea de carácter estenosante y tumor sincrónico (CE) de región orofaríngea (amigdalar) izquierda con metástasis ganglionar ipsilateral.

Tiene tres citas pendientes para consulta externa o prueba diagnostica en el hospital clínico universitario para las fechas 27/6/2022 a las 09:40, 1/07/2022 a las 11:00 y 13/07/2022 a las 17:35 y de las cuales nadie sabe nada en prisión.

Según las leyes penales (artículo 91 CP) y penitenciaria (artículos 104.4 y 196 RP), debería ser clasificado en tercer grado y puesto en libertad condicional, por tratarse de un «paciente muy grave con enfermedades incurables».

Considerando, al mismo tiempo, que la deficiente sanidad penitenciaria no posibilita que reciba un tratamiento médico-sanitario equivalente al que tendría derecho en la calle cualquier ciudadano o ciudadana, no llegaría a cumplir su condena que finalizaría en el 2024, falleciendo dentro de prisión.

Reclamamos su liberación para que pueda recibir tratamiento oncológico y unos cuidados médicos adecuados y, si tiene que morir, sea dignamente y rodeado de su familia.

¿Por qué muere nuestra gente en las cárceles? El próximo 4 de junio, concentración frente a la cárcel de Picassent (Valencia)

¿POR QUÉ MUERE NUESTRA GENTE EN LAS CÁRCELES?

¿No será por la suma de tratos crueles, inhumanos y degradantes de todo tipo que se le hace sufrir en ellas cotidianamente?

Porque allí son habituales las torturas y malos tratos. Existe un régimen de castigo que destruye física y mentalmente a sus víctimas. Se traslada arbitrariamente a la gente, desarraigándola de su entorno social y familiar. Se obstaculizan las comunicaciones con la calle, imponiendo despóticamente su intervención y todo tipo de restricciones. El acceso a la cultura casi no existe. Se censuran las publicaciones «por motivos de seguridad». No existe libertad de expresión ni de asociación. La explotación laboral es enorme. Las mujeres presas están doblemente discriminadas, por presas y por mujeres.

La situación sanitaria es catastrófica, porque la administración penitenciaria incumple sistemáticamente su obligación legal de asegurar a las personas presas unas prestaciones médicas, sanitarias y farmaceúticas iguales a las de cualquier ciudadano. Se abandona a los enfermos sin proporcionarles la medicación y los tratamientos que podrían salvarles. Y, sin embargo, no se aplica la legislación que dispone que deben ser liberados los enfermos graves con padecimientos incurables más que cuando ya es inevitable su muerte a corto plazo. Los enfermos psiquiátricos constituyen un porcentaje muy elevado de la población reclusa, sin que se les reconozca su condición ni se les cuide, yendo a parar muchos de ellos, por el contrario, al régimen de castigo, de donde han salido muertos unos cuantos. En las cárceles no existe psiquiatría ni psicoterapia que valga. Y no es que pensemos que la actividad corriente de los «profesonales de la salud mental» sea ninguna panacea, pero siempre será mejor que el aislamiento, las porras de goma, el gas pimienta o las sujecciones mecánicas.
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«Mujer y cárcel». Proyección, charla y debate

Miércoles 18 de mayo a partir de las 7.30h
en La Vorágine (C/ Cardenal Cisneros 69  – Santander)

Es urgente generar espacios en los que las compañeras más estigmatizadas y golpeadas por este sistema puedan verse nombradas. Hay cuestiones de las que no se habla porque los muros silencian y las situación de las mujeres en las cárceles además de las razones que las llevaron ahí, no suelen marcar las agendas sociales. Por eso para esta sesión se han juntado las Asambleas Abiertas Feministas de Cantabria con HENAS (Hermanas Entalegadas No Andáis Solas), para hablar de las iniciativas recientes que se han desarrollado en Cantabria, los datos actualizados de las condiciones de las prisiones en España y en Cantabria y la proyección de un cortometraje sobre como repercute este sistema punitivista en las vidas de las mujeres.

 

Carta de Miguel Codón Belmonte

25 de enero del 2022
Hola x, ¿cómo estás? Espero que a la llegada de estas letras tú y los tuyxs estéis bien. Yo no puedo decir lo mismo. Estos hijos de puta me están jodiendo por todos lados y me van a buscar un 1º grado otra vez y me van a alejar de mi familia y más aumento de condena… Estoy sometido a órdenes de ordenanzas (presos de confianza), me niego a las órdenes de lxs carcelerxs y no voy a hacer caso a estos comemierdas. Por el momento estoy en aislamiento, en observación de conducta, por meterle la cabeza en el tigre (retrete) a un ordenanza y eso pasó hace más de medio mes, hace 3 días le metí una patada en el pecho a un chivato y me han aislado por completo, me quieren medicar otra vez y yo me niego, llevo en huelga de hambre 13 días con hoy y nadie hace caso. Haber si tú puedes publicar esto por favor. (…)
Un fuerte abrazo. Me despido. Cuídate mucho.
Miguel

¡Libertad Para Claudio Lavazza!

Claudio Lavazza es un anarquista de acción que ha pasado los últimos 25 años en cárceles españolas y francesas. Militante en la agitación armada de la década de 1970, después de ser encarcelado en Italia por las actividades de los PAC (Proletarios Armados por el Comunismo), su vida se pasó entre la clandestinidad, la fuga y una enemistad obstinada y nunca interrumpida contra bancos y autoridades, así como una solidaridad siempre disponible con los movimientos subversivos que halló en su camino.

Detenido en 1996 en España tras un tiroteo a raíz de un robo en un banco que salió mal, se involucró en la lucha contra las prisiones especiales de España, el régimen de la FIES al que fue sometido durante 8 años. Después de 24 años de cárcel, fue extraditado a Francia [en julio de 2018] donde le esperaba una condena de 10 años de cárcel por un importante robo en una sucursal de la Banque de France en 1986.

Pese a que la legislación de la Unión Europea establece que la acumulación de condenas cumplidas en España puede absorber esta condena, y que Claudio debería haber sido puesto en libertad el 11 de diciembre, el fiscal del juzgado de Mont-de-Marsan que se encarga de su caso sigue utilizando excusas y pretextos para retrasar la liberación de Claudio. Se trata de una nueva venganza del Estado para castigar a un revolucionario consecuente que nunca ha negado su pasado y sigue afirmando la necesidad y el valor de la lucha contra el Estado y el Capital.

A partir del próximo 7 de enero, con la reapertura de las oficinas judiciales francesas, hacemos un llamamiento a la movilización para que las autoridades responsables desbloqueen la liberación de Claudio. En breve también estará disponible un cartel de solidaridad internacional anarquista en varios idiomas (se distribuirá una dirección de correo electrónico para solicitar copias).

Los datos de contacto de las autoridades responsables de prorrogar la prisión de Claudio son los siguientes:

La fiscal adjunta Céline Bucau: Celine.Bucau@justice.fr

Secretaría del ministerio fiscal +33 5 24290418

Registro de ejecución de sentencias +33 5 24280457

Juzgado penal de Mont-de-Marsan 249, avenue du Colonel Rozanoff. 40011 Mont-de-Marsan cedex

También estamos actualizando la dirección para escribir a Claudio (¡Es importante que las autoridades penitenciarías sepan en estos momentos que Claudio no está solo ante el acoso judicial!), ya que nuestro compañero fue trasladado recientemente a una sección “para condenados definitivos” en la misma cárcel donde se encuentra desde su llegada a Francia:

Claudio Lavazza

n. écrou 11818, CD 1 cellule 5, 1D

CP de Mont-de-Marsan

Chemin de Pémégnan

BP 90629

40000 Mont de Marsan (FRANCE)

Fuente: Tokata