A veinte años de la lucha contra el FIES

Salud. Un grupo de anarquistas que participamos activamente, tanto dentro como sobre todo desde el exterior de las prisiones, en la lucha contra el fichero FIES y las condiciones de lxs presxs en Régimen Cerrado, con motivo de que se cumplen 20 años de aquellas primeras movilizaciones hemos redactado un breve artículo con el objeto de traer a la memoria aquellos hechos e invitar a la reflexión. Esperamos que sea de vuestro interés y que de serlo participéis activamente en su difusión. Os enviamos tanto la versión en castellano como la versión en euskara. ¡Un abrazo rebelde y solidario!

20 AÑOS DE LA LUCHA CONTRA EL FIES

En marzo de 2020 se cumplen 20 años de la primera movilización colectiva y coordinada de los presos sometidos al régimen FIES, cuyo eco, disperso y debilitado, perdura hoy día en forma de periódicas huelgas de hambre.

Este ciclo de lucha enlaza directamente con el segundo ciclo de luchas carcelarias tras la muerte del dictador, la de los años 1990-1991, con la creación de la APRE-r (Asociación de Presos en Régimen Especial-reconstituida), los motines, protestas e intentos de fuga; ya que fue para aislar y castigar a los protagonistas de estos hechos principalmente (y a lxs presxs políticxs vascxs y antifascistas) para lo que en principio el gobierno del PSOE creó en 1991 el régimen FIES (Fichero de Internos de Especial Seguimiento), y porque fueron algunos de estos primeros presos FIES los que con su labor de denuncia (Patxi Zamoro, que una vez excarcelado, desde Salhaketa, impulsó la campaña “Todxs somos FIES”, los libros de Xoxe Tarrio o Juanjo Garfia) o su implicación directa (Gabriel Pombo Da Silva, Laudelino Iglesias, Juan Redondo, Paco Ortíz…) los que impulsaron las nuevas movilizaciones .

Las principales novedades de este ciclo de luchas fueron dos: por un lado una clara apuesta por métodos no violentos y legales de lucha dentro de prisión (huelgas de patio y actividades –conocidas como txapeos- y huelgas de hambre), y por otro lado su coordinación con una multitud de grupos, colectivos e individualidades anarquistas, la asociación de apoyo a lxs presxs políticxs antifascistas AFAPP (Asociación de Familiares y Amigxs de lxs Presxs Políticxs), asi como con las asociaciones asistencialistas como Salhaketa, la Coordinadora contra la Marginación de Cornellá, APDHA o PreSOS-Galiza, integradas en la CESPP (Coordinadora Estatal de Solidaridad con las Personas Presas).

Un factor central de esta movilización fue la presencia de una nueva corriente anarquista, heredera del ilegalismo y el anarquismo individualista, inspirada por autores (principalmente Alfredo M. Bonanno) y activistas italianos (por la detención en Córdoba en diciembre de 1996 de varios anarquistas italianos durante un atraco o los contactos a raíz del “Montaje Marinni” del año 1996 o la lucha contra el TAV en ambos estados): el insurrecionalismo.

Para muchxs el que lxs presxs políticxs vascxs y su entorno no se uniesen a las movilizaciones (cuando había cerca de 500 presxs políticxs vascxs , la mayoría de ellxs incluidxs en el fichero FIES) resultó incomprensible y decepcionante.

Esta movilización se gestó a finales del año 1999 a partir de la propuesta de varios presos aislados en la cárcel madrileña de Soto del Real y se articuló en torno a una tabla reivindicativa común cuyas demandas centrales eran: fin del régimen FIES, fin de la dispersión de todxs lxs presxs y la excarcelación inmediata de todas las personas con enfermedades graves y/o incurables.

En el exterior de las prisiones la división y el enfrentamiento entre lxs anarquistas cercanxs al insurreccionalismo y las asociaciones integradas en la CESPP (salvo excepciones como el caso de Gipuzkoa) fue patente desde el principio, ya que además de las profundas diferencias ideológicas y/o metodológicas, la propuesta de buscar una excarcelación individualizada que el profesor, jurista y activista Julian Ríos, con el respaldo de la CESPP, ofreció a muchos presos FIES en vísperas de la primera movilización colectiva, fue interpretada como una maniobra de desmovilización. Las pugnas ideológicas entre los sectores cercanos a la CNT-AIT y la Cruz Negra Anarquista (CNA) y los anarquistas más radicalizadxs (muchxs de ellxs habían participado en los primeros grupos de CNA en los años 1997-98) contribuyó aún más a esta fragmentación.

La continuada campaña de criminalización tanto de los propios presos FIES como de los grupos anarquistas (el famoso “Triangulo anarquista España-Grecia-Italia” o los presuntos lazos con ETA) por parte de “El Mundo”, “ABC”, “La Vanguardia”, “Interviu” o “Antena 3”, así como las acciones violentas (especialmente el envio de paquetes bomba a juzgados, periodistas e instituciones) en solidaridad con la lucha de lxs presxs fueron aumentado esta brecha. Y el colofón lo constituyó la detención de varios anarquistas madrileños y la criminalización de los presos FIES más activos en noviembre del año 2000.

A raíz de la primera movilización colectiva de los presos FIES (un ayuno y txapeo de 4 días en marzo del 2000) las Instituciones Penitenciarias y los grupos más reaccionarios de carceleros (respaldados por el sindicato ACAIP) desataron una cruenta represión contra los presos más activos: traslados continuados, intervención de las comunicaciones, sanciones administrativas, regresiones de grado, palizas, malos tratos, etc. Y en la calle lxs anarquistas más activxs fueron objeto de seguimientos, intervención de teléfonos y apartados postales, enjuiciamientos, circulación de desinformaciones, etc, que culminaron con el citado montaje de noviembre de 2000.

Para el fragmentado movimiento libertario y anarquista, o al menos para parte de él, esta lucha supuso recuperar una serie de debates inconclusos desde la llamada Transición: el ilegalismo y la violencia revolucionaria (atracos, bombas, sabotajes…), el encierro punitivo, preventivo y/o terapéutico (cárceles, centros de menores y psiquiátricos, presxs políticos vs sociales, qué hacer con violadores y pederastas, etc); la necesidad de estructuras y/o respuestas antirrepresivas y el apoyo a presxs/fugadxs/represaliadxs; la solidaridad y el sectarismo entre organizaciones y grupos; las nuevas formas organizativas informales; masculinización de las luchas…

Anarquistas implicadxs en la lucha contra el FIES

BIBLIOGRAFIA:

Xoxe Tarrio, “Huye hombre huye. Diario de un preso FIES”, Virus, 1997.

Patxi Zamoro, “A ambos lados del muro”, Txalaparta, 2005.

Juanjo Garfia, “Adios prisión” Txalaparta, 1996.

Claudio Lavazza, “Autobiografia de un irreductible”, Ediciones Autónomas, 2010.

Javier Avila Navas, “Un resquicio para levantarse. Una historia subjetiva de la APRE”, Tokata, 2013.

FILMOGRAFIA:

“Horas de luz”, dirigida por Manolo Matji en 2004.

Nota: FIES (Fichero de Internos de Especial Segumiento), es un sistema de vigilancia y control de presxs instaurado por un gobierno del PSOE el 6 de marzo de 1991. Este sistema se basa en recopilar la mayor cantidad posible de información acerca de cada presx (información procesal, judicial, penitenciaria, médica, personal, etc) y gestionar todo lo relativo a lxs presxs directamente desde el Centro Directivo de Instituciones Penitenciarias (antigua DGIP). A lxs presxs incluidos en el fichero se les intervienen, limitan y controlan todas las comunicaciones (con otrxs presxs, familiares, amigxs, incluso abogadxs), se les impide compartir celda, se les realizan habitualmente registros y traslados, se les imponen condiciones más estrictas para lograr permisos y/o la libertad condicional (en vez del habitual cumplimiento de los 2/3 de la condena, haber cumplido 3/4), y normalmente se les suele mantener en aislamiento (clasificadxs en “régimen cerrado” o “primer grado”). Hay 5 categorias dentro del FIES:

– FIES 1 (“Control Directo”): pres@xs que han participado en motines, intentos de fuga o altercados con funcionarixs y/o autoridades.

– FIES 2 (Antiguamente denominado “Narcotraficantes” , y hoy en día “Delincuencia Organizada”): incluye a presxs vinculad@xs a grupos organizados relacionados con el narcotráfico.

– FIES 3 (“Bandas armadas”): personas vinculadas a bandas armadas o grupos terroristas.

– FIES 4 (“Funcionarios de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado y de las Instituciones Penitenciarias”): para garantizar su seguridad en prisión.

– FIES 5 (“Caracteristicas Especiales”): incluye a delincuentes cuyas actuaciones han generado “alarma social”, especialmente si son extranjeros, a colaboradorxs de la justicia o la policia, a miembrxs de bandas callejeras como “Latin kings”, skinheads, antifascistas o ultras del futbol, y anteriormente incluía a los insumisos al servicio militar.

Fuente: Tokata