Como responsable de Instituciones Penitenciarias (IIPP), decirle que la carta abierta que ha dirigido a lxs presxs para informarles de las medidas que se han impuesto a raíz de la propagación del COVID-19, es un insulto a la inteligencia.
Usted pretende hacerles creer que, en las actuales circunstancias, se está en igualdad de condiciones dentro y fuera. Y así equipara a lxs presxs, a los que se ha prohibido toda visita, permisos, salidas, y a los que se ha recortado las comunicaciones, con el resto de ciudadanos, que según usted, “estaremos sin ver a familiares y amigos”.
Estas restricciones, aplicadas a alguien ya privado de libertad y por tanto obligado a compartir el mismo espacio con multitud de personas, son más que “inconvenientes” que puedan resolverse con más llamadas telefónicas, falsos agradecimientos y peticiones de comprensión.
Desde hace años, algunxs presxs vienen denunciando las penosas condiciones que soportan: cumplimiento íntegro de las penas al desaparecer la redención de penas por trabajo, endurecimiento de las condiciones para acceder a permisos o a la libertad condicional, cadena perpetua encubierta, perpetuación de los aislamientos, de los malos tratos, palizas y torturas, abandono médico, medicalización sistemática, comidas escasas y repugnantes, actividades inexistentes, trabajo esclavo, y las muertes, más de doscientas personas el año pasado…Todo esto se acerca más a la realidad del Sistema Penitenciario español, incapaz de hacer frente antes, y ahora con más motivos, a la bomba de relojería en que han convertido a las prisiones de este país. ¿Y todavía se atreve a decir que piensa en su salud? Muy bien, cierre entonces las cárceles o al menos saque de ellas a toda la población penitenciaria que corre serio riesgo de contagio y/o serio riesgo de muerte.
Libere a las personas mayores de 60 años, a las que sufren enfermedades graves, y con más razón a las crónicas.
Libere a toda la población preventiva, privada ya de libertad sin que se haya determinado su inocencia o culpabilidad.
Libere a las mujeres embarazadas y a las que cumplen condena con sus hijxs pequeñxs.
Libere a lxs extranjerxs y cierre de una vez los CIEs.
Libere a las personas que hayan cumplido las ¾ partes de la condena, ofreciéndoles la oportunidad de la tan cacareada reinserción.