Cartas anónimas de un preso contra Instituciones Penitenciarias

Contra Instituciones Penitenciarias

Por causas que no voy a definir aquí, entré en las instalaciones que corren a su cargo. Aunque si diré que no he matado a nadie, ni nada parecido. Como personita de a pie siempre había pensado que quien estuviera aquí dentro, seria por algo, pero que, al fin y al cabo, cada centro penitenciario era poco menos que un SPA con la puerta cerrada, pero la realidad me ha dado una bofetada de las que hacen historia. Estos centros disfrutan de una gran independencia en la gestión, de la que también ustedes como institución penitenciaria, que no me sorprende, pues su alimento es la ley, sufre del mismo defecto. La ley no puede dar tantísima capacidad de maniobra a los jueces, pues depende mucho de la visión de la mesa el resultado final de un juicio y esto es evidente cuando pequeños delitos conllevan elevadas condenas y viceversa. Igualmente pasa con ustedes que, tienen tanta capacidad de maniobra, que los centros entre sí parecen de países distintos. Pero lo que sí es cierto, aparte de muchos más detalles, en las dos enfermerías en las que he estado, encomiendan la limpieza e higiene de las celdas a presos, que también son disminuidos físicos o psíquicos. ¿De verdad piensan que señores sin piernas, o con muletas, o con dolores tremendos, operados del corazón, personas con EPOC, sida o similares, pueden llevar la limpieza e higiene de cuartos y baños? Pues la respuesta es no, pero no para ahí la cosa, en uno de ellos hasta obligaban a limpiar por turnos el comedor, e incluso las bandejas, cuando se estropea la máquina.

Yo mismo con solo 20 meses he tenido dos infecciones de las que no he tenido nunca en la calle, y eso con la higiene que hay, es lo menos que te puede pasar en un ambiente tan antihigiénico y contaminado. De los baños que vamos a decir, pues si los virus, bacterias y microbios fueran un poco más grandes no habría ni sitio para entrar. Creo que esto, en un supuesto país miembro importante de la Comunidad Europea, a la cabeza de la civilización mundial no suena muy bien, sino como un centro tercermundista del lugar más mísero del planeta. Este papel es de un bloc de 80 páginas y seguramente no tendría suficiente para explicar todos los despropósitos encontrados en ambos centros y todo esto sabiendo que,  «ESTO NO ES UN HOTEL» como dicen ciertos funcionarios.

Como contribuyente, que también lo soy, me irrita y me encorajina saber lo que cuesta el mantenimiento de II. P.P. y la mala administración que hacen de sus recursos. Es curioso que nunca se habla de datos de reinserción, cuando en realidad es para lo que están ustedes, pero no me extraña cuando no hago más que ver como salen y vuelven a entrar tantas personas, que personalmente valoraría en un 85/90% de reincidentes. Si a esto añadimos los que, como yo, han sido puntuales por multitud de motivos, dejan unas cifras de reinserción casi nulas y esto en el siglo XXI del primer mundo es una auténtica vergüenza y que decir del resto de servicios. Solo recordar lo que pasa con la comida, me da vergüenza ajena, no se si prefiero una ensalada fresca, sin aceite , vinagre ni sal, o una ensalada convenientemente aliñada, pero con 3 días de antigüedad, con la lechuga lacia y el tomate desecho. Del resto de comida es mejor no hablar, pollo viejo y quemado, carne dura y de dudoso animal, un pescado mal hecho y hasta maloliente, o fruta similar a la que se cultiva para cerdos y que no ves en ningún mercado. Solo con la comida que lógicamente sobra, se podría “alimentar“ a más gente que presos hay. Y eso sin exagerar. Y del cubierto que decir, una cucharada tan profunda que ni con los morros de Scarlet Johansson eres capaz de llegar al fondo. Un tenedor que pierde pinchos con mucha facilidad incluso con algún pollo momificado. Pero la joya de los cubiertos es el cuchillo, un instrumento incapaz de cortar una chuleta de cerdo que se sirve en estas instalaciones, que debe ser de una raza especial, rompe cuchillos de II. PP. y que además se derrite con los líquidos provenientes de las simples naranjas. Aunque no se sabe si es la calidad del plástico, o el ácido de naranjas mutantes porque tienen un injerto casi más grande que toda la naranja, y así podría continuar hasta el infinito y mas allá, pero mientras escribo estas líneas se me retuercen los sesos y a mi nariz me llegan los olores de las comidas de los que no eres capaz de diferenciar y entre lentejas, carne o pescado hasta que destapas la bandeja para, en la mayoría de las veces, volver a cerrarla sin probar bocado. Claro que para el economato no deja de ser un buen negocio y por ende para ustedes. Muy inteligente, y para rizar el rizo, lo poco habitual que puede ser, como me paso a mí, de encontrar un diente humano entre las lentejas.

Pero no pasa nada, si solo somos presos. Presos que cuestan un riñón a los ciudadanos, con la premisa que es para reinsertar…


INSTITUCIONES PENITENCIARIAS ESPAÑOLAS. ( ¿AUSCHWITZ? )

1-INTERNO DE 48 AÑOS CON RETRASO COGNITIVO Y TOC

1-INTERNO DE 88 AÑOS CON INCONTiNENCIA Y DEMENCIA SENIL

3-INTERNOS DE VARIAS EDADES ( 55 A 70 AÑOS ) OPERADOS DE CORAZÓN

1-INTERNO DE 57 AÑOS CON OPERACIÓN DE CORAZÓN Y LEUCEMIA

1-INTERNO DE 87 AÑOS CON ESQUIZOFRENIA INCIPIENTE

1-INTERNO DE 48 AÑOS CON OBESIDAD MORBIDA Y 230 Kg DE PESO

1-INTERNO DE 52 AÑOS AMBAS PIERNAS AMPUTADAS EN LA CÁRCEL

1-INTERNO DE 80 AÑOS CÁNCER DE PULMÓN

2-INTERNOS QUE DEBEN PASAR DIÁLISIS DE 4,30 H. DÍA SÍ, DÍA NO

1-INTERNO DE 50 AÑOS CON BRAZO Y MEDIO AMPUTADAS, QUE NECESITA ASISTENCIA PARA COMER, ORINAR, DEFECAR, ETC

1-INTERNO DE 69 AÑOS (YO) CON COXARTROSIS, LUMBALGIA, LIMITACIÓN FUNCIONAL EN M.S.D. TODO DE ETIOLOGIA DEGENERATIVA UNA LIPODERMATOESCLEROSIS Y UNA OBESISDAD MORVIDA.

Este es el resultado en la mitad de la enfermería, pero se podrían añadir, ciegos, mutilados dependiente, esquizofrénicos, bipolares, etc.

Esta es la muestra que nos deja la cárcel redentora de este país, en la que muchos no saben cúanto tiempo llevan, cuanto les queda o simplemente porqué les condenaron.

¿Realmente esto es lo que quieren, Europa y los Españoles para sus centros de “reinserción”? ¿Tan atrasados estamos que estas personas, para las que la cárcel es peor que las galeras romanas tengan que estar internados en tamaña pesadilla?

Yo, como uno de ellos, sé que cada día en este inhumano sitio es peor que una semana en casa con dolores, mareos, colitis y un sinfín de molestias más, que añadir al sufrimiento de enfermedades imposibilitantes que afectan a la dignidad de las personas hasta sentirse un guiñapo en manos, a veces, de desaprensivos presos o denigradores carceleros.

¿Y sus familias? Que se puede sentir teniendo a una persona con semejantes dolencias, que ya en casa tienen una vida difícil, cuando lo torturan ingresándolo en un lugar donde dependen de otros internos, delincuentes aunque a veces más humanos que algunos de los carceleros.

Otra guinda de este siniestro pastel son los médicos, A.T.S., auxiliares y ordenanzas que, en muchos casos son más crueles que la misma enfermedad. Y que no se matan porque tengas una vida mínimamente decente y digna, si no que en algunos centros hacen vivir a estas personas a golpe de amenaza con parte disciplinario, si no se hacen las cosas en tiempo y forma. ¿Acaso por ser un delincuente, o alguien pendiente de un juicio se le debe tratar sin medida?

Nadie tiene derecho a lastimar a alguien, pero curiosamente, NINGUNO de los antes citados son asesinos, violadores o grandes mafiosos con crímenes a sus espaldas. Cruzar las puertas de entrada a un centro penitenciario es como cambiar de dimensión, donde los Derechos Humanos quedan atrás y se entra en una vorágine oculta al exterior, que se le presenta de guante blanco a la sociedad, para que tenga la conciencia tranquila. Tal parece que atormentar a los débiles aumenta la calidad de vida fuera de sus muros.

Además ¿ como se puede exigir respeto a quien no te respeta, como se puede llamar “DON” a quien no conoce las reglas mínimas de educación y el respeto, pero muy importante intramuros? Hoy ya no se puede culpar a un gobierno o a otro, todos son culpables por dictar unas leyes u otros sin contar con la dureza que puede significar para un grupo como los enfermos de ciertas patologías discapacitantes. El Estado, que es el censor del Gobierno y máximo responsable de la igualdad entre sus ciudadanos, posiblemente ni sepa lo que pasa tras estos muros oculto por un hermetismo casi enfermizo hacia el exterior. Invito a quien quiera que se lea el Reglamento General Penitenciario, el Código penal y el Código Civil y vea el trato que se refleja en los distintos artículos, que hablan muy poco o nada del tema. Además hay que tener en cuenta la dificultad para obtener algún «beneficio penitenciario» por parte de cualquier preso, tenga la buena actitud que tenga, aunque puede pedir permisos a partir del 25% de condena en la teoría, porque en la práctica se está bajo la opinión de la “junta de tratamiento”. Equipo formado por varios profesionales de los que dependen estos permisos y que la mayoría de las veces ni siquiera entrevistan a la persona que pide permiso, por muy correctamente que se porte, o incluso sin llegar a conocerlo personalmente.

Normas y lugares donde la Constitución es poco más que papel mojado.

Cuando en países de nuestra Europa, se cierran cárceles que han demostrado su inutilidad, en pro de medidas cohercitivas mucho más baratas, humanas y efectivas. En este País se llenan las cárceles con penados preventivos y tullidos, a los que además les ponen las trabas posibles para su libertad. Amo a mi País, pero un País que echa a sus reclusos cuando están moribundos, no por piedad, si no por evitar indemnizaciones, no es un país que se pueda respetar mucho.

Fuente: Pronoia