Miguel Angel, preso en Mas d’Enric, nos pide hacer publica la agresión que sufrió el pasado octubre por parte de carcelerxs de esta prisión. A raíz de un cacheo en su celda, el compañero acabó esposado por la espalda, arrastrado por el suelo y con agresiones físicas y verbales. Debajo de su carta, ponemos su nombre completo y dirección por si alguien quiere escribirle. Acortemos las distancias; destruyamos esos muros!
Cárcel de Mas d’Enric. Octubre 2023.
Me encuentro en el módulo de enfermería, debido a una enfermedad que padezco y por la que sufro dolores horrorosos cada día y noche. Los médicos de prisión me decían que era yo el que me generaba el dolor por mis nervios, lo cual me llevó a denunciar a 2 doctores y a la directora médica, pues después de 3 años y 8 meses me hicieron las pruebas que yo suplicaba y que ellxs me negaban, y se me dio la razón ya que se confirmó mi enfermedad: polineuropatía sensitiva motora. Una enfermedad catalogada como una de las 30 mas raras del mundo y para la que, hasta fecha de hoy, no hay cura ni tratamiento.
Los hechos que aquí cuento sucedieron el pasado 7 de octubre. Sobre las 14’00h entraron en mi celda el jefe del modulo de enfermería y 2 funcionarios más, para efectuar un cacheo. Soy consumidor de cannabis, es cierto, ya que es lo único que me calma el dolor que siento y me ayuda a dormir. Jamás he negado que fumaba. Cuando entraron, intenté guardarme los porros en la boca y en seguida me echaron mano al cuello. Me cogieron del cuello y la mano, y me tiraron encima la cama mientras me decían que les diera lo que me había metido en la boca. Yo al principio me negaba a ello, pero encontrándome tan mal, al fin accedí a darles el cannabis.
Habiéndoles dado ya lo que querían, el jefe de enfermería se dirigió a mi, estando reducido y me dijo “Te vas a cagar ahora”, y comenzó a pisarme los pies, que es donde sufro el mayor dolor, y seguía diciendo “No te la curres mas hijo de puta” y acto seguido activó el código 2, que significa agresión a un funcionario. Y en menos de 2 minutos, vinieron 4 o 5 funcionarios más. Estaba yo boca abajo y no veía casi nada, ya que me esposaron las manos a la espalda. Después me levantaron a pulso y me arrastraron por el suelo, bajando dos pisos por las escaleras (habiendo ascensor). Me bajaron esposado atrás, cogiéndome de las esposas, arrastrándome escaleras abajo, insultándome también, llamándome hijo de puta, a la vez que me daban patadas. Yo gritaba de dolor. Me arrastraron los 20 metros que separan enfermería del departamento de aislamiento. El dolor me tenia bloqueado y atemorizado.
Esto tiene que estar gravado por las cámaras de control y vigilancia que hay en la prisión, entre 14’00 y 14’30 aproximadamente. En las escaleras no hay cámaras por donde bajaron, pero hay 2 próximas que seguro que cogen el ángulo de la escalera. Fue tan desproporcionado el uso de la fuerza que llegaron a dislocarme el hombro derecho. Me pusieron desnudo contra la pared apretándome fuertemente la cabeza. El jefe me cogió del brazo derecho y él mismo me colocó el hombro dislocado. Yo solicité que me sacaran al hospital y riéndose de mi me dijeron que no iba a ningún sitio. Llorando de dolor e impotencia le pedí a Don Juan su nombre y exactamente me dijo “Me llamo Juanito chaval.. ¿vale? Para tí Don Juan”. Acto seguido le pedí su numero de identificación y se negó. “¿Para qué? ¿Me vas a denunciar? No te lo doy payaso y yo las denuncias me las paso por el forro de mis cojones”.
Mi compañero del lado, X, me llamaba pensando que me había caído, pero al oír los golpes y gritos ya supo lo que pasaba. Yo no ofrecí resistencia alguna, si apenas me mantengo en pie. Fui torturado, golpeado, y recibiendo un trato vejatorio.
Para escribir al compañero:
Miguel Angel Lledó Clavero
Centro Penitenciario Mas d’Enric
Travessia Comella Moro, 15
43764 El Catllar (Tarragona)
Fuente: La corda