
Hoy y siempre mostramos nuestra repulsa ante la existencia de cualquier CIE y, por supuesto, el trato vejatorio que reciben nuestrxs compañerxs presxs en estas cárceles de internamiento.
Ante la situación de un estado de alarma, las fronteras se han cerrado y, por tanto, se pone aún más de manifiesto que la retención de personas en CIEs es una auténtica locura y un sinsentido. Más de 60 países, entre ellos Argelia, Marruecos y Colombia, no admiten la entrada de personas provenientes del Estado español.
En los últimos días se han liberado algunxs compañerxs de diferentes CIEs. Algunxs han vuelto a casa, otros están siendo alojadxs en “plazas de atención humanitaria” para que cumplan el confinamiento, y otrxs han sido abandonadxs en la calle, como es el caso del Polígono de MercaMurcia.
El “Defensor del Pueblo” ha solicitado al Gobierno la liberación de todas las personas privadas de libertad en agujeros CIEs. El Ministerio del Interior se niega, aludiendo que no existe ninguna orden estatal que lo indique así.
Cualquier CIE u otro tipo de cárcel supone un riesgo para todas las personas que se encuentren dentro. Mantenerlos encerradxs es una flagrante violación de los derechos humanos. Negligencias médicas, hacinamiento y otro tipo de torturas se vienen dando a diario en estos espacios, si a esto le sumamos la vulnerabilidad de la situación actual, es urgente imponernos ante esta forma de violencia institucional y exigir:
- La libertad de las personas encerradas en CIEs, ofreciendo alternativas habitacionales dignas.
- Tratamiento y acompañamiento médico adecuados a aquellas personas que presenten síntomas relacionados con el COVID-19.
- El cierre definitivo de todos los CIEs.









