Etiqueta: aislamiento

Transcribimos un comunicado que nos ha pedido Jorge que publiquemos y que llegue al máximo de gente posible. La situación del compañero es crítica.

«Me llamo Jorge López Vizcaino, nacido en Valencia. Tengo 32 años. He formulado una denuncia al Juzgado de Vigilancia de Murcia contando mi caso. Tengo las manos rotas desde hace 4 meses y me encuentro en aislamiento, en primer grado, artículo 91.2, en Murcia II, Campos del Río, Paraje de los charcos.

Yo nos se que hacer, me tienen olvidado y sabiendo como tengo las manos no son capaces de llevarme al hospital a que me curen. Ya son 4 meses con las manos rotas y se me han soldado los huesos de manera que ya no puedo ni cerrar los dedos. Tengo los tendones hechos polvo. Me he dirigido al Defensor del Pueblo, al Juzgado y ya no se que más puedo hacer. Me encuentro en mi celda con una gran depresión, no ha venido a verme nadie y ya he echado muchas instancias para que me vea el psiquiatra y no viene a verme. El médico pasa de mi. Esto lleva pasándome en todas las prisiones donde me están cambiando y todo por denunciar y luchar por mis derechos. Se me han vulnerado todos ellos. Tengo una hija de 14 años y un hijo de 7 años a los cuales me están rompiendo el vínculo familiar al alejarme de mi tierra que es Valencia. A veces se me pasa por la cabeza quitarme del medio. Estoy acostumbrado a estar privado de libertad pero esto es inhumano. En las prisiones solo hay oportunidades para violadores, chivatos, confidentes y gente que en vez de luchar por sus derechos y su dignidad se dedican a ser amigos y confidentes de los verdugos de los funcionarios.

Para gente como yo no hay reinserción. Nos tienen bajo llave y solo saben hacernos la vida imposible. ¿Porqué la sociedad está de acuerdo con estas torturas y no hacen nada para cambiar esto? Soy un chaval con una vida en la calle y estoy condenado a 10 años por delitos de robo de hace muchos años atrás mientras estoy con pederastas que salen de permiso y violadores que viven como reyes en la cárcel. Mi cabeza está cada dia más hundida. ¿No tengo derechos? Yo no comprenderé nunca el sistema penitenciario y voy a seguir dándoles guerra, porque ese es el hobbie de los carceleros: ponernos a prueba. Estoy aguantando torturas en la prisión de Castellón II Albocasser. Durmiendo en pleno invierno en una celda de aislamiento desnudo, sin mantas, ni sábanas, ni nada. Soportando amenazas de los funcionarios, diciendome que en la comida hay veneno. Y me he puesto en huelga de hambre a raiz de todo eso. Para todas las personas que han vivido lo que yo estoy viviendo, y sabéis que es cierto. Os  mando fuerza y pienso luchar contra el sistema hasta la muerte, así me vaya la vida en ello. Abajo los muros carceleros y abajo las celdas de castigo.

Un cordial saludo compis.»

Para escribir al compa:

Jorge López Vizcaino

Centro Penitenciario de Murcia II

Paraje Los Charcos

30191 Campos del Río (Murcia)

Fuente: Colectivo Pronoia

M.A. nos hace llegar una denuncia dirigida al Juzgado de Guardia de Tarragona. Relata distintas situaciones que conforman el régimen de vida en el DERT (aislamiento) de la cárcel de Tarragona, así como los abusos, la indefensión y la dura situación en la que se encuentra. Hacemos un resumen del texto recibido. El compañero ha sido trasladado hace poco a Brians II (Barcelona).

Ingresé en aislamiento a fin de cumplir una sanción ejecutoria. El procedimiento oficial es que después de un previo cacheo, en el que te dejan con lo puesto y habiendo pasado la medida cautelar de “Aislamiento Provisional”, se te hace entrega de las pertenencias que en esos momentos llevaba uno encima. Además de devolverme las gafas rotas, se han quedado con muchos de los objetos personales que portaba, y me han dado lo que han querido, o sea que se han quedado lo que les ha dado la gana y me han robado lo que les ha venido en gusto. He intentado por activa y por pasiva que se me devuelvan las cosas, a través de instancias y poniéndolo en conocimiento de los responsables, pero han hecho caso omiso en todas las ocasiones. Mi insistencia en el reclamo y la recuperación de estas cosas ha supuesto que en mas de una ocasión entren en mi celda y me golpeen. Ya he dejado de insistir atormentado por mi impotencia. Es indignante, inadmisible e intolerante que se sigan “perdiendo” objetos personales. No es el mio un caso aislado, pues muchos de mis compañeros se quejan de lo mismo sin que nadie ponga remedio.

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