Carta de Miguel Codón Belmonte

25 de enero del 2022
Hola x, ¿cómo estás? Espero que a la llegada de estas letras tú y los tuyxs estéis bien. Yo no puedo decir lo mismo. Estos hijos de puta me están jodiendo por todos lados y me van a buscar un 1º grado otra vez y me van a alejar de mi familia y más aumento de condena… Estoy sometido a órdenes de ordenanzas (presos de confianza), me niego a las órdenes de lxs carcelerxs y no voy a hacer caso a estos comemierdas. Por el momento estoy en aislamiento, en observación de conducta, por meterle la cabeza en el tigre (retrete) a un ordenanza y eso pasó hace más de medio mes, hace 3 días le metí una patada en el pecho a un chivato y me han aislado por completo, me quieren medicar otra vez y yo me niego, llevo en huelga de hambre 13 días con hoy y nadie hace caso. Haber si tú puedes publicar esto por favor. (…)
Un fuerte abrazo. Me despido. Cuídate mucho.
Miguel

Los efectos del corporativismo penitenciario, en el punto de mira

Los compas de «Fuera del orden» han traducido del catalá el siguiente texto, escrito por Ester Fayos y publicado en la página de la Directa.

La agresión contra un interno de la prisión de Villena (Alto Vinalopó) por parte de tres funcionarios reabre el debate sobre el corporativismo por parte del funcionariado penitenciario y las dificultades a las que se enfrenta la población reclusa y sus familias para denunciar posibles vulneraciones de derechos. Los obstáculos van desde el miedo hasta las amenazas y la intensificación de las torturas para proteger los intereses, los privilegios y los discursos del funcionariado de prisiones.

El pasado 16 de agosto, la prensa se hizo eco de la presunta agresión de un preso con problemas de salud mental a tres funcionarios de la prisión de Villena (Alto Vinalopó) que, según denunció el sindicato «tu abandono me puede matar», acabaron en el hospital con «diversas lesiones en los ojos, la frente, los pómulos y el antebrazo». Las imágenes grabadas por las cámaras, reveladas unas semanas más tarde, mostraron una secuencia de los hechos completamente diferente: los funcionarios esperaban que el interno saliera de su celda para reducirlo, en menos de un minuto, con una cincuentena de porrazos y puñetazos ininterrumpidos, que continuaron cuando el preso se encontraba ya inmovilizado por los tres agresores, quien incluso le pisaron las piernas y el pecho. Después de dos minutos y medio, llegaron cuatro carceleros más, los golpes cesaron y el interno fue trasladado por el pasillo.

Nada más producirse la agresión y difundirse la versión de los agresores, la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias inició una investigación y presentó una denuncia en el juzgado de guardia de Villena. Días más tarde, la subdirectora de la prisión, como responsable de las imágenes que graban los circuitos de seguridad, envió al juzgado el vídeo que desmontaba el relato oficial y, por tanto, obligaba a reconducir el expediente abierto a favor del interno. Entonces, comenzaron a perpetrarse una serie de amenazas contra la subdirectora para evitar su comparecencia. «Te quitaremos la vida por perra» o «Sabemos que tienes las imágenes, bórralas o atente a las consecuencias» fueron algunos de los mensajes que recibió por WhatsApp. Veinticuatro horas antes de declarar, las amenazas se intensificaron. La funcionaria fue atacada en la puerta de su domicilio por cinco o seis encapuchados. «Mañana, calladita», le advirtieron mientras tres de los agresores la sujetaban y otro le propinaba dos golpes fuertes en la cara. Lejos de asustarse, denunció la agresión y, al día siguiente, declaró contra los tres funcionarios de Villena, que han sido expedientados.

Pese a la existencia de pruebas audiovisuales y la gran repercusión mediática del caso, en un comunicado publicado en su perfil de Facebook, el sindicato «tu abandono me puede matar», considera que «el único objetivo» de la supuesta criminalización de los funcionarios es «evitar la movilización de las plantillas para pedir la justa equiparación salarial». Incluso, en las últimas semanas, a través del despacho de abogadas Sánchez Navarro -que también representa al sindicato Jupol de la Policía Nacional española-, han presentado una denuncia ante el juzgado penal y la Agencia Española de Protección de Datos ( AEPD) contra los medios de comunicación que emitieron el vídeo por un presunto delito de revelación de secretos y filtración de imágenes.

Se trata de un caso paradigmático que ha permitido reabrir el debate sobre el modus operandi del funcionariado carcelario a la hora de defender a capa y espada sus intereses, así como la tendencia a negar siempre presuntos episodios de tortura y maltrato en las cárceles. Imágenes tan violentas en el ámbito penitenciario no habían trascendido a la opinión pública hasta el momento. Sin embargo, para los grupos de apoyo a las presas y las organizaciones dedicadas a la defensa de sus derechos, no son un caso aislado. «Existe un régimen de castigo que destruye física y mentalmente a quien lo sufre, y lo que también es muy preocupante son los obstáculos y dificultades para denunciarlo», remachan desde el grupo de apoyo a personas presas Tokata. La Coordinadora estatal para la Prevención y la Denuncia de la Tortura, en catorce años, ha registrado un total de 9.085 víctimas de agresiones, torturas y malos tratos en España. Sin embargo, advierten que sus informes anuales sólo recogen las denuncias que «han llegado a nuestro conocimiento y hemos podido contrastar». Y es que en esta ocasión existían unas imágenes que corroboraban el testimonio del interno, pero, tal y como explica Alejandro Forero, doctor en Derecho Constitucional y Ciencia Política y miembro del Observatori del Sistema Penal i els Drets Humans (OSPDH) de la Universidad de Barcelona, ​​la mayoría de episodios «ni se pueden denunciar ni se conocen».

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«Te hablo con dos pilas ingeridas en el cuerpo», la rabia y el agobio desbordan a Juan

Juan Ruiz López se encuentra en el DERT (aislamiento) de la cárcel de Lledoners. Se siente muy agobiado y sobrepasado por la situación. El viernes 24 de septiembre sobre las 16’30 se tragó pilas. Se siente desbordado.

Esta semana apareció en el módulo un carcelero que participó en la agresión que sufrió en Mas d’Enric, donde le pegaron con las porras hasta en las plantas de los pies. A raíz de esto, hace unos pocos meses Juan tuvo un juicio donde le metieron 9 meses mas de condena. Pues este tipo apareció esta semana en su modulo de Lledoners, y se dirigió a Juan con prepotencia, discutieron. Dice que leyó una de sus cartas a lo que Juan le recriminó que quien era él para leer su correo personal, y este se lo tiró por el suelo. Después lo cambiaron de ala, donde ahora está solo y no lo han dejado salir a la sala de día. Cuando Juan se quejó de este cambio el carcelero le dijo que lo cambiaban de ala por sus cojones.

Estas humillaciones, reencontrase con este tipo sumado a su situación permanente de aislamiento, han empujado al compa a tragarse pilas.

Recordamos que Juan se encuentra en una situación de vulnerabilidad. Lleva ya unos cuantos años preso, casi siempre en aislamiento, y trasladado con frecuencia de una prisión a otra como quien se pasa una pelota. Ha tenido aplicado el protocolo de prevención de suicidios varias veces, aunque no siempre se ha respetado (por ejemplo, el hecho de que no estuviera solo en una celda), también se ha autolesionado varias veces. Juan tiene problemas de salud mental y lleva tiempo en una situación jodida.

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Daniel Sánchez quiere sumarse a la nueva propuesta de acción colectiva, y relata la brutal paliza recibida en la prisión de Zuera

Carta de Daniel Sánchez López, que se encuentra en aislamiento, en 91.3, en la cárcel de Estremera (Madrid). Se pronuncia sobre la idea que David Rojas lanzó hace ya unas semanas, donde proponía llevar a cabo otra acción colectiva, denunciando especialmente los abusos y los primeros grados, así como todas las medidas doblemente represivas a raíz del COVID. También comenta que tiene dos juicios, por lo que van a moverle y no sabe muy bien como hacerlo para seguir informado. Termina la carta explicando la brutal paliza que recibió en la prisión de Zuera (Zaragoza) después de quemar un colchón por culpa del abandono médico. Por esto le metieron un año mas de condena.

Septiembre 2021

Hola compañerxs,

Lo que de verdad me da fuerzas para seguir luchando es ver que fuera hay gente que es nuestra voz, y que dentro de sus posibilidades está con nosotrxs en todo esto, hablando lo que pasa dentro de estas malditas cárceles. Gracias por estar.

Quiero que dentro y fuera contéis conmigo en relación a la propuesta colectiva que expuso David Rojas. Yo estoy dispuesto y lo veo importante. Hacía falta que alguien lanzara la idea, a ver si esto arranca de nuevo. Estos verdugos siguen desmadrados con las torturas y los tratos inhumanos. Este ultimo año ha sido nefasto en relación a nuestros derechos. Con todo lo del COVID hemos estado (y seguimos) aun mas incomunicadxs y aisladxs.

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Violencia institucional en las cárceles

La segunda semana de septiembre se hizo público un caso muy grave de violencia institucional en la prisión de Villena, en Alicante. El caso tomó relevancia pública debido a que la subdirectora de dicha prisión sufrió agresiones el día antes de declarar como testigo en el Juzgado por un caso de malos tratos que implicaba a tres funcionarios del centro. Le agredieron al mismo tiempo que le «instaban», sin que ella pudiera reconocer su rostro, a que estuviera «calladita» en los Juzgados.

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A la fuerza. Miguel Codón Belmonte


Esta noticia es otra más que sumar al repertorio de violencias injustificadas que cada día ocurren en las cárceles. Otro hecho, no aislado de la total impunidad con la que muchas personas consideradas «trabajadoras» e incluso con un oficio «digno y estable» sigue maltratando psicológica y físicamente a nuestras compas encerradas.

En la cárcel de Zuera, Zaragoza, Miguel ha sido de nuevo apaleado, a las 6 de la mañana, entraron en su jaula varios carceleros con porras despertándole a golpes y lo metieron en un furgón, solo, que le llevo a otra cárcel en Madrid III Valdemoro.

Después de estar allí 2 días en aislamiento le han llevado a Villanubla, en Valladolid. Ahí está esperando salir del aislamiento y recuperar de nuevo sus pertenencias para volver al segundo grado.

Empezar de cero, cada vez, sin quererlo. Unas palabras mal dichas con un funcionario, cualquier acción que se considere una mínima humillación para un carcelero implica para una persona presa: una paliza entre varios, un traslado en la noche, un aumento de la medicación, aislamiento indefinido, partes y sanciones, ampliaciones de condenas, retirada de pertenencias, dejarles sin ropa o mantas en invierno, ETC.

Miguel, NO ESTÁS SOLO
ABAJO LOS MUROS

Para escribirle:


Miguel Codón Belmonte

Ctra. Adanero-Gijón, Km 94
47620 Villanubla
Valladolid

Hay algo mas importante incluso que la libertad: la dignidad. Mas cartas desde prisión

Compartimos extractos de algunas cartas de Juan Francisco Ortega Albadalejo, compañero que nos contactó hace unos meses. Anteriormente estaba en Castellón II, y fue cundado para Estremera (Madrid). De Estremera se lo llevaron a A Lama (Galicia), por un juicio pendiente por el que le han metido mas condena. Y hora vuelve a encontrarse en Estremera, en aislamiento.

Mayo 2021. Estremera

Salud y libertad a todxs,

Desearos que estéis bien en todos los sentidos en estos tiempos tan duros que estamos pasando. No sabéis la alegría al recibo de vuestras letras. Salí de Castellón II hacia Estremera (Madrid). Y después tengo un juicio en Galicia por otro banco por el que me piden 6 años y 9 meses mas de cárcel. Sinceramente no se el nombre del chico de Albocasser que me dio vuestra dirección, solo se que es de Catalunya.

Si hace muchísimos años ya veía a la sociedad ciega y sumisa, ahora ya no tengo palabras. No se qué nombre ponerles a toda esta basura. A veces me siento cansado de ver que la lucha también se va perdiendo en las mazmorras, porque unos prefieren la droga y otros por miedo a las represalias. La cuestión es que somos una minoría los que seguimos firmes, salga el Sol por donde quiera.

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Juan Ruiz relata la paliza sufrida hace unas semanas en Brians II

Hace unas semanas ya comentábamos que Juan Ruiz López, que estaba en Brians II donde por fin había conseguido el segundo grado, recibió una paliza por parte de varios carceleros y un ordenanza. Una abogada fue a verle, y después de eso lo trasladaron a Lledoners, donde se encuentra ahora. El compañero vuelve estar en el DERT (aislamiento) en articulo 93. Compartimos aquí la carta del compañero donde relata lo sucedido. Os animamos a escribirle; que nuestro calor traspase sus muros!

Julio 2021

Gracias por escribirme. Cuando estoy mal las cartas es lo que mas me alegra. Estoy bien jodido psicologicamente. Mi situación es una mierda, desde que entré a prisión el 12.06.2016. Ya son muchas palizas y golpes. Quizá tu no te acuerdas, pero aquí en Lledoners ya me pegaron dos veces, hace unos años. Después del “motín” de Tarragona. Aquella vez también había supuestos testigos de lo que pasó, pero después nada.

Sobre lo que ocurrió en Brians. Yo iba ha hacer unas compras en el economato. El carcelero X me dijo con voz prepotente y chillando que “porqué tenia que ir ahora”. ¿Porqué? Porque me da la gana a mi subnormal gilipollas. Y me dijo que a él los chulitos como yo le comen la polla.

Me dirigí hacia el economato y dos funcionarios me quisieron coger y ya me solté, pero sin hacer daño. Y los hijos de puta junto con el ordenanza empezaron a darme puñetazos y patadas. Y vinieron mas funcionarios. Me decían maricón mientras me reventaban a palos. En ese ataque hacia mi no solo intervinieron los carceleros, sino también un ordenanza, el que se encarga de repartir el pan y el postre, y poner las servilletas.

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Protesta y sobrevive. Solidaridad con Alfonso Martí Aracil

Nuestro compa Alfonso Martí Aracil se encuentra en una situación tensa en el búnker de Soto del Real. Como informábamos entonces, en la primera semana de junio realizó una quema de colchón en el patio como protesta por la represión judicial a la que está sometido, ya que recibió la citación de una causa pendiente cuando ya ha cumplido gran parte de su condena y espera salir pronto, lo que ahora únicamente podría suponer la prolongación del sufrimiento y del castigo que este sistema impone a la gente que osa desafiar la propiedad privada. Tras comenzar la acción, llegaron todo un equipo de carceleros armados con equipos antidisturbios y la tomaron con él y otro compa que se encontraba también en el patio mostrándole su apoyo. Parece que el ensañamiento de éstos fue tal, que hasta una funcionaria que allí se encontraba tuvo que decirles que parasen, que ya no estaban oponiendo resistencia y les iban a desgraciar y a dejar secuelas. Tras esto, la consiguiente tortura de la “contención mecánica” durante más de 4 horas a ambos, es decir, atados de pies y brazos a una cama sin poder moverse ni tan siquiera a hacer sus necesidades más básicas.

Pocos días después, el 7 de junio, se denunció el hecho ante el Juzgado de Guardia de Soto del Real, solicitando la visita de un médico forense externo a la prisión que pudiera realizar un informe veraz de las heridas recibidas por los golpes de porra y patadas, ya que, como muchxs ya sabemos, en estos casos los informes de los médicos de prisión más bien parecen escritos por los mismos carceleros, y no reflejan verdaderamente la magnitud de las heridas. Ya sea por coacción o por alianza con éstos, los médicos penitenciarios no se mojan nunca, siempre van del lado de los carceleros. El Juzgado respondió a las pocas semanas archivando la causa, sin investigar lo más mínimo ni siquiera molestarse en atender la petición de visita del médico forense que había solicitado nuestro compañero. Sin embargo, como ya es normal en este podrido y corrupto sistema judicial, que afirma ser igual para todxs pero que únicamente favorece a lxs ricxs y a sus perros represores, a inicios de julio, tan solo un par de semanas después de ser desestimada su denuncia, le llegó una notificación judicial en la que se le acusa de lesiones a dos boqueras, provocadas probablemente por alguna herida que se hicieran ellos mismos en el transcurso de la paliza, ya que suelen tener como costumbre denunciar a lxs presxs cuando se lesionan algún dedo o muñeca mientras les apalizan, y así de paso pillan la baja y una indemnización.

Además de todo esto, la institución carcelaria obliga al compañero a pagar 190 € en concepto de desperfectos por la quema del colchón, un colchón de gomaespuma roñosa que no mide ni 5 cm de ancho. Ante semejante represión judicial y económica, Alfonso ha respondido con contundencia de manera personal y unilateral, haciendo algunos desperfectos en la puerta y cristales de la celda. Además, desde el 3 de agosto lleva negándose a tener TV y colchón, y aceptando únicamente las comidas azucaradas como la fruta, negándose a aceptar nada de sus represores que no sea indispensable. A pesar de todo, nos cuenta que se encuentra preparado para aguantar todo esto, y con energía y ganas de luchar.

Para llamar a la cárcel:  918447700; 918447757

Para escribir al compañero:


Alfonso Martí Aracil
Centro Penitenciario Madrid V
M-609, Km 3.5
28791 Soto del Real (Madrid)

 

Fuente: Tokata

Juan Ruiz denuncia los maltratos y recuerda a su compañero Mohamed Chouli durante su salida a juicio

Tal como Juan nos pidió, hacemos esta publicación en relación al ultimo juicio que ha tenido, y también de la carta que nos llegó a los pocos días. Como ya había manifestado, aprovechó este juicio para visibilizar y denunciar los maltratos y abusos, y recordar a su compañero Mohamed Chouli, muerto hace unos días en una prisión catalana a causa de un incendio en el chavolo.

El pasado día 1 de julio, Juan Ruiz López, preso en estos momentos en Brians II (Barcelona) tuvo un juicio en el juzgado de lo Penal n.2 de Tarragona. Recordamos que hace unos pocos meses ya asistió a otro juicio en la misma ciudad también por supuestas agresiones a carceleros de Mas d’Enric, por lo que le metieron 9 meses mas de condena.

Ante la petición del compañero a que asistiera alguien como acompañante, una persona del grupo se acercó hasta allí. Después de preguntar por él a los seguratas, confirmaron que sí tenía el juicio pero que no se permitía entrar por protocolo de COVID. Ante esto, se fue a esperar al compañero a una puerta lateral de los juzgados. Tras pasar 20 minutos de la hora del juicio apareció el coche con Juan. Se intentó acercarse al compa para saludarle, pero la policía lo impidió. Juan pidió si se le podría hacer una foto y los Mossos y seguratas dijeron que sí, se le hizo una, pero al instante cambiaron de opinión.

El compañero apareció con el cuerpo pintado con denuncias a los maltratos que ha sufrido él y otros compañeros, y también para recordar a Mohamed Chouli El Hosni, muerto hace unos días en un incendio en su celda en la cárcel de Puig de les Basses. Su reivindicación también iba por él.

El juicio no se celebró, según los Mossos porque Juan había rechazado al abogado. Después nos enteramos de que esto era mentira, y que el motivo fue que el abogado al ver que Juan llegaba tarde abandono la vista. Así que la responsabilidad de qué el juicio se aplazara fue de los Mossos por llegar tarde a los juzgados. Se volvió a pedir de poder hacerle una foto para enviársela a su madre porque hace mucho tiempo que no lo ve por cuestiones de salud de ella, y pusieron como excusa que no se le puede hacer fotos a una persona engrilletada. Se insistió en hacerla de cintura para arriba, y no hubo forma de poder hacérsela. Lo que sí se consiguió fue poder darle un abrazo, siendo un momento muy emotivo. Varios policías que quedaron en la puerta de los juzgados comentaban entre risas y burlas que “estaba loco, que estaba como una regadera, que estaba loco” con la prepotencia, falta de profesionalidad y de humanidad que caracteriza a la madera.

Compartimos aquí la última carta qué Juan nos ha hecho llegar. Recordamos que el pasado 6 de julio Juan recibió una brutal paliza por parte de los carceleros, y que vuelve a estar en el DERT (aislamiento). Estamos a la espera de tener mas información sobre esta ultima agresión. Aquí su carta recibida hace unos pocos días:

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